Putin se aferra al terror nuclear en un discurso victimista
En más de hora y 45 minutos de discurso, el presidente ruso presenta ante el Parlamento un idílico panorama de la economía del país preparando así su reelección
Tras casi dos años sin comparecer ante las dos Cámaras del Parlamento, su anterior discurso tuvo lugar el 21 de abril de 2021, el presidente, Vladímir Putin, arremetió este martes una vez más contra Occidente y el «régimen neonazi» de Kiev empleando los mismos argumentos que viene esgrimiendo desde 2014, cuando Rusia se anexionó Crimea y atizó la guerra en Donbass enviando armas y hombres.
En clara respuesta a las críticas vertidas contra Rusia en la Conferencia de Múnich y a la visita a Kiev de su homólogo estadounidense, Joe Biden, Putin ha ordenado al Ministerio de Defensa ruso y a la agencia Rosatom «garantizar los preparativos para efectuar pruebas de nuestras armas nucleares, si Estados Unidos lo hace primero». Ello se desprende de la suspensión, proclamada este martes también por el primer mandatario ruso, de la participación de su país en el Tratado de Armas Estratégicas Ofensivas Start-3, el único de desarme nuclear que quedaba vigente.
El jefe del Kremlin demostró este martes que continúa sin cambios en su política y con la misma narrativa justificando su ofensiva en Ucrania. En la hora y 45 minutos que duró su intervención, no dijo nada nuevo a lo ya enunciado desde el comienzo de la guerra, hace ahora un año. «La Operación Militar Especial –nombre con el que las autoridades rusas se refieren a la guerra- comenzó para proteger a la Federación Rusa y eliminar la amenaza neonazi (…) Rusia, paso a paso, resolverá de forma constante las tareas a las que se enfrenta» en este terreno, advirtió Putin ante los congregados en el Gostini Dvor, un céntrico edificio histórico que ha acogido en el pasado los congresos del partido del Kremlin.
«Enorme responsabilidad»
Estaban presentes diputados, senadores, miembros del Gobierno, oligarcas y un grupo escogido de militares rusos supuestamente llegados del frente ucraniano. «Cada uno de nosotros tiene una enorme responsabilidad. Desde 2014, Donbass ha estado defendiendo su derecho a vivir en su propia tierra y hablar su propio idioma, creía y esperaba que Rusia viniera al rescate», lanzó entre aplausos de un auditorio que varias veces se puso en pie con medio centenar de ovaciones cada vez más prolongadas.
El máximo dirigente ruso aseguró que «hicimos todo lo posible para resolver el problema por medios pacíficos. Pero a nuestras espaldas se estaba preparando un escenario diferente. Las promesas de los gobernantes occidentales resultaron ser crueles mentiras (…) EE.UU. y la OTAN instalaron bases y laboratorios biológicos secretos cerca de nuestras fronteras».
Según sus palabras, «destruyeron Yugoslavia, Irak, Siria y Libia. Están acostumbrados a que se les permita hacer cualquier cosa. Las élites occidentales se han convertido en un símbolo de la mentira total y la falta de principios». En una alocución desesperada y débilmente argumentada, según los canales de Telegram y la prensa ucraniana, Putin sostiene que «hemos defendido siempre la posición de que no debe haber división en el mundo entre países civilizados y el resto. Estábamos abiertos, sinceramente dispuestos al diálogo, pero como respuesta recibimos la ampliación de la OTAN y el despliegue de contingentes militares. Todo el planeta está plagado de bases estadounidenses».
«En diciembre de 2021, propusimos un proyecto sobre garantías de seguridad. Pero en todos los apartados fue rechazado. La amenaza crecía, la información que llegaba no dejaba dudas de que para febrero de 2022, Kiev estaba preparando una operación punitiva en el Donbass (…) fueron ellos quienes empezaron la guerra, nosotros recurrimos a la fuerza para pararla», declaró, advirtiendo de que «cuantos más sistemas occidentales de armas de largo alcance lleguen a Ucrania, más nos veremos obligados a alejar la amenaza de nuestra frontera», mediante la ocupación de cada vez más territorios ucranianos.
A su juicio, «la responsabilidad por alimentar el conflicto ucraniano recae por completo sobre Occidente y el régimen de Kiev. Occidente está utilizando a Ucrania como ariete contra Rusia y como campo de entrenamiento». «No estamos en guerra con el pueblo de Ucrania. Él mismo se convirtió en rehén del régimen de Kiev y de los amos occidentales que ocuparon el país», subrayó.
«En la reciente conferencia de Múnich, hubo un sinfín de acusaciones contra Rusia para hacer que todos olvidaran lo que ha hecho Occidente (…) más de 900.000 personas murieron como consecuencia de las guerras que ha desatado Estados Unidos desde 2001», afirmó Putin y aseguró que «las élites de Occidente no ocultan sus objetivos: infligir una derrota estratégica a Rusia, lo que significa acabar con nosotros para siempre. Quieren transformar un conflicto local en una confrontación global. Lo entendemos así y responderemos en consecuencia. Vencer a Rusia en el campo de batalla es imposible».
Suspensión del Start
La segunda parte del discurso se ha asemejado, según algunos analistas rusos, a lo que podría ser el programa con el que el Putin se propone acudir a la reelección en 2024 con las mismas promesas de desarrollo económico que viene repitiendo en los 23 años que lleva en el poder. «Las elecciones presidenciales de 2024 se llevarán a cabo en estricta conformidad con la ley y observando los procedimientos democráticos», dijo ante los legisladores.
Se refirió a las sanciones diciendo que «la economía rusa ha resultado ser mucho más fuerte de lo que pensaba Occidente», cuyo objetivo, denunció, consiste en «hacer sufrir a la población civil rusa». Pero sostuvo que «el objetivo de nuestro trabajo no es adaptarnos a las condiciones actuales. La tarea estratégica es llevar nuestra economía a nuevas fronteras (…) estamos en una época no solamente de desafíos sino también de oportunidades». «Todo el mundo debe entenderlo: las fuentes del bienestar, del futuro, deben estar aquí, en la madre patria, Rusia, inviertan en Rusia», llamó a quienes en el extranjero, según el criterio del Kremlin, confían en la actual política de Moscú. Putin prometió además que aumentará la producción industrial militar y será creado un fondo especial para ayudar a las familias de los soldados muertos en combate.
A juicio de Putin, «la responsabilidad por alimentar el conflicto ucraniano recae por completo sobre Occidente y el régimen de Kiev»
Después volvió al tema de la confrontación con Occidente y anunció que Rusia «suspende unilateralmente su participación en el Tratado de Armas Estratégicas Ofensivas-3» (Start-3). El presidente ruso matizó que «no se trata de la retirada del tratado, sino sólo de la suspensión de la participación en el mismo», lo que abre la puerta al reinicio de las pruebas nucleares. «Rusia responderá a cualquier desafío, somos un pueblo unido. La verdad está con nosotros», fueron las palabras con las que finalizó su alocución, dejando entrever que apenas existen resquicios que permitan restablecer las relaciones con Occidente y Kiev a fin de lograr un acuerdo que ponga fin al conflicto en Ucrania.
Precisamente con la intención de propiciar el cese de las hostilidades en Ucrania, entre otros objetivos, acaba de llegar a Moscú Wang Yi, consejero de Estado chino que supervisa la política exterior de Pekín. Este miércoles será recibido por el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y se especula con que le reciba también Putin. Wang ha estado en la reciente Conferencia de Seguridad de Múnich, en donde ha hablado de la elaboración por parte de su país de una iniciativa para lograr la paz en Ucrania que pronto será dada a conocer. En Alemania se entrevistó con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken y con el ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba.