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Meloni modera su discurso y gira al centro

Ese cambio de la primera ministra italiana se refleja en la política migratoria, en diálogo directo con la UE

                     La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, disfruta de una amplia aceptación. EFE

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, está actuando con moderación y pragmatismo en la política italiana y también en la europea, donde juega una partida muy ambiciosa. Ha olvidado su vieja línea euroescéptica, convirtiéndose en una firme defensora del euroatlantismo. Ese cambio se refleja en la política migratoria, en diálogo directo con la Comisión Europea, como también lo hizo antes con la ley de presupuestos, siguiendo la línea de Mario Draghi, o con su actitud de absoluta solidaridad con Ucrania y total lealtad con la Alianza Atlántica. Meloni considera que ese es el camino en los temas cruciales, para construir alianzas en Europa, y no precisamente con la Hungría de Orbán, para reforzar la posición de Italia.

El último ejemplo se hizo muy visible el jueves en el Palacio Chigi, con la visita oficial del primer ministro de los Países Bajos, el liberal conservador Mark Rutte. Hace un par de años, los juicios de la líder de Hermanos de Italia sobre Rutte no eran nada halagadores, según quedó reflejado en las redes sociales. Entonces Meloni calificaba a Rutte como el «capo de un paraíso fiscal». Pero el jueves, Meloni y Rutte se encontraron como si fueran dos viejos amigos y todo fueron sonrisas cómplices y halagos. El ‘premier’ Rutte dijo en rueda de prensa, dirigiéndose a Meloni: «Es una persona muy sólida, constructiva, muy pragmática, la aprecio mucho». Hubo sintonía entre ambos, porque son conscientes de que pueden recorrer juntos un tramo del camino europeo.

El holandés, un liberal de centroderecha, sabe bien que se está tejiendo una red con vistas a las elecciones europeas de la primavera del año próximo. El resultado podría ser una alianza del Partido Popular Europeo con el Partido de los Conservadores y de los Reformistas Europeos, presidido por Giorgia Meloni y del que forma parte Vox. La ambición de esa alianza es decidir la futura presidencia de la Comisión Europea, hoy guiada por Ursula von der Leyen. Para ello será necesario aún consolidar diferentes pasos.

A propósito de las relaciones entre Hermanos de Italia y Vox, cuyos líderes, Giorgia Meloni y Santiago Abascal, mantienen buena relación personal, el politólogo Daniele Albertazzi, profesor de la Universidad de Surrey (Reino Unido), advierte: «Hasta hoy, Hermanos de Italia ha hecho bien en mostrar que tenía relaciones con muchos partidos en Europa que se definen como ‘patrióticos’, pero no exageraría su significado: cuando apenas entra en juego algo que los divide, la amistad se enfría». Seguramente, hoy Giorgia Meloni no gritaría desaforadamente, como hizo en un mitin de Vox en Marbella, en junio pasado, una frase como esta: «¡No a los burócratas de Bruselas!».

‘Realpolitik’

Giorgia Meloni se ha visto obligada a combinar su ideología de derechas con la ‘realpolitik’, según destaca el politólogo Giovanni Orsina, director de la Luiss School of Government en Roma, que promueve el Gobierno Meloni, porque hace buena la navegación del ‘barco Italia’: «Las aguas no están tranquilas, pero el barco, sí», afirma el profesor Orsina. «Se habla mucho -añade- sobre el hecho de que este Gobierno, frente a la realidad, tuvo que mitigar algunas de sus afirmaciones de carácter ideológico más contundente, que había sostenido en su período de oposición. Me refiero a la relación con Europa: campo de batalla que Meloni había practicado estando en la oposición y que es abandonado cuando asume la jefatura del Gobierno, porque la realidad se impone».

No solo la moderación de Giorgia Meloni se percibe en sus relaciones con Europa, sino también en la política interna, según destaca el periodista y escritor Antonio Polito: «La victoria de Giorgia Meloni demuestra, para utilizar un eslogan de izquierda, que otro mundo es posible. El suyo es un camino de coherencia y rigor más que de posiciones extremas. En campaña electoral no aceptó las peticiones de gasto, solicitadas por la Liga y Forza Italia, para no quebrar las cuentas públicas. Es verdad que en sus diez años de cruzar el desierto defendió posiciones insostenibles y, de hecho, ya no sustentadas, pero su afirmación política no es fruto de decisiones demagógicas y populistas. Ha difundido el valor de su constancia y coherencia y eso vale mucho para los votantes».

Meloni y Rutte se vieron esta semana como si fueran dos viejos amigos y todo fueron sonrisas cómplices y halagos

En efecto, Alessandra Ghisleri, experta en sondeos y fundadora de Euromedia Research, destaca la coherencia de Meloni como la clave de su éxito electoral y que sea la líder política más popular y la que más confianza inspira: «El paso entre 2022 y 2023 estuvo marcado por el estado de ánimo de expectación. En estos casos, se encara el futuro sabiendo que hay un cambio en marcha, pero sin comprender del todo todas sus particularidades, solo intuyendo que hay un cambio en marcha. Pero en estos pasajes se necesita un camino, una indicación, un apoyo. Contar con indicaciones claras de quienes demuestren ser coherentes. Esa es una cualidad que Giorgia Meloni ha demostrado tener. Por eso, se confirma el apoyo que está teniendo, gracias a su claridad».

Confrontación femenina

Según datos del instituto Ipsos, publicados este sábado, el índice de aceptación de Giorgia Meloni se sitúa en 52 por ciento, seguida de lejos por la nueva líder del Partido DemocráticoElly Schlein, con un 36 por ciento (cálculo que excluye a los muchos que no la conocen aún), lo que hacer prever una competición directa en la política italiana entre dos jóvenes mujeres, algo absolutamente inédito en la política de ese país.

No es de extrañar que hoy, en una situación en la que «se intuye que hay un cambio en marcha», como dice Ghisleri, la mayoría de los trabajadores, incluidos los afiliados a la Confederación General de Trabajadores (CGIL), el mayor sindicato del país, de izquierdas, voten hoy por Giorgia Meloni, según indican los sondeos.

«El suyo (el de Meloni) es un camino de coherencia y rigor más que de posiciones extremas», asegura Polito

No es casual que, por primera vez, un jefe de Gobierno de derechas haya sido invitado al congreso de la CGIL. Su secretario, Maurizio Landini, no se ha limitado a mandarle una invitación de cortesía. La ha llamado personalmente y Meloni ha aceptado hablar el próximo viernes en el congreso del sindicato histórico de la izquierda italiana. Solo tres primeros ministros intervinieron en los 18 congresos de la CGIL: Giovani Spadolini (republicano), Bettino Craxi (socialista) y Romano Prodi (PD, izquierda).

Giorgia Meloni ha decidido jugar su partida ante casi 1.000 delegados del sindicato, que representan a 5,2 millones de inscritos. Solo hace unos meses esto hubiera sido impensable. Es una indicación de que mucho ha cambiado la CGIL y, por supuesto, también la líder de Hermanos de Italia.

 

 

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