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Mires: Chile viró hacia la derecha

Entrevista realizada por el diario La Razón de España  (09.05. 2023)

¿Por qué el partido de Kast se ha convertido en la fuerza más votada para elegir a los redactores de la nueva constitución?

En primer lugar, por un principio de física-política: el desgaste natural de todo gobierno. Pero a esa constatación, hay que agregar más. Por de pronto, la combinación de gobierno es demasiado heterogénea: va desde una izquierda anárquica (incluye una fracción abstencionista) formada por una multitud de demandas sociales, ideales movimientistas y cambios revolucionarios, hasta llegar a la izquierda arcaica (Partido Comunista) y a ese trozo del Partido Socialista que decidió sumarse a Boric. Precisamente, estos dos últimos no obtuvieron resultados catastróficos. Ahora bien, esa izquierda carece de línea, caracterizándose más por trazos que no convergen entre sí. Por eso mismo esa izquierda no entendió lo que significaba ser gobierno, sobre todo de un gobierno que fue posible gracias al apoyo del centro. De acuerdo al antiguo esquema anti-político de las izquierdas latinoamericanas, creyó esa izquierda que después del gobierno había que tomar el poder, un poder que pretendió ser constitucionalizado sobre la base de una Constitución que dividía a la nación, estrategia que fuera negada por amplia mayoría, con el triunfo del “rechazo”, el 04.09 de 2022. Esa elección llamada «el septiembrismo» fue la antesala del aplastante triunfo de la derecha del 07.05. 2023.

¿Cuál ha sido el error de Boric para que los chilenos den este bandazo en las urnas dando la mayoría a la derecha?

El error de Boric es uno que bajo otras condiciones podría ser una virtud. Fue elegido como un líder popular, pero Boric decidió ser un presidente constitucional. Eso trajo consigo que diversos sectores de la izquierda anti-democrática (octubrista) no se sintieran representados por un presidente que, dígamos así, se parecía mucho más a Ricardo Lagos que a un Hugo Chávez. Boric estaba obligado a navegar entre dos aguas: una de ultraizquierda, otra de izquierda-centro. El resultado: no logró representar a la izquierda irredenta con la que tiene que lidiar internamente y, esta a su vez, arrastró en el naufragio a la izquierda democrática o centrista.

3 El Partido Republicano se mostró partidario de no cambiar la actual Carta Magna. ¿Qué se puede esperar del futuro texto constitucional al tenor de los resultados de este domingo?

El Partido Republicano logró erigirse en el partido del orden, en contra del desorden que se expresaba a nivel político pero también social, debido al desarrollo de la delincuencia. Ese deseo de orden se expresa hoy en la continuidad constitucional, representada por la Constitución actual. Esa misma Constitución que, paradojalmente, en un momento de seducción por el cambio, la ciudadanía chilena rechazara con un 80%. Hoy pareciera regir la divisa: es mejor una constitución “momia” que una “octubrista” O: “es preferible una constitución mala a otra peor”.

El columnista Patricio Navia, en un rapto de ingenio, escribió una nota bajo el título “de la Constitución de Pinochet a la Constitución de Kast”. Pero no sabemos que camino tomará Kast. Lo más seguro es que mantenga la Constitución vigente, pero también deberá colaborar a introducir una serie de reformas, sobre todo en el plano social. Mal que mal, su amplia mayoría necesita de la derecha centrista para convertirse en alternativa gubernamental. Para decirlo en italiano: Kast puede elegir entre ser un ultraderechista decente, como Meloni, o un ultraderechista indecente como Berlusconi. Pero como es chileno, puede que sea las dos cosas a la vez.

4. ¿Un breve balance?

Y muy breve: 1. Inapelable triunfo del PR (35,42%) y de toda la derecha (58,5%) 2. Derrota del gobierno al ligar su suerte a la aprobación de una nueva constitución 3. Derrota de la izquierda en su conjunto (37,4%) 4. Desaparición del centro político.

Lo más probable es que desde las filas de la izquierda que apoya al gobierno surja (con o sin Boric) una nueva fuerza que llene ese “vacío de centro”. Pues si eso no ocurre en un corto plazo, más vale persignarse. En cualquier caso, un capítulo de la historia del gobierno de Boric, parece haber culminado: el descenso del «octubrismo» y el ascenso al poder de una derecha ultraconservadora y populista a la vez.

 

 

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