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Bukele y López Obrador, las semejanzas y la diferencia

Los populistas, sin importar si se dicen de izquierda o de derecha, se parecen en su manera de hacer política y de comunicarse

Nayib Bukele y Andrés Manuel López

Los presidentes Nayib Bukele y Andrés Manuel López Obrador, de El Salvador y México, respectivamente, durante un encuentro en México, en junio de 2019. // Foto: Archivo | Presidencia de México

 

Días atrás estuve en El Salvador donde me reuní con amigos y me entrevisté con líderes políticos de la izquierda, académicos, activistas de la sociedad civil, periodistas y sacerdotes. Todos conocen muy bien México y dan seguimiento a lo que ocurre en nuestro país. Algunos de ellos vivieron algunos años aquí. En las conversaciones salía siempre el tema de la comparación entre los presidentes de ambos países.

Los dos están bien evaluados, el presidente Nayib Bukele (41 años) tiene una percepción positiva que se ubica entre el 90 y el 97 por ciento. Ahora es el presidente mejor evaluado del mundo. La valoración positiva del presidente López Obrador (69 años) ronda en el 60 por ciento. La diferencia entre uno y otro es de más de 30 puntos porcentuales.

Los populistas, sin importar si se dicen de izquierda o de derecha, se parecen en su manera de hacer política y de comunicarse. Las semejanzas entre Bukele y López Obrador son muchas. Aquí menciono algunas:

  • Tienen una intensa comunicación directa con la sociedad, uno vía el Twitter y el otro con sus comparecencias mañaneras.
  • Mienten de manera evidente y sistemática. Construyen un mundo ideal que no existe.
  • Descalifican e insultan a los que no se les someten y piensan como ellos.
  • Agreden a los medios de comunicación y a los periodistas porque no dicen lo que ellos quieren.
  • Centralizan el presupuesto en las instancias que controla el Ejecutivo.
  • Utilizan al Ejército para apuntalar su proyecto. Hay un proceso de militarización de la administración pública.
  • Hacen uso de las instituciones del Estado para perseguir a los opositores.
  • Descalifican y atacan a las organizaciones independientes de la sociedad civil.
  • En los contratos benefician al grupo de empresarios que les son afín.
  • Se identifican con Donald Trump, los dos lo llaman amigo.
  • En las conversaciones no salió que los dos son evidentes narcisistas. Eso lo añado. Entre la treintena de gobernantes populistas que ahora hay en el mundo, el narcisismo es algo muy común.

 

Una diferencia radical entre los dos presidentes es que Bukele logró que la Corte hiciera una interpretación de la Constitución, para que se pueda reelegir en 2024. Nadie duda de que va a ganar. El mexicano dejará el cargo al término de su período.

Este artículo se publicó originalmente en Animal Político.

 

 

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