Marcelino Miyares: Una Bitácora cubana (XCIV)
Esta entrega de la Bitácora tiene un carácter muy especial. Dolorosamente especial. Ya en una entrega anterior había hecho mención del retiro de sus actividades periodísticas y públicas de Carlos Alberto Montaner, debido a una penosa enfermedad neuorológica. Él falleció el pasado 30 de junio.
Desde su muerte, los homenajes de todo tipo no han cesado, merecidos todos. Aquí, en la Bitácora, destacamos dos.
1- Carlos Alberto Montaner, el cubano que nos enseñó a debatir
En pocas palabras, pero muy sentidas, Yoani Sánchez destaca las muchas virtudes del ciudadano Montaner; para ella era “culto, sin sobresaltos y con una habilidad verbal prodigiosa, practicaba un ejercicio perdido en la vida política nacional: argumentar con respeto”.
Montaner hablaba, no gritaba, ni usaba la gesticulación como herramienta expresiva. Además de hacerse oír, escuchaba con atención. La empatía era para él un hecho natural de toda convivencia.
Sigue la periodista con otra gran verdad:
“No en balde Fidel Castro lo odiaba tanto. Comparado con el hombre de letras, versátil, disciplinado y que escuchaba atento a su interlocutor, nuestro caudillo tropical se veía más histérico, burdo y autoritario. En un hipotético duelo oral entre ambos era fácil determinar quién convencería más a la audiencia, emocionaría mejor y esgrimiría los datos más fiables. El miedo a encontrarse con Montaner en algún evento internacional y salir malparado de un intercambio de frases debió atormentar por décadas al dictador, que siempre quiso ser escritor y solo consiguió convertirse en un disparatado orador sin vuelo poético alguno.
En un solo párrafo vemos con claridad el contraste entre estos dos personajes. Ahora bien, el tirano no podía quedarse tranquilo, así que los ataques al opositor y demócrata nunca cesaron.
“El discurso oficial presentó al exiliado, que escapó de la Isla en 1961, como la «bestia negra» del castrismo, el enemigo público uno de la nación y acuñó que era un terrorista violento porque no podía vencerlo en el terreno de la palabra. Hicieron que varias generaciones de cubanos no leyeran sus textos en la escuela y, ni siquiera así, lograron que la gente no lo conociera en el país donde había nacido en aquel lejano 1943.
Cuando abrí mi blog Generación Y, en abril de 2007, uno de los primeros ataques que recibí de parte de los voceros del régimen era el de un supuesto entrenamiento que Montaner me había dado en España para regresar a la Isla y empezar a publicar una bitácora. En aquel momento me generaba miedo e indignación que mintieran con tanta impunidad, pero hoy solo me provoca risas y el orgullo de ver que, aunque yo ni siquiera conocía para entonces a ese habanero de porte elegante y elevada estatura, con aquella campaña de fusilamiento de mi reputación, en realidad estaban uniendo mi nombre al de él para siempre.
Con el paso de los años y una larga pelea por recuperar el derecho a viajar fuera de mi país, conocí finalmente al autor del Informe secreto sobre la revolución cubana. Me sorprendió el tono de su voz cuando compartimos mesa de debate en Madrid, la afabilidad de su carácter, el cariño inmediato que profesaba a todo cubano que se le acercaba, la disposición a ayudar a sus compatriotas y la absoluta falta de rencor en su actitud. Aquel no era, para nada, el hombre que habían pintado –con brocha muy gorda– los llevaitrae de la Seguridad del Estado cubana.
Luego encontré a su familia, me regaló varios de sus libros y seguimos conversando sobre Cuba, su gran obsesión. El día en que Fidel Castro murió, en noviembre de 2016, fue la primera persona a la que llamamos mi esposo y yo desde La Habana para darle la noticia. Lo vi más de una vez aclarar que ya se le había pasado el tiempo para dedicarse a la política o integrar un Gobierno, aunque fui testigo también de mucha gente que se le acercaba y le decía: «Usted tiene que ser el próximo presidente de Cuba».
Hubiera sido sin duda un gran presidente de nuestro país. Y nos solidarizamos con las palabras de Yoani al final de su nota:
“El 11 de julio de 2021 volvimos a marcar su número para ratificarle que no se había equivocado. Aunque con su muerte este 29 de junio en Madrid no pudo llegar a ver el fin del régimen, sí que vivió la ilusión de aquellas protestas populares, las de mayor envergadura y extensión en toda la historia de nuestro país.
Buen viaje, amigo, la Cuba del futuro se parecerá más a tus sueños que a la pesadilla actual”.
El segundo homenaje en la prensa que queremos compartir es del periodista venezolano Javier Conde, en el medio digital “La Gran Aldea”:
“Murió Montaner, el liberal que polemizó sin insultar”
Un mes antes de su deceso, Conde publicó una entrevista que le hizo al intelectual vía correo electrónico.
Apenas comenzar la entrevista, y mencionando las primera protestas de Montaner, adolescente, en 1959, contra el régimen totalitario que nacía, ante la pregunta de si fue una batalla perdida, él respondió: “la batalla perdida es la que no se libra”.
Su vida fue desde entonces en buena medida una lucha constante. Publicó no sólo incontables artículos, ensayos, novelas y memorias. Pero la mayoría de sus batallas, libradas frente a la måquina de escribir primero y la computadora después, así como en perenne presencia en la radio y la Tv, fueron por la libertad de su querida patria.
Y estuvieron acompañadas de una significativa militancia política en el movimiento liberal internacional.
Recuerda Javier Conde:
Eso es Montaner, un liberal. Un hombre que encontró en la lectura del economista austríaco Ludwig von Mises un dato revelador. “El lenguaje de las sociedades es el mercado, por su condición de aportar valor a las cosas”. Un sacrilegio en buena parte de esta América Latina que da tumbos doscientos años después de haber alcanzado la independencia y que a su juicio tiene una “insatisfacción raigal con la historia vivida”. (…)
Vicepresidente de la Internacional Liberal hasta 2012, Montaner compartió periodismo y literatura con su activismo político. A la caída del Muro de Berlín fundó la Unión Liberal Cubana y su figura fue valorada para la futura y deseada reconstrucción democrática en Cuba. Un tiempo que no ha llegado pero por el que él cree vale la pena luchar. “En Cuba, Nicaragua y Venezuela hay personas dispuestas a arriesgar sus vidas por la libertad”. (…)
El lector inteligente echará de menos, y mucho, la firma de Carlos Alberto Montaner. “Me ha interesado el cómo decir las cosas que quería defender o refutar. Para mí lo importante en un artículo o ensayo es tener algo que decir que sea mínimamente original y que aporte algo al debate sin insultos ni diatribas”. Nunca, al contrario de tantos, lo intimidó la página en blanco porque siempre tenía un plan previsto sobre lo que quería escribir y desarrollar. “Me gustó escribir de noche y en silencio. Soy noctámbulo”.
Posdata
Al mantener esta breve conversación a la distancia con el señor Montaner -con mis respetos y admiración- recuerdo la primera vez que fui a Cuba. Fue en febrero de 1981. “Turismo revolucionario”, muy apetecido por jóvenes de la región que militamos en esa vana ilusión. Varadero, el Tropicana, La Bodeguita del Medio -¿o será miedo?- , los helados en Coppelia y esa sensación de vigilancia tan sutil como inocultable. ¿Cómo se sale de la jaula, señor Montaner?, le pregunto ahora, cuatro décadas después. “Diciendo que No con fuerza y manteniéndolo toda la vida”.
2–Yoani Sánchez: “En Cuba hay un caldo de cultivo para otro 11J”
Se cumplieron dos años del levantamiento popular del 11-J. En ese periodo de tiempo lo único que ha crecido en Cuba, en medio de una escasez cada vez más atroz y general, es la represión, la persecución, la violencia de un régimen que se niega a aceptar la realidad. Según Prisoner Defenders, el número de presos políticos es de 1.047 personas. Por su parte, Archivo Cuba registra 21 ejecuciones extrajudiciales desde las manifestaciones de 2021, para un total de 4.374 asesinatos atribuidos al castrismo por razones políticas desde el 1 de enero de 1959.
En entrevista a Yoani Sánchez, realizada por José Gregorio Martínez, de Panampost, la comunicadora hace una afirmación contundente que merece ser reenviada: “En el segundo aniversario de las inéditas protestas conta la dictadura, asegura que «las condiciones están dadas para otra explosión social».
¿Y cuál es el caldo de cultivo para futuras protestas? “El hambre, la escasez y la falta de libertades”.
Sigamos con la entrevista:
“¿Pueden demorarlo, pueden aplazarlo, pueden sembrar el miedo, el terror y la parálisis de los ciudadanos? Sí. Pero la pregunta es: ¿Cuánto tiempo más? Es un régimen caducado, es un régimen muerto en cuanto a propuestas, es un régimen que solo se mantiene desde el terror. Pero incluso, el terror, hay un día que deja de funcionar”.
Para la periodista cubana ganadora en 2008 de un premio Ortega y Gasset e incluida ese mismo año en la lista de las cien personas más influyentes del mundo de la revista Time, el exilio no es una opción. Considera imprescindibles para la reconstrucción democrática a quienes buscaron otros horizontes, pero se niega a abandonar su patria a pesar de los riesgos que corre. “Todos los que estamos del lado de acá de los barrotes (…) todos sentimos que tenemos un pie en la cárcel”.
Mientras tanto, para Dagoberto Valdés, en nota publicada en Reporte Católico Laico, el 11-J “Cuba cambió”.
Veamos extractos fundamentales de un excelente análisis:
“Las manifestaciones pacíficas del 11 de julio de 2021 a lo largo y ancho de toda Cuba, protagonizadas por el pueblo que demandaba Patria, Vida y Libertad, cambiaron a Cuba para siempre. A dos años de aquellos acontecimientos que estremecieron a la nación cubana queremos, serenamente y en profundidad, rendir homenaje a miles de cubanos que ejercieron su derecho a la manifestación pacífica y especialmente a los que han sido juzgados y sancionados a desmesuradas condenas. (…)
Cuba cambió después del 11 de julio de 2021:
– Cambió porque el pueblo experimentó, después de muchos años, su propio poder.
– Cambió porque a los ojos del poder la discrepancia pasó de considerarse como el sentir minoritario de “grupúsculos pagados por una potencia extranjera” a ser, en verdad, la demanda de una mayoría del pueblo cubano.
– Cambió porque se demostró, después de décadas, que los métodos pacíficos activos, es decir, los métodos no violentos, tienen una fuerza moral y cívica mayor que toda violencia. Y quien responde a esos métodos pacíficos con palos, armas, represión y cárcel expone ante el mundo y sus ciudadanos su verdadera naturaleza.
– Cambió a los ojos del régimen porque este no había experimentado el nivel de rechazo que tenía y de valor que demostró el pueblo ejerciendo su derecho a la manifestación civilizada.
– Cambió porque a los ojos del pueblo, especialmente de los que aún los tenían cerrados, se pudo ver la verdadera naturaleza del sistema que dio la orden de combate, disparó, juzgó sin garantías y encarceló acusando a algunos hasta de sedición por solo ejercer un derecho que el mundo libre ejerce.
– Cambió porque cayeron definitivamente los mitos de la revolución de los humildes, con los humildes y para los humildes. Del mito romántico se bajó a la más dura y cruel realidad de lo que siempre ha sido.
– Cambió porque a los ojos de la comunidad internacional la percepción sobre Cuba se ha desvelado y la reacción violenta, con más de mil presos políticos, hace imposible seguir con la imagen idílica acerca de este proyecto. Y a los que aún mantienen esa trasnochada imagen les es imposible razonablemente sostenerla por la tozudez de la misma realidad de los hechos, so pena de ser cómplices.
Después del 11J la deriva de la política del régimen cubano se desliza peligrosamente hacia donde ese mismo pueblo noble y pacífico no desea llegar ni estar:
Regresar a posiciones de la llamada guerra fría.
Ser aliada de ambiciones geoestratégicas chinas y rusas que niegan en sus mismos fundamentos los enarbolados principios de la soberanía de las naciones, del respeto a la independencia de los países y de la no injerencia en los asuntos internos.
Apoyar una guerra de invasión entre Rusia y Ucrania, aliándose al invasor.
La presencia de China en Cuba en bases militares destinadas al espionaje.
Nada de esto pertenece a la conciencia del pueblo cubano, ni a su cultura primigenia. Ni al proyecto de nación de Varela y Martí.
Todo esto y más colocan a nuestro pueblo en una crisis internacional ajena a la raíz de nuestra propia crisis que, en mi opinión, no es otra que el fracaso de un sistema obsoleto e ineficiente que va contra la naturaleza humana.
Propuestas
No nos quedemos en la queja infructuosa. Seamos parte de la solución. Estas son algunas de las muchas propuestas que están emanando de lo vivido por el pueblo cubano:
- Saquemos las enseñanzas del 11J y de la reacción del régimen cubano y de la comunidad internacional. De lo contrario chocaremos con la misma piedra. Quiera Dios que cerremos la puerta a la violencia.
- Aprendamos lo que dijimos en un Editorial de aquella revista Vitral, hace nada menos que 20 años: “Quien cierra la puerta al cambio en paz, abre la puerta a la violencia” (Vitral 55. Año X, mayo-junio 2003).
- Cuba debe abrirse primero a su propio pueblo, sin lo cual nunca habrá auténtica apertura del mundo a Cuba. Las aperturas sin cambios democráticos son en realidad fraude, oportunismos e intereses económicos éticamente inaceptables.
- Cuba debe salirse urgentemente de las guerras de invasión y de toda forma de violencia, si desea ser sacada del cada vez más estrecho círculo de la violencia.
- Cuba debe salvaguardar la soberanía nacional y territorial empezando por escuchar la voz de su propio pueblo proclamada nítidamente durante estas más de seis décadas y muy especialmente el 11J y después.
- Si se consultara, escuchara, respetara y promoviera la soberanía ciudadana, Cuba saldría de su crisis sistémica. Saldría también, por voluntad de su pueblo consultado, de las conflagraciones regionales y mundiales y dejaría de ser una pieza de la geopolítica en general y de la geoestrategia militar en particular.
Que la memoria del 11J sea un llamado urgente y permanente a la libertad, la Patria y la vida plena, próspera, democrática y en paz.-
3-Las dos Europas y la dictadura cubana
En nota publicada por Infobae, el politólogo argentino Héctor Schamis analiza el nuevo esfuerzo de Josep Borrell y su equipo para “normalizar” ante las instituciones europeas a la dictadura castrista.
Los crímenes cometidos por el Estado en Cuba, Nicaragua y Venezuela se “premian” con una invitación a una Cumbre. La política exterior europea los exime así de sus responsabilidades; los exonera y normaliza. Y los invita a una Cumbre (UE-CELAC) que, como destaca el articulista, es “una Cumbre difícil de explicar, mucho más de justificar”.
La misma se realizó el 17 y 18 de julio en Bruselas.
Sigamos con Schamis:
En mayo pasado Josep Borrell estuvo en Cuba. Fue su primer viaje como Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea; no su primera visita a la Isla, por cierto. Siendo ministro de Relaciones Exteriores de España había estado tres veces en menos de un año y medio. Alguna vez me referí a dichos viajes como “Diplomacia Meliá”.
Con tres dictaduras en su seno, las cuales exhiben un nefasto récord en materia de Derechos Humanos, CELAC—principal instrumento del multilateralismo cubano en el hemisferio—es una verdadera piedra en el zapato para la política exterior europea. Así, el trabajo de Borrell para preparar la narrativa de la cumbre es cuesta arriba, por decir lo menos. Una cumbre difícil de explicar, mucho más de justificar.
Agréguese que Cuba, Nicaragua y Venezuela son aliados de Rusia en la guerra contra Ucrania. No es claro que el tema sea incluido en la agenda, pero debería. Entre otras razones porque la Corte Penal Internacional ha librado una orden de arresto contra Putin.
Volviendo específicamente a Cuba, desde la sociedad civil le reclamaron a Borrell denunciar las violaciones de derechos humanos e interceder en favor de la liberación de los presos políticos. También se le pidió que invoque la cláusula de derechos humanos contenida en el ADPC y que condiciona la continuidad del mismo al otorgamiento de mayores libertades para el pueblo cubano y que incluye la posibilidad de suspenderlo de manera unilateral e inmediata de no verificarse mejoras en este terreno.
Y, de hecho, la situación es mucho peor. Desde las protestas de 2021 la persecución ha aumentado y la represión se ha hecho más brutal, pero Borrell no honró ninguno de los tres pedidos y rehusó recibir a disidente alguno. Expresó “preocupación”, vacuo término de rigor, por la situación de derechos humanos, pero se concentró en las reformas económicas iniciadas en 2021 que permitirían la creación de micro, pequeñas y medianas empresas privadas. Así dice el régimen.
De hecho, su primer evento público fue un encuentro con los “nuevos empresarios”. Conversó con ellos sobre las potencialidades de la apertura, comunicándoles el apoyo de la UE a esta iniciativa y su certeza que el contexto actual presenta desafíos, pero también “formidables oportunidades para modernizar la economía”.
El optimismo modernizador de Borrell contrasta con la realidad, sin embargo, la peor crisis económica desde el periodo especial. (…)
Considérese la siguiente incongruencia. Por mucho menos que las violaciones y crímenes de esta dictadura de seis décadas, así como las de Nicaragua y Venezuela, en septiembre de 2018 la Comisión Europea llevó a Polonia al Tribunal de Justicia de la Unión bajo el cargo de violar normas comunitarias sobre independencia judicial, aplicándole una multa. Y en marzo de 2021, la comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa publicó un memorándum condenatorio del gobierno de Hungría por “erosionar el pluralismo y la libertad de expresión en los medios de comunicación”.
Los graves crímenes que comete el Estado en Cuba, Nicaragua y Venezuela, sin embargo, se “premian” con una invitación a una Cumbre. Con ello la política exterior europea los exime de sus responsabilidades; los exonera y normaliza.
La rectificación de los sinsentidos de Bruselas llegó desde la otra Europa, la rama legislativa en Estrasburgo. Este 12 de julio el Parlamento Europeo aprobó una resolución urgiendo al Estado cubano a detener la represión, liberar a manifestantes y disidentes, y permitir el ejercicio de las libertades, invocando la cláusula de suspensión del ADPC. Criticó a Borrell por no reunirse con opositores y por contribuir al “blanqueo” del régimen. E instó al Consejo a adoptar sanciones contra los responsables, empezando por el presidente Díaz-Canel.
Una bocanada de aire fresco, por cierto, pero no oculta que las incoherencias de la política exterior europea cuando se trata de Cuba, y por añadidura sus aliados regionales, son profundas y antiguas.
En buena parte ello resulta del hecho que, históricamente, Bruselas ha externalizado el manejo de sus relaciones con América Latina en Madrid. Lo cual tiene sentido por los lazos de la historia, el idioma y la cultura. El problema es que en España gobierna una coalición anti-sistema, supuestamente “de izquierda”—el PSOE de Pedro Sánchez, Podemos y el independentismo catalán—socios en la corrupción del castro-chavismo. El Alto Representante de Política Exterior es miembro de dicha coalición.
Ello viene de arrastre desde la presidencia de Zapatero. No son pocos los casos localizados en las instancias judiciales españolas: el lavado con PDVSA del Embajador Raúl Morodo, el financiamiento de las campañas de Pablo Iglesias y las maletas de Delcy Rodríguez en Barajas, entre otros ejemplos. Como resultado, el Ejecutivo europeo no aplica en América Latina los mismos estándares ni los mismos instrumentos jurídicos—por ejemplo, la Convención Europea de Derechos Humanos de 1950—que utiliza con sus Estados miembros, tal como ocurrió con Polonia y Hungría. (…)»
4– La vida cultural de Iván Acosta en Nueva York
Concluyamos esta Bitácora en tono alegre. La escritora, periodista y educadora Gloria Chávez Vásquez publicó una sentida nota-homenaje (en “Opinión de Yucatán”) a un querido amigo cubano, residente hace décadas en Nueva York, y que ha luchado por su patria desde los territorios de la cultura, y desde sus raíces cubanas. Como bien destaca Gloria Chávez,
“Iván Acosta ha sido uno de los impulsores y guardianes claves de esa cultura en Nueva York, no solo con sus talentos como escritor, productor y director de cine y de teatro, sino por su habilidad de galvanizar a toda una comunidad alrededor del teatro y de la música.
Lo conocí en un gran momento, cuando Iván dirigía el Centro Cultural Cubano en Nueva York. Tuve la fortuna de verlo trabajar cuando participé en los festivales de poesía y en sus producciones teatrales. La grata experiencia me contagió del amor y entusiasmo, tan tradicional en los cubanos, por las artes. Iván era el maestro ideal. Un ser humano sencillo, encantador, de nobleza extraordinaria, que podía crear y sabía escuchar.
Iván Acosta nació en Santiago de Cuba. de padres trabajadores y amantes de la música. Lleva los genes de una abuela francesa y un abuelo catalán. Comenzaba su adolescencia cuando llegó la revolución. La vida de la isla y sus habitantes cambió en un instante: de la alegría y la música a la tragedia y el dolor. (…)
Ya en Nueva York, y durante la crisis de octubre de 1962 cuando los rusos instalaban cohetes nucleares en Cuba, Iván ingresó en el ejército donde formó parte de las Unidades Cubanas y se entrenó como paracaidista. 6 años después del servicio militar pudo comenzar a estudiar en New York University.
Teresa Serrano Berdeal conoció a Iván Acosta en 1976 recién llegada de Venezuela donde su familia cubana se había exiliado y ella había cursado sus estudios. Se casaron en Memorial Day en 1982. Sus dos hijos también tienen la vena artística. Yaritza es directora creativa y diseñadora, Amaury es percusionista, compositor y arreglista, experto en jazz, música electrónica y música cubana. Sus nietos Penélope y Phoenix son estadounidenses de segunda generación. Iván describe a la suya como “una familia bicultural y bilingüe”.
En 1972, las universidades y centros educativos de los Estados Unidos eran objeto de una agresiva campaña de propaganda cultural procastrista. La comunidad cubana en el exilio necesitaba tener una institución que la representara y a su vez preservara su cultura. Iván se reunió con un grupo de amigos, entre ellos el escritor Omar Torres, el pintor Luis Cruz Azaceta, el fotógrafo Rafael Llerena, Paul Echaniz, Carlos Fernández Freire y Aida de Cárdenas. Apoyados por un centenar de amigos, profesionales y artistas que respondieron al llamado, surgió el Centro Cultural Cubano de Nueva York. (…)
Han transcurrido más de 50 años y el CCC continúa activo, como decano de la cultura hispanoamericana en Nueva York. Junto al Repertorio español, el Teatro Rodante Puertorriqueño y otros teatros como Intar y Thalia, el Centro Cultural Cubano ha llevado las obras de decenas de autores iberoamericanos a miles de espectadores en sus salas y en las de centros educativos y universidades de los Estados Unidos.
Sueños hechos realidad
En total, Iván ha escrito 16 obras teatrales, tres de ellas llevadas al cine: El Súper, Amigos, y Rosa y el ajusticiador del Canalla. Su obra más exitosa, El Súper (1976) la escribió inspirado en las conversaciones callejeras de los encargados de los edificios de Washington Heights, casi todos cubanos y puertorriqueños.
En 2016 publica Con una canción cubana en el corazón un libro de lujo con fotografías de 282 carátulas de los discos de su colección, de la época de oro de la música cubana y 80 de sus cuentos. El libro contiene dos LD de vinilo, con 26 canciones cubanas. (…)
En 2021, y para conmemorar el 20 aniversario del 9/11 Iván estrenó Detrás de mis ojos el documental sobre el ataque terrorista a las torres gemelas filmado desde su balcón en el piso 42 del Manhattan Plaza. A la presentación, simultánea en Nueva York y Miami siguió la de su participación en festivales de cine en Estados Unidos, Suecia, Noruega, Australia y Canadá donde tuvo gran acogida.
Los conciertos
Iván Acosta produjo y dirigió Cándido «Manos de Fuego» estrenado en el Festival de Cine del Lincoln Center. En el documental, el percusionista Cándido Camero, de 99 años, narra la historia de su vida y se despide de Miami en un último concierto (2019). El documental establece el vínculo musical entre la rumba de Cuba y el jazz en Estados Unidos. El cantante Tony Bennett, afirma en el documental que “cuando Cándido llegó a New York, en 1946, la música del jazz cambió para siempre”.
Es un hecho que, en el fenómeno migratorio, hay inmigrantes que absorben la cultura del país anfitrión para perder sus raíces. Pero hay otros, que enriquecen la cultura del país que los acoge, mientras preservan la suya. Ese es Iván Acosta. (…)
En sí, la vida de Iván Acosta es su mejor libreto teatral o guión cinematográfico. Como líder cultural, desde Nueva York ha llevado la batuta todos estos años para sentar precedentes no solo en la gran manzana sino en el resto del país que le dio asilo a él y a su familia”.
Felicitaciones a Iván por este muy merecido homenaje. Y que sigan sus esfuerzos y sus éxitos.
Marcelino Miyares, Miami, 23 de julio 2023.