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Momento clave para la Primaria

 

La semana pasada aumentaron los rumores sobre posibles acciones para acabar con la Primaria por parte del régimen, con el comunicado en el que el Consejo Nacional Electoral responde, tras varios meses de silencio y cuando estamos a un mes de su celebraciónla consulta hecha por la Comisión Nacional de Primaria sobre la posible cooperación del órgano electoral con el proceso opositorLa interferencia con la Primaria no se ha materializado hasta ahora por el alto costo que tendría en las negociaciones con el gobierno de Estados Unidos, que permitirían la flexibilización de las sanciones a cambio de no interferir con la Primaria y mejorar las condiciones para la elección presidencial de 2024. 

Benigno Alarcón Deza

Apenas a un mes de la primaria, aún se mantiene la incertidumbre sobre si se realizará o, si por lo contrario, será abortada antes del 22 de octubre. No cabe duda de que el gobierno ha hecho lo suyo para tratar de bloquear esta iniciativa electoral opositora, como desmantelar la directiva del Consejo Nacional Electoral justo cuando tenía que decidir su apoyo al proceso; inhabilitar candidatos; y lanzar amenazas sobre la legalidad de la elección, sobre quienes prestarán sus casas o locales para la votación, sobre las juntas electorales regionales; y sobre los miembros de la Comisión Nacional de Primaria (CNP) por el financiamiento.

Una de las versiones que corrió esta semana es que el presidente de la Comisión Nacional de Primaria, Jesús María Casal sería destituido o inhabilitado para ejercer el cargo, pero la realidad es que el gobierno no encuentra una fórmula para suspender la Primaria cuya relación costo/beneficio le resulte favorable, por lo que sigue intentando, inútilmente, que sea la misma CNP o la alianza opositora quien cancele la iniciativa. A todo evento, no puede subestimarse la creatividad y falta de escrúpulos del gobierno para orquestar una campaña, que incluye a algunos “opositores”, “analistas” y “empresarios” cooptados, así como para crear decisiones paralegales y propagar rumores que generen presión, incertidumbre y zozobra casi infinitas. Es así como terminamos la semana con un comunicado del Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre su posible participación en la elección primaria, lo que, contrario a lo establecido en el reglamento de la Primaria, seguramente excluiría a los inhabilitados y al voto en el exterior, en otras palabras, se traduciría en la muerte de la Primaria.

La Primaria como derecho

Pero ¿cómo percibe la opinión pública la Primaria? Según algunas encuestadoras, en las últimas semanas no ha habido grandes cambios en torno a esta elección. Se sigue manifestando el gran interés de la gente por este evento del 22 octubre, lo que no significa que necesariamente todos los que manifiestan intención de votar terminen haciéndolo.

Pero lo que sí se observa es una clara apropiación del tema primaria y elecciones por parte de la población.  La gente siente que esta elección puede ser el inicio de un proceso para el cambio político que se aspira. Hay a quienes no les gusta ningún candidato, pero quieren que haya un candidato unitario; algunos no van a votar, pero quieren ver cómo resulta esta elección. En general, hay una apropiación de la idea de la Primaria como derecho y como mecanismo de legitimación y coordinación de preferencias. En cuanto a participación, los estudios confirman que el aumento de disposición a participar está alrededor de un 15%, y aún podría crecer como resultado de la intensificación de la campaña durante este último mes, la información sobre dónde y cómo votar, y el ambiente que se genere el mismo día de la elección.

Negociando en EEUU y en Pekín

En lo que no cabe duda es que el gobierno se esfuerza por alcanzar resultados a través de la negociación y por ello mueve todas sus piezas aquí, en Estados Unidos y hasta en Pekín. Está consciente de que mientras más tarde en darle el zarpazo a la Primaria, será más difícil y costoso intentar abortarla.

En ese sentido, su mensaje a Estados Unidos ha sido que está dispuesto a que la Primaria se realice, y también a que no se adelante la fecha de las presidenciales, con tal de que se logre la flexibilización de las sanciones, mientras se niega a reconsiderar el levantamiento de las inhabilitaciones. Y la realidad es que el gobierno sabe que la Primaria puede ser el principio del fin si sirve para legitimar a un liderazgo dispuesto a confrontarlo en las urnas y fuera de ellas. Es por ello que el gobierno se esfuerza en despojar a la Primaria de su efecto legitimador, bien sea deteniéndolas, preferiblemente por decisión de la propia oposición para no endosarse los costos que eso implica, o vaciándola de utilidad dejando por fuera a los candidatos que le dan vida y legitimidad.

Es por ello necesario recordar que la negociación, bajo estas circunstancias, tiene una utilidad limitada y no pueden dejarse de lado la diferencia entre lo que se quiere y se puede lograr en un proceso de negociación. Las expectativas que la comunidad internacional tiene sobre la factibilidad de lograr un cambio político en Venezuela son bajas, mientras que ven más factible proteger sus propios intereses, lo cual pasa por flexibilizar las sanciones y alcanzar algún nivel de estabilidad económica que permita reducir los niveles de migración y facilitar la operación de las empresas transnacionales que se mantienen activas en Venezuela. Ello podría implicar un acuerdo mínimo que, de darse, terminaría abonando a la estrategia del gobierno, y se traduciría en un posible triunfo electoral en un proceso multi-partidista, pero no competitivo, que le regalaría al oficialismo un nuevo período de estabilidad y apaciguamiento de las fuerzas democráticas en el país.

A todo evento, la negociación entre el gobierno de Maduro y la Casa Blanca no es tan sencilla como algunos quieren dejar ver. Ciertamente, el gobierno logró un importante éxito al replantear un proceso de diálogo directo con el Gobierno americano, al punto de que ya nadie habla de México. Pero existe una carta o pronunciamiento del Congreso bipartidista de Estados Unidos alertando a Biden sobre la situación venezolana de deterioro político, inhabilitaciones y de un CNE sin contrapesos. Y el presidente norteamericano no está en una posición fácil con un posible juicio político en discusión, el caso de su hijo y la corrupción, así como la debilidad del partido demócrata. Eso dificulta que el gobierno norteamericano se plantee dar un cheque en blanco a Maduro a cambio de nada.

La realidad es que tanto para los Estados Unidos como para Miraflores será muy difícil lograr mayores avances en la negociación, por lo que la cúpula gubernamental diversifica sus esfuerzos buscando lo que necesita en otra parte. Específicamente en China. Aunque la gira iniciada por la vicepresidente Delcy Rodríguez y sellada por Maduro solo generó 30 acuerdos que no parecieran tener mayor relevancia en los económico, lo que sí generaría un alivio importante es la reactivación de la venta directa, sin intermediarios ni mayores descuentos, de petróleo venezolano a China, aunque parte de estos ingresos sirvan para pagar la deuda que se mantiene con ese país.

¿Qué hacer con la Primaria?

El comunicado del CNE como respuesta a la petición de la CNP de su cooperación en el proceso no es un acto de cortesía, sino que debe verse en el contexto de las presiones, ataques y amenazas que se han producido durante las últimas semanas. El CNE entra en el juego del policía bueno y el policía malo como el actor capaz de salvar la Primaria de un futuro incierto, en el que solo con su participación se garantiza la realización de los comicios y la seguridad de todos quienes trabajan y cooperan con la CNP en un momento en el que los temores y dudas están a la orden del día, cada día.

En este sentido, el mensaje del CNE a la CNP es que la Primaria se hace con el organismo electoral o no se hará, y de hacerse con ellos habrá condiciones, entre ellas, la no participación de los inhabilitados, o sea de los tres candidatos que encabezan las preferencias (María Corina Machado, Henrique Capriles y Freddy Superlano). Condición esta que equivaldría a matar el proceso, ya que sin candidatos con altos niveles de apoyo no puede haber altos niveles de participación, y sin participación se pierde el efecto legitimador y la unidad de la oposición en torno a un liderazgo y candidatura unitaria, configurándose el escenario ideal para imponer la estrategia oficialista “divide et impera” que es la única forma en que una minoría como la que hoy apoya al gobierno pueda convertirse en una mayoría relativa con algún nivel de competitividad, como sucedió en las últimas elecciones parlamentarias, regionales y municipales.

A estas alturas, en mi opinión, sería un gravísimo error que le CNP cediera a la estrategia oficialista de involucrar a última hora al organismo electoral para imponer condiciones que pueden implicar la muerte de la Primaria y que le ahorrarían al gobierno los costos de impedir su realización. La CNP debe seguir adelante con su hoja de ruta de cara al 22 de octubre, tal como ha sido programado y anunciado, en lugar de dejar en manos del gobierno la responsabilidad y los costos de bloquear la celebración de la Primaria. Es preferible que el gobierno asuma la responsabilidad de impedir la Primaria por una decisión del Tribunal Supremo de Justicia y pague las consecuencias de ello internamente y en la mesa de negociación internacional, a que la CNP coopere con el gobierno, a través de las demandas impuestas por el órgano electoral, con el ánimo de salvar la Primaria, vaciándola de su utilidad como instrumento de legitimación para unificar al país en torno a un liderazgo que asuma la responsabilidad de guiarnos a través de las turbulencias en las que el país debe navegar hacia el 2024.

 

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