CulturaÉtica y Moral

Beatriz Pineda Sansone – El deseo: la potencia que moviliza nuestro ser

                                    El deseo es la esencia del hombre.

La obra de Baruch Spinoza, según Gilles Deleuze, está recorrida por tres personajes: el esclavo, el tirano y el sacerdote. El primero es un hombre sumiso sometido a sus pasiones tristes; el segundo es aquel que las necesita para establecer su poder, y el tercero se entristece por la condición humana. Los tres personajes comparten un resentimiento contra la vida y constituyen una especie de “trinidad moralista”, como revelará Nietzsche. En su “Tratado teológico-político”, Spinoza  descubre al tirano y al sacerdote. Con relación al esclavo, señala que es el hombre que se cree libre cuando en realidad está sometido al poder de su imaginación, de sus deseos, pulsiones y emociones. El recorrido de la Ética, escrita entre 1660-1661, es un camino desde la servidumbre hacia la libertad, de la tristeza hacia la alegría.

Siguiendo a Descartes, Spinoza está convencido de que la estructura del mundo es matemática, y que la exposición de un problema y de su solución será mucho más perfecta cuanto más acoja la forma de un razonamiento expuesto de manera geométrica -que comprende las habilidades de reconocer visualmente la forma de los objetos; explorar conscientemente el espacio y comparar los elementos observados-. La ambición de Spinoza es proponer una ética: un camino que conduzca a una vida buena y feliz, basada en una metafísica, es decir, en una concepción de Dios y del mundo.

Mediante un formidable trabajo de observación de sí mismo y de sus semejantes, Spinoza elabora una verdadera ciencia de los afectos. Considera tres elementos de base, de los cuales derivan todos los demás: el deseo, que expresa nuestro esfuerzo por perseverar en nuestro ser; la alegría, que incrementa nuestra capacidad de actuar y la tristeza, que disminuye esta última facultad. A continuación, Spinoza intenta indagar cómo nacen y se componen los otros afectos a partir de los tres sentimientos básicos referidos. Todos los afectos son expresiones particulares del deseo y serán una modalidad de la alegría, siempre y cuando aumenten nuestra capacidad de obrar, o de la tristeza, si la disminuyen. El amor que se basa en el deseo tiene por objeto una cosa o una persona y constituye una alegría en la medida en que la idea que tenemos de ese objeto incrementa nuestra capacidad de obrar. El odio tiene por objeto disminuir nuestra capacidad de actuar y nos sumerge en la tristeza. Por eso, Spinoza define el amor como “la alegría que acompaña la idea de una causa interior”. La esperanza  es como una alegría inconstante, nacida de la idea de una cosa futura o pasada, cuyo resultado nos parece dudoso en cierta medida. Igualmente, define el sentimiento de seguridad como “la alegría que nace de la idea de una cosa futura o pasada a propósito de la cual ya no hay motivo para dudar.

El deseo, respondió Spinoza a Platón, no expresa una carencia, sino una potencia. No es peligroso en sí mismo, mientras esté bien orientado y no hay que suprimirlo sino guiarlo, exclama a los ascetas de todas las religiones que preconizan la renuncia. Querer suprimir o reducir el deseo es disminuir la potencia vital del ser humano, es buscar, en nombre de un ideal sobrehumano, despojar uno de los fundamentos de su humanidad. No hay que suprimir o disminuir el deseo, sino orientarlo mediante la razón. Debemos aprender a  encaminarlo hacia personas o cosas que aumenten nuestra potencia y nuestra alegría, en lugar de disminuirla.

La sabiduría no consiste en evitar los encuentros, sino en aprender a seleccionarlos, esta acción incluye la exploración y la comparación para favorecer los buenos y evitar los malos. Comprender y desear lo que es bueno para nosotros nos aporta las más bellas alegrías. La única fuerza que, verdaderamente, puede hacernos cambiar es el deseo. El deseo representa una potencia del cuerpo y del espíritu capaz de movilizar todo nuestro ser para conducirlo al cambio, allí donde la razón y la voluntad, ligados, exclusivamente, al espíritu pueden revelarse impotentes. Contrario a Platón y a Descartes, Spinoza no opone la razón y la afectividad. El deseo activa la totalidad de nuestro ser, mientras que la razón y la voluntad solo movilizan nuestro espíritu: por tal motivo la razón necesita los sentimientos para conducirnos a la sabiduría. El papel de la razón consiste en encontrar una cosa o una persona susceptible de despertar en nosotros un sentimiento positivo, mayor que el afecto negativo que nos sumerge en la tristeza y, por lo tanto, capaz de despertar un nuevo deseo. La gestión del deseo, su reorientación, se convierten en la clave de la felicidad y de la plenitud.

 

 

Mi nombre es Beatriz Pineda Sansone. Nací en la ciudad de Maracaibo, Venezuela. De niña era inquieta, llena de arrojo. Admiraba a nuestro Arturo Uslar Pietri, quien conducía el programa televisivo Valores Humanos. Su ejemplo ha sido mi norte. Gracias a mis hijas he realizado grandes aventuras a favor de los niños. Creé el Taller Literario Infantil Manzanita que devino en Fundación en 1985. Más tarde, con motivo del nacimiento de un nuevo diario en Maracaibo, fundé Azulejo, el periódico de los niños del diario La Verdad –primera etapa-. Extendí el Programa La Hora del Cuento a centros de arte, museos, universidades, colegios y McDonald’s Padilla de la ciudad con el fin de cultivar en los niños el amor por la lectura, y todas sus destrezas cognitivas, afectivas y psicomotoras.

Más tarde, en 1996, obtuve el título en Filología Hispánica con el premio Summa Cum Laude en la Universidad del Zulia. Cursé estudios de postgrado (2000-2003). Me convertí en articulista de los diarios venezolanos Economía Hoy, Panorama y El Universal.

Soy autora de: Las Memorias del Maestro Ramiro (1979); Desde otro rayo (1992). Universidad del Zulia; Los ojos de la montaña (2011). Entrelíneas Editores, España; La Hora del Cuento. Enseñar a razonar a los niños a través de la lectura de cuentos (2015). Ediciones de la Torre, España; El Principito y los Ideales. Defensa de la libertad, del amor y del razonamiento (2017). Editorial Verbum, España; La Aventura nunca imaginada de un lápiz (2018). Fundación editorial el Perro y la Rana. Venezuela; Una niña de mi edad (2019). Editorial Tandaia, España. Malika, la más pequeña de la manada (2021). Europa ediciones. Roma.

En la actualidad desarrollo una intensa labor a favor de la lectura a través de las redes sociales: @beapinpaz.escritora, los chats Aventuras Literarias y Café Lectura. 

 

 

 

2 comentarios

  1. Magnífica reflexión sobre lsd pulsiones y el control social. Junto a Spinoza hay que decir que es una lucha continua entre lo irracional ( la ira extrema por ejemplo ) y el deseo de extinguir lo que te la causa o enfrentarlo violentamente y el uso de la razón y el comedimiento para
    manejarla sin causar daños a terceros . Es decir del las pasiones sin control al ideal virtuoso del bien .

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