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El Rey pide a los políticos «una España sólida y unida, sin divisiones ni enfrentamientos»

El Monarca no realiza ninguna alusión directa a la amnistía pero recuerda al Gobierno y parlamentarios su «obligación de desempeñar las funciones constitucionales encomendadas, buscando siempre el bien común de todos los españoles»

 

 

El primer gran discurso del Rey tras los pactos de Pedro Sánchez y Carles Puigdemont ha sido un alegato a favor del entendimiento, la cohesión y la unidad, junto a una férrea defensa de la Constitución, sin mención directa a la amnistía.

«Nuestra obligación, la obligación de todas las instituciones, es legar a los españoles más jóvenes una España sólida y unida, sin divisiones ni enfrentamientos», ha señalado el Monarca en el Congreso ante Gobierno, diputados y senadores durante la apertura de la nueva legislatura, la número XV y la que echa a andar con la división política y social más profunda de las tres que se han iniciado durante el Reinado de Don Felipe.

En este marco, el Monarca ha querido reivindicar el pacto del 1978 como el momento en el que España «alcanza su mejor expresión en el entendimiento mutuo sin imposiciones ni exclusiones», y ha recordado al Gobierno, diputados y senadores su «obligación de desempeñar las funciones constitucionales encomendadas, buscando siempre el bien común de todos los españoles».

«La envergadura de los retos que afrontamos reclama −de todos− una gran responsabilidad. Así lo merecen los españoles y lo demanda el ejercicio de su representación», les ha apremiado, añadiendo «la mejora de las condiciones de vida de las personas» como otra tarea a llevar a cabo.

En un momento en el que los pactos del PSOE y Junts ponen a prueba los límites constitucionales y cuestionan la separación de poderes, el Rey ha defendido la vigencia de la Carta Magna incidiendo en que sus valores «no están anclados en el pasado y deben proyectarse permanentemente hacia el futuro», y que su espíritu es «inclusivo de ideales y convicciones».

«Debemos honrar su espíritu, respetarla y cumplirla, para hacer efectiva la definición de España como un Estado Social y Democrático de Derecho», ha añadido antes de remarcar que estos son los «tres pilares esenciales, inseparables e indisociables entre sí de una misma realidad histórica y política, que es España, y que garantizan nuestra convivencia colectiva».

Frente al poder creciente de los independentistas sobre el Gobierno socialista, Don Felipe ha recordado que «España ha sido una realidad compartida y edificada por mujeres y hombres de diversa procedencia social o geográfica con ideologías distintas«, y que el Parlamento genera »la integración de diferentes opciones y proyectos dentro de nuestra Constitución«.

El mensaje del Monarca se esperaba con gran expectación ya que ha sido el primero que dirige sobre la situación de España desde que el PSOE y Junts firmaron el acuerdo político que incluye una amnistía total para los independentistas catalanes implicados en delitos relacionados con el impulso de la ruptura con España, la asunción del relato de Carles Puigdemont sobre el procès, y la acusación de lawfare a los jueces y fiscales.

Para el Rey, «el espíritu más noble en el ejercicio de la política» es «la búsqueda del entendimiento, el reconocimiento de nuestras diferencias unido al mutuo respeto como ciudadanos, la certeza de que sólo superando las divisiones tienen una base segura las libertades y los derechos».

Así, ha reivindicado nuevamente «el profundo significado» del «gran pacto» de la Transición y ha recalcado que hacerlo «no es, en absoluto, mirar atrás con nostalgia »sino una orgullosa y consciente reafirmación de nuestras mejores capacidades como país y del mejor logro que ordena, en nuestros días, la vida de la sociedad española: la Constitución».

Por ello, ha dibujado la Carta Magna como lo que sustenta «la historia del gran éxito colectivo de nuestra democracia» y «establece la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo político como valores que en los que se basa nuestra convivencia democrática».

Ejerciendo escrupulosamente la función de árbitro y moderador que la atribuye la Constitución, el Rey ha enmarcado sus mensajes en el país que deben recibir los jóvenes, la generación de la Princesa Leonor. «Necesitan recibir una España cohesionada y unida en la que puedan desenvolver sus vidas y proyectar sus ilusiones», ha subrayado.

«Cada generación es depositaria de los logros de las generaciones anteriores y tiene la obligación cívica de perfeccionar y acrecentar esos logros; tiene el deber moral de proteger y conservar lo alcanzado», ha señalado como tarea a la clase política.

A la sesión también han acudido la Reina y la Princesa Leonor. Dada la importancia del acto, la Heredera se ha desplazado desde Zaragoza, donde continúa con su formación en la Academia General Militar, para acompañar al Rey.

Ataque de los socios de Sánchez a la Monarquía

Y Don Felipe ha querido aprovechar el acto para agradecer «el afecto recibido en este hemiciclo, así como también todas las muestras de apoyo de los ciudadanos» en la jura de la Constitución de la Princesa Leonor, «un día de tanta trascendencia para España». «Para la Corona, el juramento de la Princesa es condición de su continuidad en el desempeño de la misión asignada a la Monarquía Parlamentaria en la Constitución», ha señalado.

En el hemiciclo se encontraban hoy escuchando sus palabras algunos representantes políticos que decidieron no acudir a la jura de la Princesa, como el portavoz del PNV, Aitor Esteban, que ha dedicado aplausos tímidos al discurso del Monarca, o los diputados de Podemos, que no han querido aplaudir a Don Felipe.

Sí lo han hecho todos los miembros del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, que hoy se sentaban en el banco azul por primera vez desde la toma de posesión de sus cargos, así como todos los diputados de Sumar con la vicepresidenta segunda a la cabeza, Yolanda Díaz a la cabeza.

Tres de los socios de investidura de Sánchez, ERCBildu y BNG, han utilizado el acto para atacar a la Monarquía y han difundido a primera hora de la mañana un manifiesto en el que acusan al Rey de «intentar imponer proyectos y valores antidemocráticos». Ninguno de estas tras formaciones ha asistido al acto, al que sí han estado presentes Sumar y el PNV.

Desfile militar

A su llegada, los Reyes han sido escoltados por el Escuadrón de la Guardia Real, donde estaban en formación el Batallón de Honores, cuatro compañías del Ejército de Tierra, de la Armada, del Ejército del Aire y del Espacio y de la Guardia Civil con Bandera, escuadra de gastadores, banda y música.

El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, y el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Teodoro Esteban López Calderón, han sido los encargados de recibir a la Familia Real.

Don Felipe ha recibido honores militares y ha pasado revista al Batallón de Honores, acompañado por Esteban López, el teniente general jefe del Cuarto Militar de la Casa del Rey y el teniente coronel jefe del Batallón de Honores.

Una vez en la escalinata del Palacio del Congreso, la comitiva ha sido recibida por la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y el presidente del Senado, Pedro Rollán.

A su llegada al Salón de Sesiones, el Himno Nacional ha sonado para recibir a la Familia Real. Antes de las palabras de Don FelipeArmengol ha abierto la sesión con un discurso en el que ha defendido los pactos de investidura de Pedro Sánchez.

Al concluir el acto, la Familia Real ha saludado a las autoridades e invitados en orden protocolario para dirigirse después en el podio de honor donde ha asistido al desfile militar en su honor por parte de la Agrupación de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil.

 

 

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