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¿Izquierdas? líbranos señor, por Paulina Gamus


¿Izquierdas? líbranos señor

¿Hubo alguna vez partidos de derecha en Venezuela? Parece que no y de verdad que fue una lástima. Acción Democrática nació con el lastre de ser comunista por el sarampión juvenil de Rómulo Betancourt. Pero en la evolución de ese partido se demostró que algunos de sus dirigentes, si no lo eran lo fueron. Verbigracia los fundadores del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR que terminaron como súbditos de Fidel Castro. ¿Era Fidel Castro de izquierda? Evidentemente no, era un comunista estalinista como lo es hasta hoy el régimen cubano.

El partido Social Cristiano Copei nació también con un lastre: sus simpatías por el fascismo en general y el franquismo en particular. Pero evolucionó hasta ser un partido democrático. Lo curioso en ambos casos –AD y Copei– es que su dirigencia y militancia se ofendía si se les calificaba de derechas. Ambos eran socialistas lo que quería decir, casi de Izquierda. La verdadera Izquierda democrática surgió con la creación del Movimiento al Socialismo MAS, cuando lo mejor de la dirigencia comunista, con Teodoro Petkoff al frente, se liberó de ese yugo.

He contado antes la reunión de Felipe González, aún desterrado de España, con la máxima dirección de AD, traído de la mano por Carlos Andrés Pérez. Aquel joven flaco y medio hippy era un comunista transformado en socialista. Y así fue sin desviarse hasta el día de hoy. Fundó el Partido Socialista Obrero español (PSOE). Gobernó 14 años y logró el ingreso de su país en Europa y el desarrollo que hoy tiene. Y era de izquierda.

Pero llegó Zapatero y como las desgracias nunca vienen solas, lo sucedió Pedro Sánchez. Ambos de izquierda, ¡pero qué izquierda! El primero un servil tarifado de las dictaduras y semi dictaduras latinoamericanas que se autodenominan de «Izquierda». El segundo, Sánchez, uno que ha perdido lo más mínimo de pudor, decencia y dignidad, para sostenerse en un poder que los votos españoles le negaron. Solo el perverso sistema parlamentario permite trapisondas como la amnistía general a golpistas y asesinos prófugos de la justicia o encarcelados, para lograr la mayoría y gobernar.

¿Y qué de las Izquierdas que padecemos por estos lares? Argentina destruida, asaltada, apuñalada por la pandilla Kirchner y toda la mafia peronista anterior. Nadie sabe qué va hacer Javier Milei ni que significa ser Libertario. Por lo pronto es el único mandatario que –al juramentarse– repite una y otra vez «no hay plata porque hubo 100 años de robos». Guardando las kilométricas diferencias, recuerda el «sangre, sudor y lágrimas» que Winston Churchill ofreció al pueblo británico en 1940.

Confieso que Gabriel Boric es un izquierdista al que no he dejado de admirar, porque no se parece a ninguno de los adefesios zurdos que proliferan.

Lula, un hampón, hipócrita y acomodaticio cuyo único mérito ha sido librar a Brasil de Bolsonaro. Gustavo Petro, alguien indefinible, podríamos calificarlo como nadie. Daniel Ortega y la bruja Rosario, psicópatas y criminales. López Obrador quien entregará pronto un país mitad desangrándose en guerras mafiosas y la otra como si nada. Todos socios de regímenes vergonzosos como el Irán de los Ayatolas y la Rusia de Putin.

Y así llegamos al régimen «izquierdista» de Nicolás Maduro al que con solo aplicarle algunas frases del discurso de Milei sobre la ruina en que está la Argentina y sus causantes, bastaría. Agreguemos que es carnal de todos los bichos antes nombrados, incluidos los izquierdistas carniceros Ayatola Jamenei y Vladimir Putin.

 

Paulina Gamus es abogada, parlamentaria de la democracia. 
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