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El canciller alemán desvela por descuido secretos de la OTAN en Ucrania e irrita al Reino Unido y Francia

El Gobierno británico ha desmentido a primera hora sus declaraciones acerca de que Gran Bretaña ya ha estado directamente involucrada en el uso de misiles de crucero de largo alcance contra posiciones rusas en Ucrania

Los participantes escuchan al Canciller alemán Olaf Scholz hablar durante un evento llamado ‘Chancellor Talk’ con ciudadanos en Dresde AF

 

No cabe duda de que Scholz mostró valentía en el «encuentro ciudadano» mantenido anoche en Dresde. En un territorio en el que apenas logra un 6% en las encuestas de intención de voto, acudió a una charla abierta con el público, un formato que puso de moda Merkel y en el que el canciller alemán se deja formular todo tipo de preguntas por parte de ciudadanos de variado origen social ante las cámaras. Y resolvió bastante bien la papeleta, hasta que tuvo que hablar sobre su negativa a entregar los misiles Taurus de largo alcance a Ucrania y sobre su rechazo a la apertura del presidente francés Macron, que no descarta el despliegue de soldados europeos en Ucrania.

Scholz trató entonces de exponer una composición de lugar amplia, en la que hizo comentarios sobre las posiciones que mantienen al respecto los británicos y los franceses. Y, preso de la relajada charla a la que conduce ese formato, se fue de la lengua. Cuando ha llegado esta mañana a su despacho en la Cancillería de Berlín, se ha encontrado con que el Gobierno británico ha desmentido a primera hora sus declaraciones acerca de que Gran Bretaña ya ha estado directamente involucrada en el uso de misiles de crucero de largo alcance contra posiciones rusas en Ucrania.

El uso de los misiles Storm Shadow suministrados por Gran Bretaña, así como «el proceso de selección de objetivos», son «una cuestión que corresponde a las fuerzas armadas ucranianas», ha aclarado un portavoz del Ministerio de Defensa británico. El Reino Unido, ha aclarado, tiene «un pequeño número de personal en el país para garantizar la seguridad de nuestra presencia diplomática y apoyar a las fuerzas armadas ucranianas, incluso mediante formación médica».

Londres destaca también el gran beneficio militar del sistema de misiles de largo alcance para la defensa de Ucrania e insiste en que el uso de estos sistemas juega «un papel fundamental» en la defensa del territorio ucraniano, hasta el punto que ha «cambiado la situación estratégica al aumentar la presión sobre las fuerzas rusas y sus líneas de suministro». Pero de donde Scholz ha recibido la crítica más acerada y acusadora es en el parlamento británico.

«Rusia lo explotará»

El diputado conservador Tobias Ellwood, ex jefe del comité de defensa, ha condenado las palabras del canciller alemán, aseguando que «se trata de un flagrante mal uso de la información de inteligencia destinado deliberadamente a distraer la atención de la renuencia de Alemania a equipar a Ucrania con su propio sistema de misiles de largo alcance». En una entrevista concedida a toda prisa al diario Telegraph, lamenta que «Rusia explotará las declaraciones de Scholz para alimentar aún más la escalada».

Se refiere a las palabras de Scholz con las que se refirió a que «lo que están haciendo británicos y franceses en términos de control de objetivos y acompañamiento del control de objetivos no se puede hacer en Alemania». Justificó así que «lo que hacen otros países, que tienen tradiciones diferentes e instituciones constitucionales diferentes, es algo que no podemos hacer de la misma manera». Dio a entender así que los franceses y los británicos están programando ellos mismos los misiles de crucero Scalp y Storm Shadow entregados a Ucrania y que al menos Gran Bretaña tiene personal estacionado en Ucrania para este propósito, algo que nunca ha sido confirmado oficialmente.

El gobierno francés, aunque de forma más discreta, también ha hecho llegar su malestar por las palabras de Scholz. «En lo que respecta a las declaraciones de la canciller alemana, nos gustaría recordarles que cada uno actúa en el marco que considera apropiado», ha comunicado el jueves el Ministerio de Asuntos Exteriores de París, recordando que «nuestro objetivo es el mismo: hacer fracasar a Rusia». Y si el descontento por parte de los socios de la OTAN es evidente, también lo es el causado dentro de Alemania.

El político de la CDU y coronel retirado Roderich Kiesewetter ha criticado que la posición de Scholz y sus declaraciones «son una autodisuasión en contra del consejo del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Ministerio de Defensa«. Su posición es que Alemania debe entregar cuanto antes los Taurus a Kiev. «Tenemos que hacerlo. Si no lo hacemos, Putin ampliará la guerra», augura, «por eso tenemos que escalar nosotros mismos para que Putin desescale», con la esperanza de que, si Occidente demuestra su fuerza real, el presidente de Rusia recapacite.

«Scholz ha cometido un grave error técnico», afirma por su parte el experto alemán en seguridad Maximilian Terhalle, profesor de la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres, «ha cortado la cohesión de la OTAN y pone en peligro la cooperación con Ucrania». Terhalle considera una gran falta el que el canciller alemán haya hecho públicas conclusiones de inteligencia de los aliados más cercanos, que conoce solamente bajo estricta condición de confidencialidad.

 

 

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