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O. Páez-Pumar: ¡Nunca tendrán pruebas!

 

No es la primera vez que oigo salir esa frase de la boca del teniente Cabello, también desde luego se la puede escuchar de los labios del usurpador y de muchos otros miembros de la cofradía del socialismo del siglo XXI. Ahora la pronuncia, a propósito del señalamiento del narcotráfico como la fuente en donde se originan los ingresos actuales del gobierno, que sustituyen a los que antes provenían de una economía próspera que tenía en el petróleo su principal motor y en los precios alcanzados por éste, el nacimiento de la fantasía de que ese ingreso era inagotable.

Ahora la producción de petróleo es escasa, los precios han caído, los codueños cubanos no cejan en sus demandas y la moneda en la que cobran los impuestos a los venezolanos ha disminuido de tal manera su valor, que pretenden que los impuestos les sean pagados en dólares o euros o en esa cosa ambigua que han inventado con el nombre de ‘’petro’’. ¿Y el gasto? Igualito, van a Rusia, China y por supuesto a Cuba, con la frecuencia que los niños van a la escuela. Tienen choferes, guardaespaldas, carros y aviones en lo personal; y para el gobierno bombas lacrimógenas, municiones, rifles, metralletas por si acaso a algunos escuálidos le entra la obsesión de manifestar su desacuerdo

Viendo cómo funciona el gobierno, solventando la astronómica caída de los ingresos como si no pasara nada, yo estoy por creer que el difunto Chávez tuvo un sueño y vio siete pozos productivos y siete pozos secos; y alguien muy distinto a José, porque José era judío y Chávez no los podía ver ni en pintura, ni le habría hecho caso, le recomendó, como lo hizo José con el Faraón en Egipto, que guardara para cuando llegaran las siete vacas flacas, quiero decir los siete pozos secos; y desde luego Chávez guardó.

Ahora regresemos al dicho de Diosdado, ciertamente no inspirado por Dios, ni por un enviado suyo: ´´Nunca tendrán pruebas´´, que es como decir, no me importa lo que digan, lo hice, pero tan bien simulado o escondido que no lo podrán probar. Cuán sencillo habría sido que nos dijera no a mí ni a quienes me lean que no le creemos, sino a sus seguidores, que Chávez fue un iluminado de tal envergadura que previendo lo que podría venir guardó como el faraón.

Pero, no era posible decir que lo tenían guardado por si llegaban tiempos de escasez, pues sería casi como provocar una repregunta. ¿Dónde está guardado? Y yo me pregunto ¿Dónde quedó realengo lo que Dios le había dado?

 

 

 

 

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