Villasmil: MCM, Rosales, Edmundo y la Unidad
Estamos alegres todos los venezolanos democráticos porque las tormentas y nubarrones que se anunciaban en los terrenos del CNE bien tarde en la noche del 25 de marzo están teniendo un final feliz, al menos hasta que nuevas tormentas se aparezcan.. Tenemos unidad, y tenemos candidato unitario: Edmundo González Urrutia. Y sus palabras, este míercoles 24, no podían ser más bienvenidas.
En política es un tópico decir que cuando se trata de aspiraciones al poder supremo, las cosas nunca salen fáciles. Hay ambiciones y ambiciones, algunas más legítimas que otras. Manuel Rosales tenía derecho a poner su nombre a la orden, no hay duda (pero podría habernos ahorrado sustos si se hubiese contado en la Primaria, pero esa historia es ya muy conocida; por no decir que, lanzada ya su inscripción ante el CNE, con el bochinche que se armó en la oposición, se mantuvo un ingrato suspenso sobre si se reunían o no, o si iba a salir humo blanco unitario de las chimeneas opositoras).
Antes de su viajecito al CNE para inscribirse, podría haber informado primero a la Plataforma Unitaria y a la candidata electa abrumadoramente en octubre, digo yo. Rosales y sus compañeros en Un Nuevo Tiempo olvidaron (afortunadamente por sólo unas semanas) que millones y millones de venezolanos tenemos una candidata imperdible, mientras nos mantengamos con ella a nuestro lado: la unidad frente a la dictadura.
La unidad es nuestra candidata, y la hemos fervorosamente corporizado en la rotunda ganadora de la Primaria de octubre pasado: María Corina Machado. Y frente a las adversidades y truculencias gubernamentales, MCM no se ha desviado un milímetro de sus objetivos que exitosamente mostró una y otra vez durante su campaña pre-Primaria: ruta electoral y unidad sólida, tenaz. Hasta el final.
MCM ha obtenido durante su gesta una posición de fuerza, una fortaleza envidiable. Le ha dado a la unidad un sentido más rotundo, una eficacia que no era común.
Hasta su victoria en octubre hablar de la oposición era predominantemente hablar de los pleitos y divisiones entre sus liderazgos (muchas veces rencillas no solo afuera, sino dentro de sus tiendas partidistas).
A pesar de todo el esfuerzo lleno de permanente agresividad de los actores mediáticos pro-rosalistas (algunos de sus protagonistas por todos bien conocidos) no se dieron cuenta de que mientras más criticaban o desdeñaban a MCM más mostraban una faz mortal para sus aspiraciones ante los millones de venezolanos que queremos un cambio radical y de fondo en el Gobierno: no hay aspiraciones que valgan más que el insistente reclamo ciudadano de proteger la unidad opositora a toda costa.
La necesidad de mantener la unidad finalmente se impuso, y agradezcamos a Rosales su gesto de retirarse cuando los acontecimientos indicaron que debía hacerlo. Y aceptemos asimismo que del lado no rosalista también hubo ataques llenos de mucha agresividad hacia el gobernador del Zulia.
Ojo, también hay que dar las gracias a la Dra. Corina Yoris, a quien las argucias del régimen no le dejaron tomar turno al bate candidatural. Pero su gesto de aceptar el reto que se le negaba a María Corina Machado -cosa nada fácil en estas aguas procelosamente represivas de parte gubernamental- deberá ser siempre agradecido.
Asimismo, hay que agradecer el empeño de algunos actores internacionales, como Lula da Silva, en reclamar primero, alertar después, al régimen venezolano que las elecciones de julio no pueden ser la farsa que ellos querían montar.
Es hora de que se recuerde que en la contienda electoral por venir todos suman, aunque algunos sumen más que otros, como es normal.
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Decíamos que la conducta estratégica de MCM desde octubre ha sido ejemplar. Todos los ataques que ella ha recibido desde diversos frentes, fundamentalmente gubernamentales, han sido una mezcla de misoginia, envidia e impotencia. Y su conducta posterior a la inhabilitación ha demostrado que ella es mucho más que una Gran Electora.
La lógica argumental rosaliana se le vino en contra: la razón que se esgrimía para poner a un lado a María Corina Machado y Corina Yoris, y llevarnos a votar por Rosales, en realidad justificaba el no hacerlo. Toda una especie de Trampa 22.
María Corina y Corina están inhabilitadas, Rosales no ¿por qué no lo está el Gobernador? María Corina triunfó en la Primaria ¿Rosales, si aspiraba, por qué no se contó en octubre? ¿por qué razón, si el régimen ha probado y demostrado que no acepta una candidatura que signifique la derrota de Maduro, sí aceptaba a Rosales?
El pueblo venezolano está más enterado de lo que mucha gente cree.
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Repitámoslo hasta el cansancio: tenemos candidato, Edmundo González Urrutia. Un campeón de la unidad. Tiene muchos años trabajando y colaborando con ese objetivo.
Edmundo González Urrutia es un ciudadano venezolano que ha dedicado toda su vida profesional al servicio de la nación sobre todo en un área fundamental: las relaciones internacionales. Ha mostrado un sentido del deber como pocos, en especial su trabajo callado, durante años, al servicio de la construcción de la unidad opositora. Se dice rápido ¿verdad? Sentido del deber. Que se necesita como nunca en esta hora vital de la lucha venezolana por la libertad.
Como bien destaca Oswaldo Álvarez Paz, “la candidatura del amigo Edmundo González Urrutia es una invitación a la unidad, la cual puede ser dinámica y diferenciada, pero verdadera en lo fundamental”.
Ha sido tal el entusiasmo despertado por “Edmundo para todo el mundo” que hasta la inteligencia artificial (IA) se hizo presente en la campaña opositora y una canción de apoyo a nuestro candidato, hecha con IA, ha estado sonando en todas partes a pocas horas de su nombramiento.
Tengamos claro, eso sí, que el régimen no se quedará tranquilo: nuevas trampas, argucias y violaciones constitucionales deben estar preparándose. Pero a pesar de todo lo que han hecho la unidad opositora se mantiene y se fortalece.
Tenemos candidato. Un candidato blindadamente unitario. Y el Gobierno lo sabe, y se preocupa y desespera.
Por eso mismo, hay que seguir alertas.