¡Alerta a los volcanes!
23 de los 1.500 volcanes activos en el globo – parte en su mayoría del denominado Anillo de Fuego que va desde Sudamérica hasta Oceanía- habían hecho erupción en el segundo trimestre de 2021, monitoreados por centros integrados en la Asociación Internacional de Volcanología y Química del Interior de la Tierra de la Unión Internacional de Geofísica y Geociencias y la Organización Mundial de Observadores de Volcanes.
Así lo informó PLANETA VITALen noviembre de aquel año, sorprendido de que no hubiese una clara noción del riesgo latente, quizás porque según la Smithsonian Institution no había habido tendencia precisa en los últimos tres decenios, aunque la data desde 1800 reflejaba un sostenido aumento
Más que nunca se hace evidente la sensación de sentarnos sobre un volcán, y curiosa es la relativa o nula atención puesta por los medios a la procesión que avanza rugiente en el subsuelo, planteando un peligro real
Se han logrado, sin duda, avances en el seguimiento a base de sismógrafos, GPS y sensores de gas y agua, pero es urgente una predicción más exacta que permitiría poner a salvo a las comunidades aledañas; como en el caso del Vesubio, cuya explosión en un horizonte no lejano aniquilará a millones de risueños napolitanos que viven bajo su sombra.
En las islas Eólicas, vecinas a Sicilia, las autoridades de Vulcano ordenaban entonces la evacuación de sus 150 habitantes y prohibían el acceso de turistas, por el incremento de gases sulfurosos provenientes del Cumbre Vieja, apacible después de siglo y medio, mientras veinte puertos japoneses en Kagoshima y Okinawa eran rociados por la piedra pómez del volcán submarino Fukutokuokanoba, con efectos desastrosos en las granjas piscícolas y la industria pesquera.
En previsión de una tenebrosa conjunción en las entrañas del globo, la cooperación científica internacional y la vigilancia de macizos tan exóticos como el Eyjafjalljöku
A partir de la constatación de que las emisiones de dióxido de carbono son una de las señales más tempranas de la inminencia del cataclismo, descubrieron en las imágenes satelitales del parque Yellowstone entre 1984 y 2022 que las plantas reverdecían mientras se acumulaba la actividad volcánica y bajo el efecto del dióxido de sulfuro y las elevadas temperaturas se tornaban marronuzcas y morían a medida que aquella declinaba.
Es una hipótesis que amerita comprobarse en áreas más extensas de bosques bien desarrollados y homogéneos,