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Honduras podría acercarse más a China, debido a las deportaciones de Trump

Muchos países latinoamericanos intentan distanciarse de Pekín. Pero, en respuesta a los radicales planes de deportación del presidente Trump, Honduras está haciendo lo contrario.

Una vista lateral de una mujer con un traje pantalón blanco que caminaba cerca de unos escalones verdes mientras una persona uniformada estaba detrás de ella.

La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, en la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre. Ha sido más franca sobre los planes de deportación del presidente Trump que otros líderes regionales. Credit…Dave Sanders para The New York Times

 

Muchos líderes latinoamericanos han quedado en silencio o han respondido con cautela a los planes del presidente Donald Trump de deportar a un gran número de personas inmigrantes, pero un pequeño país centroamericano ha adoptado una postura más firme.

Después de que Trump firmara órdenes ejecutivas dirigidas a sellar la frontera sur de Estados Unidos, expulsar a migrantes y recortar la ayuda exterior, funcionarios hondureños dijeron que esas medidas podrían acercar a su país a China, aunque Trump haya criticado los avances de China en América Latina.

Enrique Reina, secretario de Relaciones Exteriores de Honduras, dijo en una entrevista televisiva esta semana que, aunque Estados Unidos proporciona a su país una ayuda importante, Honduras se había acercado cada vez más a otros países, entre ellos China.

A principios de este año, la presidenta Xiomara Castro también advirtió que podría expulsar al ejército estadounidense de una gran base aérea hondureña donde ha operado durante décadas si el gobierno de Trump realizaba deportaciones generalizadas.

Honduras, como otros países de América Latina, ha tenido que responder a las amenazas de Trump en ausencia de información concreta, porque hasta ahora el gobierno estadounidense ha compartido pocos detalles sobre sus planes de deportación.

Sin embargo, al promocionar sus vínculos con China, las autoridades hondureñas se están desmarcando de otros dirigentes regionales, que últimamente se han apresurado a distanciarse de Pekín en un aparente esfuerzo por tranquilizar a Trump sobre la influencia de China en la región.

La semana pasada, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, reafirmó que China no controlaba el canal de Panamá, como ha afirmado Trump en repetidas ocasiones. Y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo que su gobierno reduciría su dependencia de ciertos productos chinos trasladando su producción a México.

Trump ha afirmado que China está “atacando” a Estados Unidos con fentanilo de contrabando a través de los cárteles de México y otros países. También ha arremetido contra los avances de China en proyectos comerciales y de infraestructuras en América Latina.

Antonio García, subsecretario de Asuntos Consulares y Migratorios, dijo en una entrevista que Honduras se había centrado en ampliar sus relaciones internacionales incluso antes de la elección de Trump y que las recientes declaraciones de Reina no reflejaban un cambio en su política exterior.

No está claro si las amenazas de deportación de Trump van en serio o pretenden enviar un mensaje para disuadir a la gente de intentar llegar a Estados Unidos.

García dijo que los funcionarios no podían especular sobre la gravedad de las declaraciones de Trump. Pero, añadió, las amenazas de deportación sí han causado nerviosismo entre los hondureños en Estados Unidos y en Honduras.

García añadió que Honduras estaba dispuesta a ser más franca que otros países de América Latina en su intento de impedir las deportaciones masivas y proteger a los hondureños en Estados Unidos.

Una portavoz del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, no respondió a una solicitud de comentarios.

Los expertos afirman que Honduras ha tomado medidas en el pasado para oponerse a la política estadounidense, como el año pasado cuando el gobierno finalizó un antiguo tratado de extradición.

“Es posible que, más que un socio para el próximo gobierno estadounidense, Honduras será un reto importante en Centroamérica que se tendrá que resolver”, escribió en un informe Ryan C. Berg, director para las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un centro de ideas en Washington.

Castro, esposa de un expresidente que fue derrocado en un golpe de Estado, se postuló con una plataforma anticorrupción después de que su predecesor, Juan Orlando Hernández, fuera condenado y extraditado a Estados Unidos por cargos de narcotráfico.

Tras asumir el cargo en 2022, al año siguiente cortó las relaciones diplomáticas con Taiwán en favor de China, se alineó con dirigentes autocráticos como Nicolás Maduro en Venezuela y puso fin al tratado de extradición con Estados Unidos.

(La decisión sobre el tratado se produjo en la misma época en que salió a la luz un video de su cuñado aceptando contribuciones de narcotraficantes durante la fallida campaña de Castro a la presidencia en 2013. Ella ha dicho que el video formaba parte de un complot para destituirla).

Los analistas han interpretado que el giro de Honduras de Taiwán a China se debe a la necesidad de mejores infraestructuras y de ayuda para recuperarse de la pandemia del COVID-19. Reina, el secretario de Relaciones Exteriores, dijo en su momento que el cambio pretendía hacer frente a la deuda externa del país y a la necesidad de inversiones, sobre todo en presas hidroeléctricas.

El giro hacia China se debía al “pragmatismo, no a la ideología”declaró Reina a la prensa.

 

Un hombre vestido con un traje oscuro y una mujer que lucía un traje rojo pasaban junto a una fila de personas uniformadas con fusiles en la mano

Castro con el presidente chino Xi Jinping durante una visita a Pekín en 2023. Los expertos afirman que, hasta el momento, poco se ha conseguido luego de que Honduras se aliara con China. Credit…Foto de consorcio por Wang Zhao

 

Los expertos afirman que, hasta el momento, poco se ha conseguido de la decisión de Honduras de aliarse con China, aunque las autoridades hondureñas afirman que se está trabajando en un acuerdo comercial. La primavera pasada, ambos países firmaron un acuerdopor un valor equivalente a unos 276 millones de dólares estadounidenses para construir infraestructuras educativas en Honduras.

El subsecreatario García dijo que el gobierno de Castro no quería poner en peligro las relaciones con Estados Unidos, al que calificó de socio importante, y que seguiría aceptando vuelos de deportación procedentes de Estados Unidos.

Desde 2015, Honduras ha estado recibiendo unos 10 vuelos de deportación estadounidenses a la semana, dijo.

El gobierno hondureño ha dicho que unos 200.000 hondureños indocumentados en Estados Unidos podrían ser deportados. El Centro de Investigaciones Pew situó la cifra en 525.000 en 2022, lo que convertiría a Honduras en el quinto país de origen de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, después de México, El Salvador, India y Guatemala.

Honduras, dijo García, espera poder discutir los planes de deportación con el gobierno de Trump.

“Tenemos que sentarnos y ver si aceptamos escuchar sus preocupaciones y ellos tienen que escuchar las nuestras”, dijo García. “Nuestra preocupación es que no podemos recibir tanta gente al mismo tiempo. Porque sería un colapso y problema social”.

El gobierno hondureño dijo que tuvo su primera conversación esta semana con la embajada estadounidense en Honduras para discutir cuántos vuelos semanales de deportación podría recibir el país. Una portavoz de la embajada estadounidense declinó hacer comentarios, remitiendo las preguntas al Departamento de Estado.

En cuanto a expulsar al ejército estadounidense de la base aérea hondureña, García dijo que el gobierno mantenía esa posibilidad sobre la mesa como “punto de presión” y una manera de hacer que el gobierno de Trump “nos tome más en serio”.

Sheinbaum y el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, se han centrado en sus declaraciones públicas en losplanes que están desarrollando para recibir a miles de deportados.

García dijo que su país también estaba trabajando en un plan en caso de grandes deportaciones y que estaba tratando la amenaza “con la máxima seriedad”.

La próxima semana, Rubio, en su primer viaje como secretario de Estado, viajará a Centroamérica, haciendo escala en Panamá, Costa Rica, Guatemala, El Salvador y la República Dominicana. El viaje, según ha dicho una portavoz, se centrará en el tema de la inmigración ilegal.

No es inusual que un secretario de Estado se salte algunos países de una región, incluso los que tienen asuntos diplomáticos relevantes. Pero Berg, el experto regional, dijo que excluir a Honduras del viaje de Rubio podría interpretarse como un mensaje para la presidenta Castro y a su gobierno.

 

 

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