Ramón Peña / En pocas palabras: Del nuevo raciocinio económico
Estados Unidos ha decretado una tarifa de 25% Ad Valorem sobre las importaciones de Europa. El supuesto propósito de este recurso arancelario sería aumentar los ingresos fiscales o, también, instar a las corporaciones europeas a invertir en EE.UU.
¿Cuán ajustado es tal raciocinio a la naturaleza de los bienes producidos y transados internacionalmente hoy? La economía tradicional, neoclásica, la de Adam Smith, dictamina escoger entre producir o importar siguiendo el criterio de las ventajas comparativas de cada país. Sin embargo, hoy la decisión no luce tan sencilla, especialmente para los bienes más complejos.
Visiones actuales del asunto, entre otras la del Instituto de Nuevo Pensamiento Económico de la Universidad de Oxford y su director Eric Bainhocker, postulan que el hecho económico global es bastante más complejo por variedad de factores, entre otros, el cambio tecnológico, la inteligencia artificial, la especialización de los países. Más que la división del trabajo que postulaba Adam Smith, ahora se impone considerar la división del conocimiento, del knowhow. Afirma Bainhocker: “Ningún país puede fabricar por sí solo un iPhone” Recientemente, algo parecido le argumentaba el CEO de Ford Corporation al presidente de EE.UU.
Esta realidad impone una visión integradora, complementaria, antes que competitiva entre países. Beinhocker asevera que más que la mirada miope concentrada en cada país, debe verse un sistema lleno de capacidades, oportunidades y también obstáculos, al que concibe como un amplísimo “ecosistema”. Las interrelaciones hoy son tales que le restan sentido a hablar de una economía alemana, japonesa o estadounidense, más cuando se trata de automóviles, dispositivos digitales, productos farmacéuticos, etc.
Visto así, el criterio tradicional de ventajas comparativas se ajusta a los países menos desarrollados, exportadores de materias primas. Pero en las naciones industrializadas, y a la cabeza de nuevos conocimientos, como la avasallante Inteligencia Artificial, se allanan inexorablemente las fronteras comerciales tradicionales. Es un nuevo raciocinio económico, en las antípodas de la guerra tarifaria que ha declarado la Trumpeconomics.