Disidentes y béisbol, expectativas del viaje de Obama a Cuba
Ramón Espinosa AP
Un discurso televisado, preferentemente en un espacio público ante un gran audiencia, está entre las principales demandas de la Casa Blanca. La Casa Blanca asegura que Obama se reunirá con los disidentes que él escoja, sin intervención del gobierno cubano. Un paseo por La Habana Vieja, una cena en un paladar, un juego de pelota y hasta una posible visita a Santiago se barajan en la agenda.
Mientras se acerca el viaje del presidente Barack Obama a Cuba en marzo, crece la expectativa sobre cuál será su agenda y qué impacto tendrá esta visita.
Un elemento central del viaje será la posibilidad de hablar y compartir directamente con el pueblo cubano, algo que el grupo de avanzada de la Casa Blanca se encuentra negociando ya en la isla.
“Piensa en los discursos que dio en El Cairo y en Birmania. Tiene que ser algo grande”, comentó Frank Mora, ex subsecretario asistente de Defensa para América Latina en el Pentágono durante la Administración de Obama.
La Casa Blanca está apostando a enviar un mensaje que pueda resonar entre los cubanos en el futuro próximo, cuando se espera un cambio en la cima del poder.
“El principal objetivo del Presidente Obama es enviar un mensaje de esperanza al pueblo cubano, esperanza para el futuro. Es una circunstancia increíble. Raúl Castro dejará el poder en dos años y vendrá un periodo de incertidumbre y la gente va a buscar un líder que pueda presentar un mensaje de futuro. Muchos van a señalar las palabras que dijo Obama dos años antes”, opina Ric Herrero, director ejecutivo de #CubaNow, una organización que aboga por el levantamiento de las sanciones a Cuba. “Va a ser tremendamente influyente”, subrayó.
Según una fuente al tanto de los preparativos, la Casa Blanca insistirá en un discurso en una plaza abierta, donde pueda escucharlo una amplia audiencia, idea que probablemente no sea muy atractiva para el gobierno de la isla.
“El gobierno cubano ha dicho que esa idea es poco práctica”, comentó desde la Habana, el presidente del Cuba Trade Council, John Kavulich. “Lo importante es que Obama tenga tantas oportunidades como pueda para hablar y relacionarse con el pueblo y estar en la televisión”, acotó Herrero.
Más probable es que el discurso televisado tenga lugar en la Universidad de La Habana, quizá en el Aula Magna, el mismo lugar que el expresidente Jimmy Carter se dirigió a los cubanos el 14 de mayo del 2002 para elogiar al proyecto Varela, la primera mención que escucharon de esta inicitiva de referendo promovida por Oswaldo Payá en los medios oficiales. También criticó el embargo y pidió a Fidel Castro que abriera las cárceles a inspectores de Naciones Unidas y la Cruz Roja.
Según una entrevista con el expresidente, recogida en el libro Diplomacia encubierta con Cuba. Historia de las negociaciones secretas entre Washington y La Habana, las negociaciones con los funcionarios cubanos fueron intensas, pues puso como condición poder reunirse con los opositores que quisiera y dar un discurso que fuera televisado. Carter reconoció incluso haber sido presionado para mostrar el texto que iba a leer en la Universidad de La Habana, algo que no hizo.
Hay más de una semejanza entre la posible agenda de Obama y la de Carter en Cuba. Como Carter, Obama asistirá a un juego de béisbol. En la tarde del Supermartes, las Grandes Ligas anunciaron la presencia de Obama en el segundo partido entre Cuba y Tampa Bay Rays en el estadio Latinoamericano del Cerro.
Aún no se ha confirmado si Obama hará el primer lanzamiento del juego, como lo hizo en aquella ocasión el expresidente Carter en el juego entre los equipos cubanos Orientales y Occidentales, pero parece entusiasmado con el partido. En la red social Twitter, comentó “ A jugar pelota” (Play Ball!).
Pero a diferencia de Carter, Obama todavía es presidente en funciones cuando viaje a Cuba y puede obtener más de las negociaciones con el gobierno de Raúl Castro, “sobre todo si va ahora, puede tener más impacto que en noviembre”, comentó Mora.
¿Vienen más medidas?
Con este viaje, la Administración quiere acelerar el ritmo de los cambios que ha propiciado la política de acercamiento.
En uno de sus mensajes dominicales, Obama aseguró que su visita “será una oportunidad para seguir adelante. Me reuniré con el Presidente Castro para hablar sobre cómo podemos continuar normalizando las relaciones, sobre cómo podemos facilitar el comercio y cómo podemos facilitar a los cubanos el acceso a Internet y la creación de sus propios negocios”.
Varias fuentes comentaron que podría esperarse el anuncio de nuevas medidas, entre ellas, un mayor relajamiento de los viajes a Cuba por ejemplo, al expandir la categoría de viajes de contacto “pueblo a pueblo” para incluir viajes individuales, que no sean patrocinados por una organización.
En febrero, EEUU y Cuba firmaron un memorando de entendimiento para restablecer los vuelos regulares entre ambos países. Entre los aeropuertos a los que las aerolíneas estadounidenses podrían volar se encuentran los de Varadero y Cayo Coco, lo ha dejado a los periodistas ráscandose la cabeza sobre cómo podrían justificarse actividades culturales y educativas en esos polos turísticos, si no hay planes de relajar aún más las restricciones de viaje.
Mucho se especula también sobre la posibilidad de otorgar una licencia especial a las Grandes Ligas para fichar a peloteros cubanos.
Reunión con disidentes
El reto que tiene ante sí la Casa Blanca es incluir tantas actividades como sea posible en el tiempo que estará en Cuba. Algunos cubanoamericanos que fueron consultados sugirieron una visita a Santiago de Cuba, la segunda ciudad en importancia en la isla.
“Está todavía bajo consideración, hay un 40 o 50% de que suceda”, comentó Kavulich.
Lo que sí ha dejado claro la Casa Blanca es que Obama se reunirá con una amplia representación de la sociedad civil, incluidos los cuentapropistas y opositores.
En una rueda de prensa el viernes, el vocero de la Casa Blanca Josh Earnest, no dejó dudas de que Obama se reuniría con opositores y activistas.
“El Presidente se reunirá con quien sea él escoja reunirse”, dijo y agregó que las opiniones del gobierno cubano “no tendrían ningún impacto en la decisión que tomemos sobre con quién se reunirá el Presidente. Esa es una decisión que tomamos por nuestra cuenta, sin ningún tipo de negociación con los cubanos”.
En otro momento reiteró que “la lista de invitados para esa reunión será determinada exclusivamente por la Casa Blanca. No habrá ninguna intervención del gobierno cubano en la lista de las personas que asistirán a esa reunión”, comentó sin dar más detalles de cómo podría ser ese encuentro pues la agenda “todavía no se se ha fijado”, aclaró.
El Departamento de Estado también anunció que Kerry acompañaría a Obama en el viaje. Aunque el Secretario había anunciado en audiencias en el Congreso de la posibilidad de viajar antes a la isla, el jueves se conoció que Kerry la había descartado. La Casa Blanca ha insistido en que no se trataba de un viaje “planeado” como tal, por tanto, no se podría hablar de “cancelación”, pero un funcionario estadounidense que habló en condición de anonimato dijo que el viaje había sido suspendido por problemas “logísticos” y “desacuerdos” con la parte cubana sobre detalles como “la posibilidad de reunirse con disidentes”.
Varios disidentes cubanos comentaron a el Nuevo Herald que han sido contactados o han participado en reuniones con funcionarios estadounidenses para tratar la visita del Presidente, pero aún no han recibido una invitación oficial.
En agosto, cuando viajó a la Habana para inaugurar oficialmente la embajada de EEUU, Kerry sostuvo una reunión con varios opositores, entre ellos Miriam Leiva, fundadora de las Damas de Blanco; Manuel Cuesta Morúa, con quien Obama se reunió en Panamá; el intelectual laico Dagoberto Valdés, los exprisioneros políticos Héctor Maseda, Marta Beatriz Roque, Óscar Elías Biscet y José Daniel Ferrer, así como la bloguera Yoani Sánchez y su esposo, el periodista Reinaldo Escobar.
Una logística complicada
Una visita presidencial de esa magnitud conlleva una complicada logística y la estrecha coordinación con los órganos de seguridad cubanos. Pero el proceso puede hacerse más difícil por la limitada infraestructura de comunicaciones (acceso a Internet) y hotelera en la isla.
Esta semana, trascendió que varios hoteles de la capital se encuentran ya reservados para la delegación oficial y de periodistas que viajarán con Obama y los turistas con reservaciones entre el 19 y el 23 de marzo probablemente serán trasladados hacia el polo turístico de Varadero, lo que potencialmente crearía un conflicto para los viajeros estadounidenses. De trasladarse a Varadero, una zona de sol y playa, estarían incumpliendo con las leyes que prohiben viajar a Cuba para hacer turismo.
La Casa Blanca piensa llevar a una delegación de cubanoamericanos notables y ha estado consultando con miembros de la comunidad acerca de la agenda del Presidente en Cuba, según mencionaron varias fuentes.
Mientras tanto, en la isla, los cubanos intentan descifrar por dónde pasará Obama, a partir de las reparaciones en fachadas y avenidas, que ya son habituales cuando hay una visita de Estado de esta magnitud. Tramos del Malecón y del Prado, frente al Capitolio, están siendo reparados al igual que la calle a la salida del túnel que corre por debajo de la bahía habanera.
Obama probablemente recorrerá la Habana Vieja y cenará en un “paladar”, como ya ha sido costumbre de las delegaciones oficiales anteriores.
Él y su esposa Michelle se alojarán en la residencia del embajador en funciones, “que cuenta con varias habitaciones para este fin”, comentó Mora. La Casa Blanca ha guardado silencio sobre la posibilidad de que las hijas de ambos los acompañen en el viaje, que coincide con el receso de primavera de las universidades estadounidenses. Oficialmente, Malia y Sasha solo viajarán a Argentina, la segunda parada del viaje latinoamericano de Obama.
La agenda oficial no se conocerá hasta muy cerca de la fecha del viaje. “A veces se está negociando hasta el último minuto”, concluyó Mora.
Nora Gámez Torres:@ngameztorres