León XIV, el Papa misionero y matemático que continuará el legado de Francisco
León XIV ha dado señales inequívocas de que la Iglesia que desde hoy lidera ha de ser dialogante y misionera, ecuménica.

Cien mil personas congregadas en la Plaza de San Pedro, llena a rebosar de móviles en alto y rostros resplandecientes, esperaban con emoción ver aparecer en el Balcón de las Bendiciones al nuevo Papa, que una estilizada fumata blanca anunció a las 18:08 de esta tarde.
Millones de personas en todo el mundo esperaban con expectación indescriptible a ese Papa que reunifique, que guíe a sus fieles, que remueva las conciencias, como ayer describía el cardenal decano Giovanni Battista Re.
Las quinielas se habían ido desbaratando según se sucedían las fumatas negras. Cuanto más se prolongara el cónclave, más probabilidades había de un Papa sorpresa.
La circunscripción más pequeña y poderosa del mundo estaba formada por ciento treinta y tres hombres, cardenales para más señas, de entre los cuarenta y cinco años del ucraniano Bychok a los setenta y nueve del español Osoro.
Encerrados en la Capilla Sixtina, bajo el dedo tan divino como humano de La Creación de Miguel Ángel, los ochenta y nueve votos necesarios para elegir se han hecho desear lo justo: a la cuarta votación, como Benedicto XVI.
Y sí, desde luego ha habido sorpresa. Ay, el Espíritu Santo… Se ha hecho bueno de nuevo el viejo dicho italiano: «Quien entra como Papa, sale como cardenal». Porque no ha sido elegido el favorito, Pietro Parolin, el papable diplomático, mano derecha del papa Francisco como secretario y figura clave en la política internacional del Vaticano en los últimos años.
Tampoco Luis Antonio Tagle, el cardenal filipino con raíces españolas, el segundo favorito desde el principio. Un papable asiático, simpático, que canta y cae bien a todo el mundo.
Nuntio vobis gaudium magnum: habemus papam.
El sucesor número 267 de Pedro es Robert Francis Prevost Martínez. Sesenta y nueve años.
León XIV, el primer Papa estadounidense.
De raíces francoitalianas y españolas por parte de madre.
De perfil misionero, pastoral, muy vinculado a Latinoamérica.
Cuarenta años en Perú al frente de la misión agustiniana.
De nuevo un Papa hispanohablante y de una orden religiosa, como Francisco.
Continuismo garantizado.
Nacido en Chicago, a los veintiséis años se ordenó sacerdote y se mudó al poco tiempo a Perú, donde estuvo durante años como misionero agustiniano. Es licenciado en Ciencias Matemáticas y en Derecho canónico.
Francisco lo eligió en enero como nuevo prefecto de la Congregación de Obispos, uno de los puestos clave del Vaticano pues está a cargo de seleccionar a los nuevos obispos. Es sólido intelectualmente, su formación es impecable y tiene una profunda visión internacional. Sabe gestionar. Encarna el espíritu misionero de estar con los más pobres, de una forma más discreta que Francisco.
El dilema pastor-gestor parece solventado con esta elección. Es un perfil que puede coser las heridas.
La elección del nombre es una clarísima señal del camino que pretende seguir el nuevo Sumo Pontífice. León XIII abrió la Iglesia a la modernidad a finales del siglo XIX. Defendió abolir la esclavitud, salarios más justos, los pilares de los derechos humanos, y escribió la gran Encíclica de la justicia social Rerum Novarum.
Esta tarde, cuando el nuevo papa León XIV salió al balcón, he de reconocer que había una luz especial en suspensión. Sus rasgos finos, apacibles, apenas podían contener la emoción. Le costó mucho pronunciar su primer discurso y la bendición urbi et orbi, pero no tuvo desperdicio.
“El mal no prevalecerá. Sin miedo, unidos, avancemos hacia adelante. Los unos con los otros, a construir puentes. Un único pueblo, siempre en paz. Gracias al papa Francisco”.
Y ha saludado con especial cariño, en español, a su diócesis en Perú.
Lo cierto es que León XIV ha dado señales inequívocas de que la Iglesia que desde hoy lidera ha de ser dialogante y misionera, ecuménica.
Dicen los expertos vaticanistas que el nuevo Papa es un hombre que no es de un lado ni de otro. Pues qué bien, un Papa de centro y centrado. Una muy buena elección. Una buena noticia.