CorrupciónDemocracia y Política

Cristina Casabón: España, paraíso de la corrupción

«Sin castigos efectivos a empresas y políticos que han metido la mano en la caja, la corrupción seguirá siendo rentable y rampante en España»

España, paraíso de la corrupción

      Ilustración de Alejandra Svriz.

 

Con Sánchez se ha implantado eso del impuesto a machamartillo, solo compensado por ayudas o subvenciones que te obligan a declararte inválido para trabajar y te aportan un sobresueldo trimestral o como sea. Porque vivir bien es la prehistoria, lo anterior a los impuestos, que siempre llegan con el socialismo y la estafa de su administración.

Con este socialismo hay que dejar el cubata, olvidar la nicotina, que mata menos que Hacienda, y conducirse con la mano en la cartera. Todo lo que se le ha ocurrido a estos, mientras iba y venía el Falcon a la República Dominicana, ha sido jodernos bien al pueblo mediante los impuestos, la inflación y el IVA al consumo. Están haciendo el socialismo menos socialista desde su fundador, Pablo Iglesias. Alguien dijo que toda familia esconde un cadáver en el armario. Este Gobierno esconde nuestro dinero en una islita del Caribe.

Hay investigaciones abiertas por presunto desvío o blanqueo, y sociedades offshore vinculadas a actividades del Gobierno en la República Dominicana. En el mal llamado caso Koldo (que afectará poco a poco hasta al apuntador), presuntamente se han utilizado cuentas dominicanas y sociedades instrumentales para canalizar fondos públicos. Los vuelos oficiales del Falcon a República Dominicana son comunes desde 2019, lo que aviva sospechas sobre el destino del dinero ganado con sudor, trabajo y esfuerzo de los españoles.

Después, olvidando el asunto de las islas, los paraísos y los maletines, está el asunto de las mordidas. Los presuntos amaños de licitaciones a favor de empresas como Acciona, con sobornos a cambio de adjudicaciones de obra pública, están demostrando que la corrupción en la obra pública sigue siendo muy fácil en España. Cuesta creer que estos amaños se hacían sin el conocimiento de la ministra de Hacienda, vamos que la Montero se dejaba susurrar por el sol de un agosto que es el más voraz e incendiario que ha conocido el PSOE. Estos, los que se erigieron como los adalides de la limpieza contra la corrupción, van resbalando por donde pisan, pero solo conocemos la punta del iceberg.

Mientras, ya digo, entre 2018 y 2024, durante el mandato de Sánchez la recaudación total de impuestos más cotizaciones sociales ha crecido en más de 140.000 millones de euros. La presión fiscal total ha seguido creciendo, junto con la inflación y los precios de la vivienda, los productos básicos. Hay dos tipos de personas, los que se dejan robar y los que no, a los segundos nos acusan de ser liberales y, por lo tanto, malas personas. Es decir, una nulidad. Los primeros siguen leyendo sobre “mordidas” entre empresas y altos cargos del Gobierno en obras públicas, mascarillas y otros contratos estratégicos, como si la cosa no fuera con ellos. Como si no estuvieran los periódicos hablando de su dinero, como si no subiera la vida, como si no subieran los impuestos y como si ser pobre y vivir bajo la coacción no bajase la moral.

Esta actitud pasiva permite que las irregularidades salgan gratis. Es decir, sin castigos efectivos a empresas y políticos que han metido la mano en la caja, la corrupción seguirá siendo rentable y rampante en España. Esta es una de las principales lagunas del sistema, que el próximo gobierno de la nación debería solventar mediante reformas legislativas y bajadas de impuestos. De lo contrario, España entera acabará siendo como Navarra, que es conocido ya como epicentro de un sistema corrupto que estos han intentado exportar al resto del país. Lo cual que ahora mismo, recién inaugurada la temporada de corrupción política, ya estamos otra vez endeudándonos para irnos de vacaciones, y eso mientras España sigue siendo el paraíso de la corrupción.

 

 

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