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El libro electrónico se desinfla

e-booksDesde su lanzamiento hace una década, la venta de los libros electrónicos se encontraba en un ascenso en apariencia imparable. Sin embargo, un reciente informe sobre el sector editorial en el Reino Unido en 2015 apunta a un sorprendente cambio de tendencia.

Los cinco grupos editoriales con mayor peso en el mercado editorial británico han vendido un millón de libros electrónicos menos que el año anterior (2014), lo que equivale a una caída del 2,4%. Según explica un informe publicado por The Bookseller –revista sobre el sector editorial del Reino Unido–, el descenso ha sido más brusco para el grupo Pan Macmillan (–7,7%), y de menor relevancia para el grupo Simon and Schuster (–0,3%). Entre estos extremos se encuentran los grupos Penguin Random House, Hachette y Harper Collins.

Para los ‘cinco grandes’, es la primera caída en número de libros vendidos en este formato desde que comenzó la era digital, comenta un artículo en The Guardian. El cambio de tendencia parece haber empezado en Estados Unidos, donde hubo un descenso del 6% en 2014 –según recoge un estudio publicado por Nielsen Book Research– y del 8% en 2015.

A woman reading a Kindle ebook on a London bus. Amazon says downloads have overtaken print sales

Predicciones equivocadas

Para aquellos que predijeron que el libro en papel moriría y que el formato digital dominaría el mercado a finales de esta década, las cifras de las ventas en papel y en digital de los ‘cinco grandes’ nos llevan a reconsiderar la situación”, afirma Tom Tivnan en The Bookseller. ¿Qué ha podido frenar lo que parecía un ascenso imparable?

Destaca en primer lugar la subida de precios de los libros electrónicos en el último año. Muchos de estos grandes grupos editoriales decidieron abandonar la política de precios unificados de Amazon –conocida como “wholesale model” en el mundo anglosajón– para ser ellos mismos quienes decidieran los precios de sus libros (“agency model”). Así, el precio de un libro electrónico pasó de 9,99 dólares a 12,99 o incluso 14,99.

Por otra parte, el precio de un lector electrónico no es precisamente barato; esto hace que solamente los grandes lectores le saquen verdadero partido. Parece lógico, por tanto, que la fiebre causada por estos dispositivos haya dado paso a un descenso en las ventas, hasta el extremo de que algunas librerías han optado por retirarlos de sus locales. Así ha ocurrido con Waterstones, la cadena británica de librerías, que ha decidido retirar la venta del Kindle del 90% de sus más de 280 tiendas. Otra causa del descenso es la migración de muchos usuarios a otros soportes como tabletas o móviles, cuya utilidad no se reduce exclusivamente a la lectura de libros digitales.

Renacer de libros y liberías

Según Tom Tivnan, el libro electrónico no deja de ser “un formato más” que aún se encuentra en una “relativa infancia”. Muchos lectores descubren, con el paso del tiempo, cómo el formato electrónico tiene tantas ventajas como desventajas. “La naturaleza palpable de los libros –sostiene Andre Breedt, directora de Nielsen Book Research– es esencial en su atractivo. Las versiones electrónicas tienen algunas ventajas pero, debido a su función única, no son capaces de superar al libro físico”. Según algunos, leer tu novela favorita en una pantalla puede ser algo así como beber un buen vino añejo con una pajita de plástico.

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En una tienda de la cadena Waterstones, en Inglaterra.

Además, la revalorización del formato físico ha llevado a que muchas editoriales cuiden más la factura de sus libros. “Con libros de calidad se ve mejor el claro beneficio que supone poseer el objeto real. Una estantería de libros de verdad hace que la imitación digital palidezca”, dice James Daunt, director ejecutivo de Waterstones.

Hatchards,_London,_2013

Hatchard’s, tradicional librería de Londres, en la calle Piccadilly. Fue fundada en 1797.

Otro fenómeno relacionado con la vuelta al papel es el resurgimiento de las librerías tras los años de crisis económica, ya se trate de grandes cadenas o de librerías independientes. Ahora su éxito no depende solamente de los libros, sino también de una luz acogedora, un personal amable, estanterías bien diseñadas con tomos de tapa dura, un rincón donde poder tomar un café… “Lo que tenemos que hacer es adaptarnos a las nuevas condiciones del mercado. No basta con acumular nuevos títulos”, explicaba Daunt a The Guardian en 2014, año en que Waterstones comenzó su lento crecimiento. Ya no vendemos libros: vendemos la experiencia de leer”.

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Aceprensa

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