Democracia y PolíticaDictadura

Félix de Azúa: Sorpresas te da la vida

«La realidad pragmática llamada ‘democracia española’ es un simulacro decreciente que va estrechando sus lazos con la dictadura cada mes que pasa»

Sorpresas te da la vida

 Ilustración de Alejandra Svriz

 

Cada vez que oigo a un sanchista usar la palabra «democracia» ya sé que tengo que sujetar el billetero. Esa gente no tiene ni idea de lo que sea o lo que signifique la democracia. Ellos usan ese término en el sentido de: «Estoy haciéndome rico gracias a las leyes democráticas de las que no respeto ni una sola línea».

Cuanto más pronuncian la palabra, peor son. La utilizan con frecuencia los hombres pequeñitos del Gobierno y para decirla se ponen de puntillas, los Albares, Bolaños o Marlaska. Es curioso que los heterosexuales agresivos como Cerdán y Ábalos le duren poco: el ególatra prefiere hombres pequeñitos o mujeres, muchas mujeres. Algunas, como Yolanda, en cuanto le divisa a lo lejos comienza a dar saltitos de alegría, recuerda mucho a un caniche.

Sin embargo, no hay remedio, para que haya democracia ha de haber alternativa de gobierno. Si no, entonces es dictadura. Muchas dictaduras hacen uso del lenguaje democrático, sólo hay que ver al brutal Maduro y su cardenal en la sombra, Cabello, un tipo peligroso. Pero el lenguaje político sólo tiene sentido cuando hace referencia a una realidad pragmática. La realidad pragmática llamada «democracia española» es un simulacro decreciente que va estrechando sus lazos con la dictadura cada mes que pasa.

Esta es una de las más grandes sorpresas cuando comparamos nuestro presente con el pasado franquista. Resulta que, contra lo que creíamos cuando éramos «de izquierdas» (vaya usted a saber el sentido de esta frase en la actualidad), el socialismo no sólo no consigue una mejora en las condiciones de los desfavorecidos, sino que empobrece a una cantidad mayoritaria de la población. Si en nuestra juventud alguien nos hubiera dicho que el socialismo empobrece más que la derecha le habríamos lanzado piedras.

«Negar los comicios, es decir, aplicar esa política fascista que llaman ‘de líneas rojas’, es la peor de las estafas»

Bien es verdad que el socialismo, en aquellos tiempos, se esforzaba por mejorar a la población. Por ejemplo, con las reformas educativas, la red de transportes, la creación de una Hacienda sensata o la extensión de la sanidad. En la actualidad no se acomete ningún proyecto de Estado si primero no se ha asegurado el impuesto revolucionario que recibirá el partido, y las mordidas de los intermediarios.

Cuando a veces hablo con amigos que, a pesar de todo, siguen votando a Sánchez sin ser corruptos (aunque cobran del aparato), es decir, con los puros, siempre aducen para justificarse que peor sería que gobernara el PP, y que eso nunca. No comprenden que al negar la existencia al único partido que puede arrebatarle los privilegios al entramado socialista, están negando la posibilidad misma de cambiar la política de Sánchez. De hecho, están dinamitando la democracia. No hay democracia en los países con partido único.

¿Qué los del PP vuelven a hacer lo mismo que los sanchistas? ¿Que abusan de su posición y corrompen todo lo que tocan, que usan al Estado en beneficio propio? Pues en eso consiste la democracia, en hacerles perder las elecciones. Pero negar los comicios, es decir, aplicar esa política fascista que llaman «de líneas rojas», es la peor de las estafas. Por eso, créame, cada vez que un sanchista le hable de democracia, sujétese la billetera.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba