Estonia: ¿quién le teme al Ejército ruso?
A pesar de las advertencias de Finlandia sobre la posibilidad de que Rusia invada Escandinavia y el Báltico, los estonios no quieren vivir con miedo, pero se están preparando. Impresiones de la isla de Hiiumaa.
Kodukohvikute päevad: en estonio, los «Días de Café en casa», momento culminante del verano en la isla de Hiiumaa, en Estonia. Durante un fin de semana largo de agosto, los residentes de la segunda isla más grande de Estonia, en el mar Báltico , abren sus casas durante tres días y ofrecen a sus vecinos pasteles caseros, pescado ahumado en casa y cerveza artesanal. Entre risas infantiles y música pop, los residentes de Hiiumaa celebran su breve verano estonio, y el hecho de estar unidos.
Eso es «extremadamente importante”, dice a DW Ave Ungro, una mujer de 44 años, sobre esta fiesta vecinal, justamente ahora, en tiempos de guerra en Ucrania. Ungro está con su hija de seis años. «Esto nos ayuda a unirnos, a celebrar juntos, a hablar y a pensar sobre el futuro”. Se trata de un momento culminante del verano en la isla, tan importante como las lecciones de tiro con la milicia civil femenina de defensa, de la que es miembro desde el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, explica esta logopeda.
«Como probablemente la mayoría de los estonios, el 24 de febrero de 2022 fue para mí un shock. Sobre todo, al darme cuenta de que la vida que conocíamos hasta entonces ya no podía continuar”. Pero Ave quería prepararse y preparar a su familia, su isla y su país para un hipotético ataque ruso; en resumen, hacer algo que beneficiara a Estonia y a ella misma, dice.

Entrenar sin miedo
Desde entonces, la logopeda pasa 48 horas al año en Naiskodukaitse, la milicia femenina de defensa. Ya absolvió cuatro programas distintos: entrenamiento de seguridad, primeros auxilios, entrenamiento militar, abastecimiento en el campo de batalla, e historia de la milicia civil de defensa estonia. «Tuve un arma en la mano durante la parte militar, pero no disparé ni un tiro”, explica Ave. Espera no tener que usar nunca sus conocimientos militares y, en el peor de los casos, preferiría centrarse en las evacuaciones.
Fundada en 1927, prohibida durante la era soviética, y restablecida luego de la recuperación de la independencia estonia, en 1991, la defensa civil femenina es parte de Kaitseliit, una organización más grande de voluntarios para la defensa del país. Está formada por civiles bien entrenados y armados, y su objetivo es apoyar durante una guerra a las fuerzas regulares del Ejército. Ambas unidades dependen del Ministerio de Defensa estonio.
Ave dice que no tiene miedo de los rusos. Sabe que el Ejército ruso podría tomar Hiiumaa al pasar por allí desde San Petersburgo hacia el exclave ruso de Kaliningrado. Sin embargo, y a pesar del emplazamiento de su isla en el mar Báltico, allí no hay una atmósfera de miedo, al contrario de lo que difunden los medios occidentales, asegura.
Ni ella ni Marek Kohv, del Centro Internacional para la Defensa y la Seguridad, creen que Hiiumaa podría convertirse en una segunda Crimea.

Masivos gastos en armamento
Si bien Estonia es un país pequeño, es importante «que invirtamos mucho en seguridad”, dice Kohv a DW. Ya actualmente, Estonia, Estado miembro de la Unión Europea, invierte un 3,4 por ciento de su producto interno bruto en defensa. Hasta 2029 será el 5,4 por ciento, un récord en la OTAN. «Tenemos aliados regionales, como Finlandia, nuevo miembro de la OTAN, y también otros de los países bálticos, como Lituania y Letonia, así como Polonia, la superpotencia militar en Europa”, afirma.
Clave es la membresía de Estonia en la OTAN, subraya el experto. Gracias al Artículo 5 de la OTAN y su principio de seguridad colectiva, cualquier ataque a su país sería considerado un ataque contra toda la alianza. La tecnología armamentística de Estonia también es muy superior a la rusa, explica. Las amenazas de Rusia de atacar a Estonia con armas nucleares son vacías, señala, debido a la cercanía de Estonia a San Petersburgo, que también sufriría las consecuencias de un ataque así.
Más significativos que un hipotético ataque ruso a los países bálticos son los actuales actos de sabotaje contra varios Estados del mar Báltico: según expertos, repetidos daños a los cables de comunicaciones submarinos y la interferencia de las señales de navegación GPS, que provoca la desaparición de aeronaves de los radares. Como en abril de 2024, cuando dos vuelos desde Finlandia a Estonia tuvieron que regresar a Helsinki porque no pudieron aterrizar en Tallin. Al parecer, su señal GPS fue bloqueada por dispositivos de interferencia. Los barcos en el mar Báltico también se ven cada vez más afectados. Las agencias de inteligencia occidentales sospechan que las operaciones de interferencia se controlan desde el exclave ruso de Kaliningrado.
Kaliningrado, ¿una «daga dirigida contra Europa”?
En el exclave ruso de Kaliningrado, Rusia almacena gran cantidad de armamento militar, incluidos los misiles Iskander con capacidad nuclear, afirma el politólogo Sergei Suchankin, de la Fundación Saratoga, una organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos. En entrevista con DW, el experto, nacido en Kaliningrado, lo describe como una «daga dirigida contra Europa».
Suchankin advierte que Kaliningrado no solo está ubicado entre los países miembros de la UE Lituania y Polonia, sino que «era un bastión del Ejército soviético, uno de los lugares más fuertemente militarizados del mundo. Y hoy está en camino de volver a serlo”.
A la logopeda Ave Ungro no le agrada la vecindad de su isla Hiiumaa con el exclave ruso en el mar Báltico, pero no piensa «ni en sueños” abandonar su isla «mágica”.