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“Fujimori liquidó el sistema de partidos y nada lo ha reemplazado”

1460130620_422819_1460130690_noticia_normal_recorte1Tanaka, uno de los analistas políticos más destacados, sopesa las diferencias de la política peruana con la de los países vecinos

El sociólogo Martín Tanaka (Lima, 1965) es uno de los analistas políticos más destacados en Perú, profesor de la Universidad Católica y miembro del consejo directivo del Instituto de Estudios Peruanos. En la entrevista sopesa las diferencias de la política peruana, con un muy débil sistema de partidos, con la de los países vecinos de la región.

Pregunta. ¿Cómo se llega a este momento?

Respuesta. Esta es una elección muy rara, muy particular porque no todos los candidatos que han participado han terminado, por estas amenazas a exclusiones de candidatos y el ambiente de desconfianza y polarización que se ha dado. La manifestación más grande que se ha dado ha sido contra la candidata que va primera en intención de voto. La situación tiene mucho de incertidumbre y nerviosismo.

P. ¿Qué le pasa a la política peruana?

R. Es una democracia sin partidos políticos, estamos siempre expuestos a sorpresas y movimientos inesperados, las elecciones son un momento de mucha incertidumbre porque no hay identidades políticas fuertes. Han coincidido las debilidades de los partidos con los de las instituciones.

P. ¿Tiene una explicación en la historia del país?

R. Tiene que ver con nuestra historia política. Teníamos partidos hasta que llegó Fujimori y liquidó el sistema de partidos que estaba en vigencia y nada lo ha reemplazado. Ni los viejos partidos volvieron, como sucedió en Chile después de la dictadura; ni aparecieron partidos nuevos que los reemplazaron. Nos hemos quedado en la mitad. Tenemos los viejos partidos muy desgastados y nuevos que no se consolidan. Eso es consecuencia de los cambios políticos que introdujo el fujimorismo.

P. ¿Eso permite que Keiko Fujimori pueda ser la candidata más fuerte?

R. El fujimorismo pudo haber desaparecido o estar en profunda crisis como todos los demás, como en 2001 cuando prácticamente no presentó candidato después de los escándalos. Es un tema para preguntarse por la reaparición del fujimorismo: es una combinación de los deméritos que generó la transición democrática de 2001. Sacamos a este porque era un corrupto y un ineficiente, pero los que vinieron después aparentemente resultaron como el otro. Y en la comparación los 90 no habían sido tan malos. Eso jugó a favor del fujimorismo, y algún mérito tiene Keiko Fujimori en lograr una cierta renovación dentro de la continuidad.

P. Llama la atención que ocurra en un país que teóricamente está creciendo económicamente.

R. Es una paradoja. En general no hay una correspondencia entre lo insatisfechos que están los ciudadanos con el desempeño gubernamental y eso se explica porque el desgaste de Toledo, García y Humala no tiene que ver con la gestión de gobierno, sino con escándalos de corrupción, problemas de manejo político, torpezas. Los gobiernos terminan siendo repudiados por los ciudadanos y los gobiernos salientes, salen de manera catastrófica.

P. ¿O el peruano es más desconfiado que la media?

R. Sí es cierto también. Pero los gobiernos se complican por un mal manejo político.

P. ¿Son errores de Gobierno que el presidente electo ofrezca un conjunto de proposiciones y al iniciar la gestión desaparezcan?

R. Si el desempeño resulta mejor o bueno, las personas perdonan esa inconsistencia, el ejemplo más emblemático de eso es Fujimori, porque gana diciendo que estaba en contra de las reformas neoliberales, a diferencia de Vargas Llosa, hace exactamente eso y el pueblo años después lo reelige: legitima ese cambio. Y también el golpe de 1992.

P. ¿El peruano anda buscando un hombre fuerte?

R. Eso corresponde a cuando Perú vivía una catástrofe a inicios de los 90, un estado quebrado, terrorismo: los ciudadanos en el Perú terminaron apoyando una salida autoritaria porque el caos era total. Después, la lógica de la votación ha seguido patrones más normales. Toledo gana prometiendo democracia e instituciones más fuertes.

P. Y no tenía perfil de mano dura.

R. García gana en 2006 prometiendo estabilidad, y Humala gana en 2011 cuando se modera y abandona el perfil militar.

P. ¿Perú está muy a la derecha en la región?

R. Sí. El miedo que generó Sendero Luminoso terminó permeando a buena parte de la izquierda, y hubo otro mito de que la izquierda no sabe gobernar. La región vivió un giro a la izquierda, ha ganado elecciones, ha estado en el gobierno o han sido fuerzas de oposición muy relevantes. Perú llama la atención porque eso no ocurrió. Podría haber ocurrido a través de Ollanta Humala pero hizo un viraje muy temprano en el Gobierno, se separó de su entorno izquierdista. Pero sí ha habido un electorado de centro-izquierda. La derecha peruana es muy conservadora: para un sector de la derecha, la presencia de la izquierda es un escándalo, una cosa monstruosa, pero no estaría seguro de que el elector es muy conservador, porque si no Humala no hubiera ganado en 2011.

P. ¿Entonces Veronika Mendoza podría ganar?

R. Sí, podría ganar siempre y cuando haga algo como lo que hizo Humala [un giro al centro] porque el núcleo del descontento no le va a alcanzar para llegar al 50% de los votos. Tendría que hacer gestos en esa dirección para ganar. Uno miraba esta misma elección en enero y parecía que la izquierda no iba a pasar la valla. Ahora pueden ganar la presidencia. En la política peruana todo son carambolas, cualquier cosa puede pasar.

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