Auge y caída de la izquierda brasileña (1989-2016)
Durante 13 años, la izquierda brasileña del movimiento creado por Lula da Silva ha mantenido una situación hegemónica en el país más poblado de Iberoamérica. Estos son algunos de los hitos de su ascensión al poder y de su descenso a los infiernos:
Noviembre de 1986. El Partido de los Trabajadores (PT) de Lula da Silva es el partido de izquierdas con mayor número de votantes en las parlamentarias, con un 6,9 % de los votos y 16 diputados. En las elecciones municipales el PT logra ganar treinta y seis alcaldías en ciudades como São Paulo, Pôrto Alegre o Vitória.
Noviembre de 1989. Lula da Silva es el candidato favorito en las elecciones presidenciales, pero en el último momento una coalición de empresarios logra sacar la candidatura de Collor de Mello, que gana con el 53 por ciento en la segunda vuelta. El entramado industrial teme los postulados radicales y originalmente marxistas del partido fundado por Lula da Silva.
Nuevos intentos, 1994 y 1998. El PT de Lula da Silva mantiene su hegemonía en la izquierda brasileña, pero el miedo a sus propuestas populistas y socialistas vuelve a frustrar las aspiraciones del ex líder sindical en las presidenciales de 1994 y 1998.
Victoria presidencial, 2002. Lula da Silva gana por fin las elecciones presidenciales, tras obtener en la segunda vuelta el mayor número de votos de la historia democrática brasileña, 52.400.000 votos, un 61 % de los sufragios.
Gobierno pragmático de Lula (2003-2011). Contra todo pronóstico, Lula da Silva, tornero mecánico de profesión y de procedencia pobre y humilde, demuestra unos grandes dotes de negociación tanto con la derecha como con el resto de la izquierda. Su prestigio trasciende Brasil, y le convierte en uno de los dirigentes de referencia en Iberoamérica. Él mismo se declara amigo de líderes tan dispares como George W. Bush o Hugo Chávez.
Relevo en su “delfín” (2010). Terminados sus dos mandatos constitucionales, Lula lanza a su colaboradora Dilma Rousseff a la Presidencia. “Si votan por ella votan por mí”, es su lema. El líder del PT entrega la banda presidencial a Rousseff con una inmensa popularidad del 87 por ciento en enero de 2011.
Petrobras y juicio político (2016). El segundo mandato de Dilma, la burócrata sin carisma respaldada en la sombra por Lula, choca de modo constante con el complejo entramado político de Brasil. Las denuncias por corrupción se multiplican. La última es también la más espectacular: los sobornos pagados por la petrolera estatal, Petrobras, que salpican incluso a Lula. La presidenta Rousseff es denunciada por el uso presuntamente ilegal de los presupuestos estatales. Después de un forcejeo en la Cámara baja, el Senado aprueba finalmente su suspensión mientras se desarrolla su juicio político.