La situación delPSOE es frágil y delicada. Tanto que cualquier leve temblor de tierra puede provocar un terremoto. Y más en vísperas de un Comité Federal como el del sábado, que llega tras el peor resultado electoral de la historia, con una gran parte de los dirigentes esperando al congreso federal para tratar de apartar a Pedro Sánchez y antes de una de las decisiones más difíciles del PSOE: facilitar o no un Gobierno en minoría deMariano Rajoy.
Después de que la presidenta de Baleares, Francina Armengol, y el primer secretario de los socialistas catalanes,Miquel Iceta, plantearan la posibilidad de que Sánchez busque un acuerdo con Podemos y otros partidos si Rajoy fracasa, otros barones cargaron contra ellos y advirtieron de una posible «fractura» del PSOE.
El PSOE vivió ayer un enfrentamiento abierto entre barones, con descalificaciones personales, cargadas de ironía, incluidas. Mientras tanto, Pedro Sánchezpermanece escondido en Ferraz -no comparece públicamente desde la noche del 26 de junio- y la dirección no quiso ni descartar, ni confirmar nada, aunque fuentes de Ferraz aseguran que Sánchez no intentará ser presidente esta vez, como sí hizo en febrero. Sin embargo, los barones con más peso cada vez desconfían más del secretario general.
La caja de los truenos la destapó la presidenta del Gobierno de Baleares, Francina Armengol, al animar el miércoles a Sánchez -en privado primero y en público después- a intentar «formar otra mayoría de cambio» en el caso de que Mariano Rajoy no sea capaz de conseguir los votos suficientes para ser investido.
Armengol rechazó votar sí o abstenerse ante ningún candidato del PP «ni ahora ni durante ni antes ni después». Tras ella, Miquel Iceta también aseguró que el PSOE no debe apoyar ni abstenerse ante Rajoy. Y, en el caso de que el presidente en funciones fracase, «el PSOE no se cruzará de brazos», sin descartar que Sánchez vuelva a intentar su investidura, porque eso es «lo normal en cualquier democracia», dijo. En las tesis de Armengol e Iceta está también, al menos, el secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca.
La respuesta, ayer, no se hizo esperar. Abrió primero fuego desde La Sexta el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. El barón castellano advirtió a Armengol e Iceta que «como sigamos por este camino y con este tipo de comentarios, vamos a terminar desafectando a la mayoría de los ciudadanía».
En su opinión, el PSOE no puede plantearse «hacer descansar la gobernabilidad del país en los independentistas» como, a su juicio, pretende la jefa del Consell de Baleares. «Esto no lo vamos a discutir tantas veces como para que terminemos fracturando al PSOE», añadió Page en términos de advertencia.
Las palabras de Armengol e Iceta han despertado las alarmas en varias direcciones territoriales, que ahora sospechan que Sánchez podría tener previsto intentar la investidura en el caso de que Rajoy no salga elegido ni en la primera ni en la segunda votación. Medio PSOE ya no confía en Sánchez.