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A tres meses de asumir el mandato, Milei polariza a argentinos y suma un rechazo del 41%

Comparado con presidentes anteriores, Milei ha sumado un rechazo más consolidado antes de llegar a los primeros 100 días de gobernación.

Javier Milei.
Javier Milei. AP

 

 

A tres meses de asumir el poder, próximo ya a cruzar la línea imaginaria de los primeros 100 días de su presidencia, Javier Milei sigue teniendo una base importante de respaldo ciudadano, pero en simultáneo se ha consolidado un rechazo en torno al 41%, el nivel más alto que haya tenido algún mandatario en las últimas dos décadas en Argentina, al cabo de su primer trimestre de gestión.

Mientras medios de prensa, incluso de carácter antiperonista, fustigan la naciente gestión del presidente libertario, y le llueven críticas desde los sectores de izquierda, el respaldo a Milei entre los ciudadanos de a pie se mantiene en torno a un 56%, casi idéntico al volumen de votantes que tuvo en la segunda vuelta de noviembre pasado, cuando resultó electo en unos comicios electrizantes que mantuvieron en vilo a Argentina y a América Latina.

El diario La Nación comparó las evaluaciones de opinión pública al cabo de sus primeros tres meses de los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández, y un dato significativo es que Milei es quien ha sumado un rechazo más consolidado antes de llegar a los primeros 100 días de gobierno, lapso que se suele identificar con «la luna de miel» de la sociedad con sus nuevos gobernantes.

Ciertamente, la situación económica dramática con la que se encontró Milei al asumir el poder, y su respuesta con un severo ajuste fiscal, no tiene punto de comparación con los inicios de gestión de la viuda de Néstor Kirchner o los primeros meses en el poder de Macri o Alberto Fernández.

Tras consultar a varias empresas de opinión pública, La Nación admite «un respaldo significativo por parte de un amplio sector de la sociedad a los primeros pasos que da el Gobierno (de Milei)».

El presidente libertario ha tenido encontronazos con gobernadores, legisladores de varias tendencias e incluso, más reciente, con Cristina Fernández de Kirchner. Su estilo de confrontación ha sido cuestionado desde la tribuna del análisis político, pero al parecer no ha hecho mella entre los argentinos que mantienen una expectativa de que se produzca un reordenamiento económico que ponga fin a la espiral inflacionaria y devuelva a Argentina a una senda de crecimiento económico.

Juan Mayol, de la empresa Opinaia, sostiene que debe verse en contexto lo que ocurre en el país sudamericano. En sus primeros meses en el poder Milei ha impulsado medidas económicas draconianas, y de forma inicial los indicadores económicos son adversos, sin embargo, se mantiene un nivel alto de respaldo al presidente.

Mayol apunta que en cierto sector de la sociedad existe una «predisposición a hacer un esfuerzo», y que la responsabilidad de la inflación todavía «es adjudicada al Gobierno anterior».

Como otras figuras populistas, ubicadas en diferentes puntos ideológicos, Milei polariza a la sociedad argentina. En las encuestas han desaparecido los términos medios: o se le rechaza o se le aprueba de forma tajante. También en las calles abundan expresiones en una u otra dirección. Hasta ahora, sin embargo, esa polarización no ha trascendido a enfrentamientos en las calles entre simpatizantes y adversarios.

Entretanto, en el terreno institucional Milei ha vuelto a presentar una ley amplia, antes llamada Ómnibus, ahora Base, que engloba varios aspectos neurálgicos, desde privatizaciones, hasta reformas fiscales y previsionales. Sin músculo legislativo para aprobar normas con los legisladores de su coalición, La Libertad Avanza, el presidente ha lanzado un nuevo espacio de acercamiento con gobernadores provinciales de varias tendencias políticas.

En un discurso que dio ante el Congreso, el pasado 1 de marzo, Milei convocó a gobernadores y al conjunto de poderes públicos a firmar «el Pacto de Mayo», el venidero 25 de mayo en Córdoba en alusión al inicio del proceso independentista de 1810. Este 8 de marzo los gobernadores estuvieron en una maratónica reunión en la Casa Rosada, la sede del Ejecutivo, discutiendo temas presupuestarios y fiscales con el Poder Ejecutivo.

Se presume que Milei hará concesiones a las provincias en aras de lograr el respaldo a su proyecto de Ley Base en el Congreso, por vía de la ascendencia regional sobre diputados que tienen los distintos gobernadores.

Con ello el Gobierno del presidente libertario sigue evitando construir una alianza con el partido Pro, del expresidente Macri, quien ha solicitado que su adlátere Cristian Ritondo, presida la Cámara de Diputados y actúe como armador de una coalición legislativa para viabilizar las propuestas de Milei.

Las perspectivas para la sociedad argentina no son positivas en el corto plazo. A pesar del apoyo empresario a las políticas de Milei, como lo mencionó el columnista Joaquín Morales Solá, una medición de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) sobre el estado de ánimo de los empresarios para los próximos meses detectó una muy baja expectativa. Y, de hecho, el propio presidente señaló que marzo y abril serán los peores meses para la sociedad argentina.

Algunos economistas proyectan que si finalmente el paquete fiscal de Milei tiene éxito, sus resultados serán palpables para los ciudadanos en la segunda parte del 2024. Y, desde el terreno político, no pocos analistas se preguntan si este voto de confianza que parece haberle dado la sociedad al mandatario soportará hasta entonces.

 

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