Agenda Internacional 2023: Qué podemos esperar de las convulsiones del mundo

Llegados a este punto, no parece que los postulados de Francis Fukuyama en ‘El fin de la historia y el último hombre’ se hayan cumplido, empezando por la universalización de la democracia liberal occidental como la forma final de gobierno humano. Con la desaparición de la Unión Soviética las fichas de dominó no han caído como se esperaba, las autocracias y populismos siguen rampantes y un remedo de la vieja Guerra Fría llama a las puertas de la política internacional.

No solo Vladímir Putin ha despertado las peores pesadillas que mortificaron el siglo XX, sino que la superpotencia comunista-capitalista global sigue su inexorable ascenso con Xi Jinping amenazante y renovado ‘sine die’. En Asia y alrededores no hubo triunfo de Occidente. De repente, en nuestras autocomplacientes sociedades vuelven a aparecer incertidumbres y ansiedades.

Los nada felices años 20 de este siglo nos han traído el covid y la guerra de Ucrania, cuyas consecuencias -crisis sanitaria, humanitaria y energética, millones de desplazados e inflación galopante- seguiremos pagando a lo largo de esta década. El titular que dejó Fukuyama en una reciente visita a España no es profético, pero sí conmovedor, y sirve para despedir 2022 y dar la bienvenida a 2023: «Los ucranianos están luchando en nombre de todos nosotros».

Que Occidente continúe creyéndose ese mensaje del politólogo estadounidense será clave para que la ayuda a Kiev no decaiga, a pesar de las voces que (tanto en EE.UU. como en la UE) piden la retirada del cheque en blanco. Nicolás de Pedro, investigador principal de The Institute for Statecraft de Londres, analizaba en ABC el porvenir: «Moscú confía en que la inquietud de gobiernos y opiniones públicas europeas provoque fisuras en el respaldo a Ucrania. El plan es preocupante porque sus posibilidades de éxito descansan en una permanente escalada y huida hacia delante. Por su parte, Ucrania no tiene ningún incentivo para detener su contraofensiva. Su única garantía de paz y supervivencia pasa por derrotar a Rusia y recuperar el control de todo su territorio nacional, y eso incluye Crimea, de nuevo en la agenda».

El trágala de la ‘desnazificación’ y la adhesión del Donbass es inaceptable para Zelenski, por mucho que el propio Putin y sus edecanes -con el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, a la cabeza- no paren de insistir. El 21 de noviembre, por cierto, se cumplirá una década del Euromaidán, cuando la decisión del Gobierno ucraniano de no firmar el Acuerdo de Asociación UE-Ucrania aprobado por el Parlamento desató una ola de disturbios que provocó la renuncia del presidente Yanukóvich.

En octubre deberían celebrarse elecciones en Ucrania para renovar los escaños de la Rada Suprema, pero la guerra podría aplazarlas hasta 2024 para coincidir con las presidenciales. El 11 y 12 de julio Lituania acogerá una nueva cumbre de la OTAN, donde se analizará el desarrollo del Concepto Estratégico de la Alianza aprobado en Madrid y se avanzará en el proceso de adhesión de Suecia y Finlandia. En el primer trimestre de 2023 habrá una importante bilateral entre Francia y Reino Unido para asuntos de defensa, y el 9-10 de septiembre se celebrará en la India la 18ª Cumbre del G-20: ‘Una tierra, una familia, un futuro’ es su lema, pero es muy probable que el conflicto ucraniano siga robando plano.

China es el principal agente desestabilizador de una región que el primer ministro japonés, Fumio Kishida, ha definido como «la Ucrania del mañana». Pero también está el régimen norcoreano de Kim Jong-un con sus juguetes de guerra -drones y misiles- sobrevolando aquellas aguas. Tal vez en 2023 haya pescadores que consigan su ganancia en el revuelto río global. Japón planea el mayor rearme desde la II Guerra Mundial (300.000 millones de euros en cinco años) y la reforma de su Constitución pacifista, mientras Taiwán ampliará a un año el servicio militar por lo que pueda pasar.

Estados Unidos no es un actor menor en ese escenario. Aunque también está por ver cómo Pekín digiere el gigantesco brote de covid que le ha estallado como una bomba de tiempo. Del 19 al 21 de mayo Hiroshima acogerá la 48ª Cumbre del G-7, y la compleja situación asiática estará muy presente. El 27 de enero se celebrará el 50 aniversario de los Acuerdos de Paz de París que marcaron el principio del fin de la guerra de Vietnam. El 7 de mayo habrá elecciones generales en Tailandia y el 23 de julio en Camboya.

Joe Biden enfila la recta final de su mandato (¿también de su carrera política?) con la presión migratoria rompiendo las costuras de su frontera sur. 2023 será entretenido en la política norteamericana, ya que los candidatos a las elecciones presidenciales de 2024 irán tomando posiciones. El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, deberá decidir si se enfrenta en las primarias a su mentor, Donald Trump, que ya no le quiere tanto -y estará ocupado en sus muchos frentes judiciales-.

2023 llama a las urnas a Argentina, Paraguay y Guatemala (elecciones presidenciales, con probable triunfo de la derecha en los tres casos), Colombia (regionales y locales, quizás con aroma de plebiscito para Petro) y Ecuador (con un referéndum donde el Gobierno de Lasso planteará diversas cuestiones a los ciudadanos). Maduro sopesa adelantar los comicios en Venezuela para boicotear el proceso de primarias de la oposición, y la grave crisis institucional en Perú podría empujar a Dina Boluarte a no esperar hasta abril de 2024 para las presidenciales y legislativas.

Los cubanos continuarán engordando las estadísticas de los grandes éxodos masivos de nuestra era (más de 225.000 salieron de la isla en 2022), pues la crisis económica y la represión política no ceden. Chile afrontará durante estos meses un complejo proceso de reforma constitucional. El 11 de septiembre se cumplirán 50 años del golpe de estado que provocó la caída de Salvador Allende y el inicio de la dictadura militar de Augusto Pinochet. Y Lula comienza su mandato en Brasil desde este 1 de enero.

Pero, sin duda, la cita electoral argentina (29 de octubre) será un momento álgido de la agenda. El malestar social por la inflación galopante y la elevada deuda pública pueden pasar factura al oficialista Frente de Todos, hundido en las encuestas. Los principales partidos aún no han definido candidato, aunque Cristina Kirchner ha anunciado que «no se presentará a nada». Los días 9 y 10 de enero habrá Cumbre de Líderes de América del Norte (México -que será el anfitrión-, Canadá y Estados Unidos), con la pobreza, las migraciones y la seguridad como argumentos.

En febrero Senegal acogerá la Cumbre de la Unión Africana, donde se analizará el impacto que la guerra de Ucrania está teniendo en la seguridad alimentaria; y además: los desastres naturales en el continente, los abusos de poder y el retroceso democrático (hay cuatro países miembros de la UA, Burkina Faso, Guinea Conakry, Mali y Sudán, que tienen vetado acudir al encuentro), el aumento del extremismo en el Sahel o en Mozambique, las tensiones entre Argelia y Marruecos y las relaciones con China, Estados Unidos, la UE y Rusia.

El 26 de febrero se cumplirá el 20 aniversario del conflicto de Darfur, en Sudán; el Gobierno del entonces presidente Omar al Bashir inició una operación militar contra grupos insurgentes rebeldes provocando una de las mayores crisis humanitarias de África septentrional, con millones de desplazados y más de 300.000 muertos.

En plena escalada de la tensión entre Serbia y Kosovo llega, el 28 de febrero, el 25 aniversario del inicio de la guerra que supuso el último conflicto armado en la antigua Yugoslavia, que acabó con la intervención militar de la OTAN y la firma del Tratado de Kumanovo; en 2008 Kosovo proclamó su independencia de Serbia. Más aniversarios: el 20 de marzo, 20 años de la invasión de Irak, que provocó la caída del régimen de Sadam Husein; el 10 de abril, 25 años del Acuerdo de Viernes Santo que sentó las bases para poner fin a tres décadas de conflicto entre católicos y protestantes en Irlanda del Norte. El 4 de mayo habrá elecciones locales en Reino Unido, primer termómetro para medir la fortaleza de Rishi Sunak como nuevo inquilino de Downing Street. Dos días después se producirá la coronación del rey Carlos III y la reina consorte Camila en la abadía de Westminster.