Alicia, la Primera Dama
Se cumplen diez años de la desaparición física de Alicia Antonia Pietri Montemayor, quien nació el 14 de octubre de 1923 en Caracas. Recibió una educación católica en el Colegio San José de Tarbes y muy joven, a los 15 años, conoció en un almuerzo a Rafael Caldera, formalizando al año siguiente el compromiso, y contrayendo matrimonio con él de apenas 17 años, el 6 de agosto de 1941, y procreando seis hijos.
Alicia Pietri de Caldera, su esposo y el país esperaron una semana por el reconocimiento de la victoria en las elecciones de diciembre de 1968. Al votar al presidente elegimos también a su señora; fue entonces cuando se convirtió en Primera Dama. Ella se distingue en el ejercicio de la función. Reconocía el deber fundamental de ser esposa y madre, colaborando con el primer mandatario, al lado de él. Pensaba que lo personal interesa poco, lo importante, lo que finalmente trasciende son las cosas hechas. La participación de Alicia será vital en diversos aspectos del proceso de construcción de la Primera Dama como institución.
Durante la entrevista inaugural concedida como la nueva primera dama el 10 de diciembre de 1968 a la periodista Rosita Caldera de El Nacional, sus palabras transmiten al país y a la población femenina un mensaje positivo, sostiene que durante el periodo presidencial: “…se abrirán nuevos campos donde la mujer podrá desplegar su iniciativa y su espíritu creador.”
Su responsabilidad se ve en variadas y múltiples ocupaciones; no descuida el hogar, ni la Oficina Social en el Palacio Blanco, tampoco las funciones oficiales de la Residencia Presidencial La Casona, que por primera vez abre a la visita del público. Al mismo tiempo, atiende a la Fundación Festival del Niño y después de dejar su esposo la presidencia, en 1974, lidera junto a un grupo de amigos y colaboradores, la creación de la Fundación privada Museo de los Niños, hasta lograr la concreción de la maravillosa realidad del Museo, el 5 de agosto de 1982.
Al asumir la presidencia de la Fundación Festival del Niño, el 27 de junio de 1969, Alicia expresó: “Estoy dispuesta a trabajar duramente para que este Festival del Niño alcance la mayor significación e importancia en la vida de Venezuela. Para que lo que fue inicialmente una idea loable de la señora Menca de Leoni, perdure como una labor en pro del niño venezolano, realizado por todos los venezolanos de buena voluntad.” Así lo reproduce el Acta Nº 4 del Libro de la Actas de la Fundación. La señora de Caldera se propuso ampliar las actividades, aumentando los programas y mejorando los existentes.
Tuvo la iniciativa del Plan Vacacional, logrando el objetivo, gracias a su capacidad gerencial. Alcanzó a movilizar en los años de gobierno un total de 105 mil niños de todo el país, como premio a los mejores estudiantes para el disfrute de sus vacaciones, engranando un equipo heterogéneo de colaboradores donde destacaban la División de Recreación del Consejo Venezolano del Niño, las Fuerzas Armadas Nacionales y un grupo de voluntarios. Además, dentro de los programas permanentes se encontraban: el Programa de Arte y Cultura; las Ediciones Fundación Festival del Niño con cinco volúmenes de Paginas para Imaginar con portada y diseño de Mateo Manaure, distribuidos gratuitamente; Día del Niño y del Niño Hospitalizado; Concursos de interpretación; Concursos de Cuentos para Niños; Festival Venezolano de la Canción Moderna y los Parques de Bolsillo con más de 800 parques construidos en todo el país.
En las Otras Actividades de la planificación anual de la Fundación destacan: la instalación en octubre de 1971 en el Parque del Este, hoy Parque Francisco de Miranda, de una réplica de la Nao Santa María, con el fin de dar a conocer a los niños la nave en que Cristóbal Colon realizó su viaje a América, (años después promovería su restauración y la re-inauguraría junto al entonces Príncipe Felipe, en 1998). También en 1971, la Fundación patrocinó el viaje del Conjunto Las Voces Blancas a la ciudad de Milán para participar en el Encuentro Internacional Fraternidad de la Infancia, donde fueron declarados ganadores absolutos. Y luego del terremoto en el Perú, Alicia promovió la donación del Grupo Escolar Simón Bolívar en la ciudad de Pativilca, y en 1973 viajó para entregarlo, en representación del presidente y del país.
Ella fue la primera en auspiciar y copatrocinar un programa de televisión infantil educativo, conocido como Sopotocientos, con el apoyo de las plantas de televisión y del Sindicato de Profesionales y Trabajadores de la Radio y Televisión. Se televisaron un total de 132 programas de media hora de duración cada uno, dirigido a pequeños en edad preescolar.
Durante el segundo periodo como Presidenta de la Fundación del Niño (1994-1999), Alicia fue la primera Primera Dama en promover el conservacionismo ambiental como un modelo de participación ciudadana: Un Cariño para mi Ciudad. El proyecto integral promovía la educación ambiental en el aula, ecología para niños con el apoyo de material didáctico: La Cajita Ecológica. Se realizaron 10 micros audiovisuales de la serie Camina con Buen Pie. En sus palabras se buscaba: “romper con el pasado que nos llevó al descuido de los espacios públicos y al deterioro de la vida ciudadana, no fue simplemente la indolencia, el desacierto o la corrupción, tenemos que reconocer nuestra actitud individualista y pasiva.” (S/A, El Globo, 10-5-98).
El bautizo del libro Un Cariño para mi Ciudad, en noviembre de 1998, muestra el rescate de 405 espacios en toda la ciudad, los patrocinadores y fotografías del espléndido efecto obtenido, sin contar con grandes recursos económicos. Se reseña la instalación de la Esfera de Caracas de Jesús Soto en la Autopista y Los Maratonistas de Jorge Blanco en la Cota Mil. Así mismo la recuperación de la obra Los Cerritos de Alejandro Otero en la entrada a Caracas por La Guaira.
Igual realizó el programa Vamos a leer un cuento, para promover el hábito de lectura en los niños. Doce números fueron encartados en los periódicos y, en su memoria hoy existe El Rincón de los cuentos en el Museo de los Niños.
Toda lo narrado, es una muestra de los logros y obras realizadas por Alicia Pietri de Caldera como Primera Dama. Un trabajo que nos habla de su amor por Venezuela. Una vida entregada a servir al país, sentando bases y tradiciones a la institución de la Primera Dama venezolana. Fue reservada con su vida privada y sobre todo la intimidad del hogar. Los Caldera Pietri daban el justo lugar al matrimonio y a la unidad familiar.
Murió Alicia Pietri de Caldera en Caracas, el 9 de febrero de 2011, orgullosa de haber representado a la mujer venezolana y de luchar por la conquista de los derechos de los niños y la infancia.
José Gregorio Villegas es abogado, cursa Maestría en Historia de Venezuela en la UCAB y su tesis –en proceso- versa sobre “Las Primera Damas en la Democracia”.