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Beatriz Pineda Sansone:  La voz del desierto

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El cuerpo continúa siendo el centro de la atención y de las ocurrencias en la obra de García Márquez, reunida bajo el título La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada. Pero esta vez no se trata de un cuerpo sin vida como el del ahogado más hermoso del mundo, no, esta vez se presenta ante nosotros el cuerpo de una adolescente de catorce años que vive con su abuela paterna. Eréndira se convierte, luego del incendio, que acaba con la mansión de la anciana, en la voz del desierto. Su abuela inicia con ella la saga de la prostitución a fin de que ésta pague con su cuerpo la inmensa suma que le adeuda.

La obra está atravesada por un valor o sustancia que equivale, según Hegel, al espíritu de un pueblo, vale decir, del pueblo colombiano, o al espíritu de un tiempo: la realidad desplegada que sostiene a todos y que debemos comprender.

El cruce enigmático del mito griego plantea el dilema del ser humano: el conocimiento y desconocimiento en tensión con la naturaleza y el espíritu, el ser escindido que se une y nunca se deja separar, la animalidad y divinidad que constituyen al ser humano. Lo que nos habla desde el mito griego en la historia de García Márquez, está representado por Ulises, el hijo del granjero holandés, quien conoce a Eréndira y seducido intenta rescatarla del yugo al que la somete su abuela. La soledad y el miedo son experiencias fundamentales conocidas por todos.

Gadamer expresó en Estética y hermenéutica que el arte constituye un lenguaje de re-conocimiento, porque en él encontramos la desfiguración misma que nos rodea. El arte es una escritura cifrada, o secreta, porque en él se declara un sentidoLa jovencita de catorce años que el autor nombra Eréndira constituye un arquetipo, imagen o símbolo de la inocencia y de la desgracia. Recordemos el concepto de analogía y también la sentencia de Platón, según la cual Lo sensible es el reflejo de lo inteligible; y la frase de Goethe: Lo que está dentro está también fuera. La existencia de un arquetipo, es decir, del símbolo, delata o expresa la existencia del principio. Lo simbólico es independiente de lo histórico, no lo sustituye, pero tiende a arraigarlo en lo real, expresa Juan Eduardo Cirlot.

Los dioses griegos, apuntó el filólogo Walter F. Otto, son aspectos del mundo, por ello continúan siendo experimentables para nosotros aun cuando no se trate de su primitivo sentido cultural religioso. Todo lo que existe en la Eréndira manipulada y débil, y en la abuela brutal existe en la epopeya y en el drama de los griegos: el conflicto, la decisión, la falta, la culpa.

También el Ulises de la historia representa el arquetipo o símbolo del famoso héroe griego, rey de Ítaca. Fue él en la historia garcíamarqueana, quien liberó a la Eréndira de la crueldad de su abuela. En la Odisea, cuando un conflicto inmediato o una situación apurada no pueden resolverse por la fuerza sola, sino que requieren claridad de juicio, el ingenio o la decisión inteligente, no se llama a los heroicos y esforzados combatientes, sino al prudente Ulises, que junto al vigor físico posee el valor; al lado de la bravura y la audacia, el ingenio, el sentido del cálculo, la flexibilidad.

Cada historia simboliza la interioridad de su autor, y con éste, la de un pueblo, la de un tiempo. El cuerpo y sus gestos, ocupan el centro de todas las ocurrencias. El gesto como el lenguaje traducen el mundo y el sentido al que pertenece. También el paisaje constituye un gesto: el desierto, el mar, el naufragio simbolizan la incertidumbre del viaje, la ambigüedad del destino. Ulises se alza contra la maldad, contra la miseria, contra la soledad y la falta de amor, y en todo ello él mismo se encuentra entretejido.

 

Mi nombre es Beatriz Pineda Sansone. Nací en la ciudad de Maracaibo, Venezuela. De niña era inquieta, llena de arrojo. Admiraba a nuestro Arturo Uslar Pietri, quien conducía el programa televisivo Valores Humanos. Su ejemplo ha sido mi norte. Gracias a mis hijas he realizado grandes aventuras a favor de los niños. Creé el Taller Literario Infantil Manzanita que devino en Fundación en 1985. Más tarde, con motivo del nacimiento de un nuevo diario en Maracaibo, fundé Azulejo, el periódico de los niños del diario La Verdad –primera etapa-. Extendí el Programa La Hora del Cuento a centros de arte, museos, universidades, colegios y McDonald’s Padilla de la ciudad con el fin de cultivar en los niños el amor por la lectura, y todas sus destrezas cognitivas, afectivas y psicomotoras.

Más tarde, en 1996, obtuve el título en Filología Hispánica con el premio Summa Cum Laude en la Universidad del Zulia. Cursé estudios de postgrado (2000-2003). Me convertí en articulista de los diarios venezolanos Economía Hoy, Panorama y El Universal.

Soy autora de: Las Memorias del Maestro Ramiro (1979); Desde otro rayo (1992). Universidad del Zulia; Los ojos de la montaña (2011). Entrelíneas Editores, España; La Hora del Cuento. Enseñar a razonar a los niños a través de la lectura de cuentos (2015). Ediciones de la Torre, España; El Principito y los Ideales. Defensa de la libertad, del amor y del razonamiento (2017). Editorial Verbum, España; La Aventura nunca imaginada de un lápiz (2018). Fundación editorial el Perro y la Rana. Venezuela; Una niña de mi edad (2019). Editorial Tandaia, España. Malika, la más pequeña de la manada (2021). Europa ediciones. Roma.

En la actualidad desarrollo una intensa labor a favor de la lectura a través de las redes sociales: @beapinpaz.escritora, los chats Aventuras Literarias y Café Lectura. 

 

Un comentario

  1. Tras leer este artículo me encuentro muy curiosa e interesada en leer la obra citada de García Márquez como consecuencia de las reflexiones de la autora. Excelente!

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