Berlusconi señala a Antonio Tajani como su candidato a primer ministro
El líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, junto al candidato por Lombardía del centroderecha, Attilio Fontana. PIERO CRUCIATTI
Silvio Berlusconi, inhabilitado por fraude fiscal hasta 2019, no puede presentarse a las elecciones del próximo domingo. Sin embargo, a base de ambigüedades y tesón ha logrado que lo parezca. Hasta el último minuto ha dejado el puesto de candidato a primer ministro vacío, erigiéndose él mismo como figura clave para la batalla electoral. Incluso en las papeletas, donde aparece su nombre acompañado de la nombre. Pero su recorrido termina y este martes despejó las dudas al tiempo que ejercía presión sobre el elegido. Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, será su hombre si el centroderecha forma Gobierno.
El ex Cavaliere, tres veces primer ministro de Italia, reencarnado ahora en el papel de estadista internacional capaz de contener el empuje del populismo, sigue tejiendo su red para el próximo domingo. El martes, tras muchas insinuaciones, destapó la carta más esperada señalando, sin citarlo por el nombre, a su candidato a primer ministro. “Me compromete el altísimo cargo que tiene a la hora de pronunciar su nombre y lo haré solo cuando me dé su autorización”. Pero, a continuación, aseguró: “Es el presidente de la institución europea que eligen directamente los ciudadanos, la más importante. Y todos los parlamentarios, ya sean de izquierdas o de derechas, le consideran el mejor presidente que ha tenido la Asamblea Europea”.
No es oficial. Pero la carta Tajani permite a Berlusconi lanzar un mensaje de moderación a su electorado y un guiño a los pesos pesados de la Unión Europea, los mismos que le dieron el golpe de gracia el 9 de noviembre de 2011, con una prima de riesgo de 574 puntos y unas cifras económicas de colapso total. En Italia y en Bruselas cunde la sensación de que un liderazgo en la sombra del ex Cavaliere sería un mal menor ante una posible coalición entre La Liga y Movimiento 5 Estrellas.
Pero la partida está muy abierta. O el bloqueo parlamentario cada vez más cercano, según se miren los sondeos. Y para que el candidato de Forza Italia sea primer ministro —ya sea con el centroderecha o formando una gran coalición con el centroizquierda— tienen que alinearse varios elementos. En ese escenario, Berlusconi moverá la bola más rápido que nadie. Pero Tajani, que fue su portavoz y le conoce bien, es cauto y prefiere que su nombre no se oficialice hasta que se despeje la jugada. Lleva solo un año al frente del Parlamento Europeo —sustituyó a Martin Schulz en un movimiento parecido— y su mandato termina en mayo de 2019. “Estoy honrado y orgulloso por las buenas palabras que Berlusconi me dedica a menudo, por el aprecio al trabajo que realizo en Europa. Pero no he participado nunca en esta campaña electoral, no soy candidato y nunca he dicho una palabra sobre este tema”, señaló sin descartarse.
La opción Tajani también podría encajar en una hipotética gran coalición con el centroizquierda. Si los números cuadran —las encuestas apenas le dan posibilidades— y Berlusconi y Matteo Renzi (Partido Democrático) entablan negociaciones para formar Gobierno, el presidente del Parlamento Europeo podría ser una figura digerible, también por el presidente de la República, Sergio Mattarella. Su carácter europeísta y la experiencia en Bruselas ayudarían a esa convergencia en una Italia oscurecida por la sombra del populismo y el desprecio a la política económica de la UE.
El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, admitió la semana pasada que preocupan las posibles combinaciones y se preparan para un “Gobierno no operativo”. Berlusconi huele ese miedo e insiste: Tajani “sería excelente porque Italia hoy no cuenta nada en Europa ni en el mundo. Y con él contaríamos mucho más”. Pero esa virtud es la misma que descoloca a sus actuales socios. Si el centroderecha obtiene por sí solo los votos necesarios para la mayoría parlamentaria, los acompañantes de Berlusconi —La Liga de Salvini y Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni— difícilmente tragarían con una figura tan vinculada a una institución europea. Cunden los nervios y ambos le han pedido ya a Berlusconi que destape la carta cuanto antes y les permita jugar en igualdad.
Pero Berlusconi, cuya inhabilitación termina en 2019, gana en casi todos los escenarios. Este martes introdujo otra variable. Si tuvieran que repetirse las elecciones, lanzó, propone seguir adelante unos meses con el Gobierno de Gentiloni, reformar la ley electoral para evitar bloqueos y, de paso, ganar tiempo para que termine su inhabilitación. En ese caso, asegura, estará disponible.