Biden ataca con dureza a Trump: «Es hora de pasar de página»
El presidente electo dio un discurso después de que el Colegio Electoral confirmara su victoria en las elecciones
Joe Biden ofreció este lunes por la noche su versión más agresiva desde que ganó las elecciones a la presidencia de EE.UU. del pasado 3 de noviembre. El presidente electo compareció desde su ciudad, Wilimington (Delaware), para dar un alegato sobre la fortaleza de la democracia de EE.UU. y una condena a los ataques sostenidos de Donald Trump y sus aliados para dar la vuelta al resultado de las urnas.
Biden habló pocas horas después de que el Colegio Electoral confirmara lo que dijeron los estadounidenses con su voto hace casi mes y medio: que él es el próximo presidente de EE.UU., con una diferencia de más de siete millones de votos respecto a Trump. El Colegio Electoral es una particularidad del proceso electoral de EE.UU., que se arrastra desde la fundación del país: está encargado de elegir al presidente y está formado por los compromisarios que le corresponden a cada estado en función de su peso demográfico. Los electores tienen el mandato de seguir la voluntad popular expresada en cada estado.
Tras la votación, como se esperaba, Biden obtuvo 306 electores, por 232 de Trump. La misma diferencia que el ahora presidente de EE.UU. obtuvo hace cuatro años frente a Hillary Clinton. Entonces, Trump celebró los resultados como un «triunfo aplastante», a pesar de que la candidata demócrata obtuvo casi tres millones más de votos. Clinton concedió su derrota al día siguiente de la elección. Un día después, el entonces presidente, Barack Obama, recibió a Trump, como presidente electo, en la Casa Blanca, para empezar la transición.
Ahora Biden, además de ganar en el Colegio Electoral, se ha impuesto por más de siete millones de votos. Trump se ha negado a conceder la derrota, insiste en que él ha ganado con suficiencia y denuncia que los resultados son fruto de un «fraude masivo» y un «robo electoral». Ni la justicia -empezando por el Tribunal Supremo-, ni su Departamento de Seguridad Nacional, ni su Departamento de Justicia le han dado la razón. Tampoco muchas autoridades del partido republicano en estados decisivos como Georgia, Arizona o Míchigan, que han sufrido las presiones de Trump para denegar a los estadounidenses el resultado de las urnas. Pero los intentos han sido inútiles. Las instituciones democráticas han mantenido a Biden como ganador.
«Nuestra democracia -acosada, puesta a prueba, amenazada- ha demostrado ser resistente, verdadera y fuerte», celebró en su discurso, en el que alabó a las autoridades electorales a nivel local, de todos los colores políticos, que han demostrado «coraje» y «fe inquebrantable y compromiso con la ley».
«Estos patriotas estadounidenses se expusieron a mucho: presiones políticas enormes, abusos verbales e incluso amenazas de violencia física», denunció. «Es inconcebible».
Biden insistió en que Trump, sus aliados y sus abogados ejercieron todas las avenidas legales a su disposición para contestar los resultados. «Les escucharon más de 80 jueces en todo el país. En cada caso, no había causa o pruebas para revertir, cuestionar o disputar los resultados», dijo.
Biden criticó las «acusaciones sin base» de Trump en los estados decisivos y, «lo que es más sorprendente», el apoyo de 17 fiscales generales y 126 diputados de la Cámara de Representantes a una demanda ante el Tribunal Supremo, que este desestimó de un plumazo, para eliminar los votos en cuatro estados decisivos. «Nunca hemos visto una posición tan extrema», dijo el presidente electo. «Una posición que se niega a respetar la voluntad del pueblo, el imperio de la ley u honrar nuestra constitución».
«La democracia se ha impuesto», sentenció Biden y exigió que no se le ataque más: «Es hora de pasar página». Algunos republicanos, renuentes hasta ahora, lo están haciendo. Senadores como Lindsay Graham, Mike Braun, Roy Blunt, Kevin Cramer empezaron a reconocer que Biden es el ganador de la elección. Otros, como John Cornyn o John Thune, concedieron que es hora de dejar las demandas legales. Lamar Alexander reconoció que «la elección presidencia ha acabado» y pidió que a partir de ahora Trump «ponga por delante al país».
Trump, sin embargo, parece tener otros planes. No deja de insistir en que seguirá peleando, sus aliados en los estados decisivos han hecho una votación de «electores alternativa» -no tendrá ninguna validez- y alguno de sus más leales en el Congreso promete más batalla. Mo Brooks, diputado de la Cámara de Representantes, dice que contestará los votos del Colegio Electoral cuando el Congreso se reúna el próximo 6 de enero para certificar la victoria de Biden. Trump ha hecho de sus acusaciones de fraude masivo la base de su próxima carrera electoral y, a pesar de la erosión democrática que supone para el país, no dejará de agitar esa bandera.