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Biden pide un alto en fuego en Gaza mientras teme una guerra «a gran escala» en el Líbano

El presidente advierte de que millones de personas han votado por el «cambio» en Venezuela y «no se les puede negar»

Biden pide un alto en fuego en Gaza mientras teme una guerra «a gran escala» en el Líbano

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, en la Asamblea General de la ONU. | Michael Kappeler / DPA

 

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha subrayado que «es momento de que las partes se pongan de acuerdo» para pactar un alto el fuego en la Franja de Gaza que permita a su vez la liberación de los rehenes que aún siguen en manos de las milicias palestinas, en un contexto de especial tensión en Líbano, donde el mandatario norteamericano teme una «guerra a gran escala».

Biden ha apelado a una rebaja de las tensiones en Oriente Próximo durante su discurso en la Asamblea General de la ONU, un foro desde el que se ha querido mostrar optimista, señalando que, pese a todo, «sigue siendo posible una solución diplomática» que permita poner fin al «infierno» que viven tanto los familiares de los rehenes como los «civiles inocentes» gazatíes.

Estados Unidos ejerce de mediador en el conflicto junto a Qatar y Egipto, pero por ahora las sucesivas rondas de negociaciones se han saldado sin resultados tangibles. Los combates siguen –en Gaza las víctimas mortales se acercan ya a las 41.500, según Hamás– y la preocupación se ha trasladado en estos últimos días a un nuevo frente, el de Líbano.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha subrayado que «es momento de que las partes se pongan de acuerdo» para pactar un alto el fuego en la Franja de Gaza que permita a su vez la liberación de los rehenes que aún siguen en manos de las milicias palestinas, en un contexto de especial tensión en Líbano, donde el mandatario norteamericano teme una «guerra a gran escala».

Biden ha apelado a una rebaja de las tensiones en Oriente Próximo durante su discurso en la Asamblea General de la ONU, un foro desde el que se ha querido mostrar optimista, señalando que, pese a todo, «sigue siendo posible una solución diplomática» que permita poner fin al «infierno» que viven tanto los familiares de los rehenes como los «civiles inocentes» gazatíes.

Estados Unidos ejerce de mediador en el conflicto junto a Qatar y Egipto, pero por ahora las sucesivas rondas de negociaciones se han saldado sin resultados tangibles. Los combates siguen –en Gaza las víctimas mortales se acercan ya a las 41.500, según Hamás– y la preocupación se ha trasladado en estos últimos días a un nuevo frente, el de Líbano.

Biden ha acusado a Hezbolá de comenzar a lanzar proyectiles sobre Israel hace casi un año «sin provocación» alguna, como gesto de solidaridad hacia la población palestina. Los ataques israelíes contra cientos de dispositivos de comunicación de Hezbolá y la ola de bombardeos de estos últimos dos días, que suman ya más de medio millar de fallecidos, han elevado la tensión a una nueva cota.

«Una guerra a gran escala no beneficia a nadie», ha advertido el presidente estadounidense, sin criticar las últimas acciones emprendidas por Israel, el principal aliado político de Estados Unidos en Oriente Próximo.

Sí ha vuelto a plantear, no obstante, sus críticas a la violencia ejercida sobre los palestinos en Cisjordania y ha llamado a trabajar para lograr una solución de dos Estados, en la que Israel pueda «normalizar» las relaciones con los países vecinos y los palestinos puedan disponer de un territorio propio en el que vivir «en paz y seguridad».

El adiós de Biden

Biden ha aprovechado su discurso de despedida ante la Asamblea General, dado que no se presentará en noviembre a la reelección, para repasar parte de su vida y también de la historia de Estados Unidos hasta su llegada a la Casa Blanca. «Hay cosas más importantes que permanecer en el poder. El pueblo es lo más importante», ha deslizado.

Entre las decisiones internacionales que ha defendido durante su alocución figura la vuelta al Acuerdo de París contra el cambio climático, el retorno a la Organización Mundial de la Salud (OMS) o haber puesto fin a la guerra en Afganistán, una decisión «difícil» pero «correcta».

También ha resaltado la decisión de respaldar a Ucrania frente a «la guerra de (Vladimir) Putin», que considera «fracasada» a estas alturas, y ha llamado a no desistir «hasta que Ucrania consiga la libertad». «No podemos aburrirnos», ha dicho Biden, que ha señalado que la OTAN está ahora «más fuerte que nunca» y cuenta con dos nuevos miembros.

Por otra parte, ha llamado a seguir tejiendo alianzas en el Indo-Pacífico, apuntando que «no van en contra de ningún país», en una alusión velada a China, país con el que Estados Unidos espera poder adoptar una «responsable» competencia a nivel comercial.

Biden ha alabado la lucha histórica de los ciudadanos en favor de la libertad en todo el mundo y ha aludido al caso concreto de Venezuela, donde «millones de personas» votaron a favor del «cambio». «No se les puede negar. El mundo sabe la verdad», ha señalado desde el atril del órgano donde están representados los 193 Estados miembro de la ONU, si bien no ha mencionado ni al presidente Nicolás Maduro ni a su principal rival, Edmundo González.

Reforma del Consejo de Seguridad

El mandatario norteamericano ha planteado que, para encarar los retos venideros, es necesario que la ONU sea «más fuerte e inclusiva». Esto pasa, a su juicio, por «adaptarse», por «incorporar nuevas voces, nuevas perspectivas».

«Por este motivo, apoyamos la reforma y ampliación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas», ha añadido. Estados Unidos cuenta actualmente con derecho de veto en el principal órgano ejecutivo de la ONU, donde otros cuatro países –Rusia, Francia, Reino Unido y China– son igualmente miembros permanentes.

 

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