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Borja Sémper: «Feijóo legislará sin sectarismos y para todos»

Es el símbolo del PP post-Casado: «Las medidas que necesita España no responden al eje izquierda o derecha; el PP es ecologista y feminista»

Se cumple un año de la revuelta en el PP que relevó a Casado por Feijóo. ¿Qué ha cambiado?

Hoy el PP está unido e ilusionado; y, sobre todo, hace un diagnóstico acertado y centrado en los problemas de España y ofrece las soluciones para arreglarlos.

¿Con el PP de Casado se perdía y con el PP de Feijóo se gana?

No se trata tanto de comparar dos modelos o plantearlo en términos de derrotas o de victorias, pero sí, por qué no decirlo, de un liderazgo que, como el de Feijóo, sin contraponerlo con otros, sabe qué necesita España.

Su perfil, como sabrá, ha empezado a generar recelos en el alma más conservadora del partido.

No tengo esa sensación. Yo me he jugado la vida por este partido y por España y me siento reconocido. Además, las medidas más importantes que necesita España no responden a un eje izquierda o derecha. España necesita recuperar la sensatez y la razón. La profesionalidad en el ejercicio de la política. El valor de la palabra dada y decir la verdad. Y moderado puede ser alguien que se autodefina como de derechas o de izquierdas. Nuestro principal problema es la tensión permanente en la que vive la política española, fruto de una estrategia calculada por el Gobierno de Sánchez que pretende dividir a la sociedad, algo que en buena medida ha conseguido. Nosotros buscamos dar respuestas a los problemas. Y también hay un discurso político que queremos ocupar, porque no podemos aceptar que haya determinadas materias de las que se apropia la izquierda.

¿A qué se refiere?

No estoy diciendo que el PP tenga que ir a postulados de la izquierda. Es al contrario, el Partido Popular tiene que dar respuestas desde una perspectiva liberal conservadora. ¿Por qué el Partido Popular no puede liderar grandes debates como el medio ambiente? ¿Dónde está escrito que las políticas en favor de la mujer tienen que ser patrimonio de la izquierda? De lo que hablamos es de dar respuestas desde el centro derecha a problemas que están en la sociedad y que afectan a ciudadanos que son de izquierdas y de derechas.

¿Qué ha hecho mal la derecha para que le arrebaten esas banderas?

Probablemente hemos afrontado algunas batallas ideológicas de manera tímida o sin hacer bandera de ellas. Pero el PP de Feijóo entiende que sí lo son y que no se pueden resolver haciendo lo mismo que Sánchez. Estas batallas hay que darlas convocando a la inmensa mayoría de los españoles, que no son sectarios ni están radicalizados, y que quieren respuestas. Nosotros creemos que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, en derechos y obligaciones. También los gays y lesbianas, también los transexuales, pero las respuestas de la izquierda no son las acertadas ni las adecuadas, porque legislan desde la pancarta, desde el sectarismo. Nosotros queremos cambiar ese modelo.

En su partido le escuchan y más de uno piensa que este discurso da votos a Vox.

Entiendo que si te incomoda la libertad de las personas te sentirás más cómodo en otros partidos. Nosotros somos un partido abierto, en el que existen sensibilidades diferentes y eso no es un problema, sino una fortaleza. Tenemos gente que se autodefine como liberal, podría ser yo, y gente que se define como muy conservadora, y la convivencia en un partido plural te aleja de ser una secta y te da más fortaleza y más potencia. Nosotros no vamos a legislar desde el sectarismo, sino desde el principio de que cuando gobiernas, debes hacerlo para todos, los que te han votado y los que no. Y ahí estoy seguro de que se sienten cómodos todos los de mi partido, desde los liberales a los más conservadores.

¿Recuperar banderas que son de la izquierda quiere decir que el PP de Feijóo es un PP feminista y ecologista, por ejemplo?

Por supuesto. El PP es, además, la centralidad de la vida política española porque representamos de manera transversal a todos los ciudadanos que creen en la buena política, y que, pese a sus distintas sensibilidades, no se identifican con el actual sectarismo político. Eso no te hace renunciar a unas convicciones y a una posición que defenderemos desde el Gobierno.

Han anunciado la derogación de la reforma de la sedición y de la malversación. ¿Por qué no harán igual con la ley trans?

Esa ley la rectificaremos en profundidad. Da respuesta a un fenómeno real, el de que hay personas con disforia de género que necesitan ser amparadas por los poderes públicos. Además de contener disparates varios, es una ley chapucera, que creará posiblemente efectos adversos, fundamentalmente en lo que afecta a los menores, y eso lo arreglaremos.

Tampoco derogarán la nueva ley del aborto, ¿no?

Vamos a modificar algunos aspectos, ya lo ha anunciado el presidente Feijóo, como que las menores de edad que se someten a un proceso de estas características, que es extremadamente doloroso, lo hagan con garantías médicas rigurosas y acompañadas de sus padres.

No han dicho que avalaban la ley de plazos hasta que se les ha echado encima la sentencia del TC a favor de ella. ¿Por qué?

Nosotros creemos que la ley de plazos es una ley asentada, que en términos comparados es similar al modelo de nuestros socios de la Unión Europea, y que, además, las alternativas que existen son infinitamente peores. La prohibición absoluta y el procesamiento penal de una mujer que se somete a un aborto, que entiendo es lo que defienden otros, es un disparate. Pero, de la misma manera, también le digo que es un disparate creer que el aborto es un método anticonceptivo, y no aplicar medidas de promoción de la maternidad. El objetivo es que no haya abortos. Hay que avanzar para evitar que haya mujeres que deciden abortar por cuestiones socioeconómicas o porque el embarazo entorpece su carrera profesional. No puede ser que exista una sola mujer en este país que decide abortar porque eso le supone un problema en su vida. Ahora, las mujeres que opten por interrumpir sus embarazos por otros motivos deben poder hacerlo de manera garantista, legal y segura.

Ese discurso es fácil hacerlo, pero luego ningún Gobierno es capaz de ejecutarlo.

Somos conscientes de que exige un cambio de mentalidad y un cambio estructural, que interpela a empresas del sector público y privado. En España tenemos un grave problema de envejecimiento de la población y natalidad y no se están tomando medidas para corregirlo porque parece que van contra algo, cuando sólo van a favor de la mujer, de la natalidad y maternidad. Y para eso hacen falta recursos económicos y convicción. Nosotros la tenemos.

En esta nueva etapa, ¿el PP debe someterse a una actualización ideológica?

Somos un partido que evoluciona con la sociedad. Tenemos que hacer política y dar respuestas a los problemas que tiene España. Hay que volver a una política en la que mentir pase factura, hecha por políticos responsables y serios, y que afronte con valentía todas las reformas pendientes. Por ejemplo, no puede ser que, según todos los datos de la OCDE, España esté 14 puntos por debajo de la media europea en eficiencia del gasto público. La mayor actualización ideológica que afronta España es que la política vuelva a ser edificante y útil.

La agenda reformista también la escuchamos cuando llegó Rajoy o Aznar… Y ahora parece que vuelven a prometer lo que ellos no acabaron de hacer.

Entiendo que pueda haber gente escéptica porque en el pasado han visto que se les han quedado cortas las reformas del PP cuando gobernó. Pero esa gente debe valorar que lo que antes era oportuno hacer, hoy es necesario, y que eso lo tenemos claro. Otros gobiernos del PP tuvieron que centrarse en una difícil agenda económica, por la herencia socialista, y dejaron de lado o postergaron grandes reformas por otras prioridades. Eso es cierto, pero hay que entender el contexto. Hoy, sin embargo, somos plenamente conscientes de que esas medidas que quedaron relegadas, o que no se remataron del todo, son una necesidad ineludible que vamos a atender.

¿Cómo explica que si el Gobierno de coalición está haciendo todo tal mal como dicen, la diferencia en las encuestas con el PP sea tan estrecha?

Cuando yo me fui hace tres años estábamos por detrás en todas las encuestas. Y ahora vamos por delante, así que avances sí que se están produciendo. Es verdad que queremos y necesitamos más, y en eso estamos trabajando. Creemos que existe una corriente subterránea de rechazo a la política de Sánchez, y de necesidad de cambio, que no identifican las encuestas y que aflorará a medida que vayan pasando las semanas y los meses. Claro que para esta vocación de cambio y de transformación de la política española tenemos que ser capaces de convencer al que todavía duda de que la respuesta es Feijóo porque ofrece un Gobierno mucho más limpio, más sensato y razonable, y con unas convicciones ideológicas que apelan a la centralidad para trabajar juntos por mejorar España.

Que la economía no vaya tan mal, como dijeron, puede recortar ese ansia de cambio social del que habla.

Para empezar, nosotros queremos que a España le vaya bien. Somos españoles, vivimos en España, y si me suben la hipoteca, me duele, como me duele lo que cuesta la cesta de la compra. Los datos macroeconómicos apuntan una foto muy distinta a la que hay en la calle, donde las cosas no van bien. Las familias lo ven cada día y no hay propaganda que las pueda engañar.

¿Pero usted no cree que un Gobierno del PP habría tenido que aplicar parecidas ayudas sociales a las que ha impulsado el Gobierno de coalición para contener los efectos de la crisis en las familias?

Habríamos aplicado otras. Por ejemplo, y aunque nos han hecho caso en algunas, habríamos rebajado el IVA de productos básicos como la carne, el pescado y las conservas, que afectan directamente al bolsillo de los ciudadanos. Habríamos bajado temporalmente tramos del IRPF de las rentas medias y bajas, o prolongado las ayudas al combustible para profesionales. Es decir, hubiéramos implementado una serie de medidas que irían directamente al día a día de los ciudadanos.

¿Eliminarán el impuesto a la banca si gobiernan?

Actuaremos en coordinación con nuestros socios europeos y, sobre todo, hablando de beneficios, no de facturación.

Entonces, lo revisarán, ¿pero no lo quitarán?

Analizaremos la situación y actuaremos en coordinación con nuestros socios europeos. España necesita una auditoría, para ver cuál es la situación real de la economía, e implementaremos también prácticas de evaluación de las políticas públicas. ¿Qué pasa con las medidas que se adoptan? ¿Cuál es su impacto? Hay que introducir modelos empresariales de eficacia en la gestión pública porque el dinero se gasta muy fácil, pero lo que recaudas se lo estás quitando al ciudadano, al que le cuesta mucho ganarlo. La cantidad de reformas que hay que hacer es de tal envergadura que vamos a necesitar una legislatura y media, probablemente, pero las haremos.

Una legislatura y media…, y votos para sacarlas adelante.

Los cien primeros días de Gobierno de Feijóo serán los de las grandes reformas, porque necesitamos una política de choque para revertir el camino equivocado que ha marcado el PSOE. Y en España, las cosas bien explicadas, bien se entienden.

Como le decía, esas reformas necesitan una mayoría en el Congreso.

Sí, claro.

Y sólo pueden sumarla con Vox.

O con cualquier otro partido que comparta nuestro diagnóstico y nuestras propuestas. Aspiramos a tener un resultado lo suficientemente importante como para poder gobernar sin necesitar a otras formaciones políticas. Y de este objetivo no nos vamos a mover.

Ninguna encuesta avala ese escenario.

España necesita un Gobierno que esté en la agenda reformista, no en agendas partidistas. Necesitamos un Gobierno que defienda el interés general de los españoles y no sólo de unos pocos. Tenemos que acabar con esta época en la que uno gobierna sólo para los que le han votado y con ese compromiso acudiremos a las elecciones.

Mejor pactar con el PSOE que con Vox y romper la política de bloques?

Nosotros llevaremos nuestras propuestas al Congreso en base a un diagnóstico objetivo sobre los problemas de los españoles, y se podrán sumar otras formaciones políticas que lo compartan.

Siempre ha rechazado el pacto con Vox. ¿Está pensando ya en cómo revisará su discurso en mayo, cuando el PP necesite a Vox en ayuntamientos o comunidades?

No me planteo ese escenario.

A ver si, después de todo lo que han criticado al PSOE, van a acabar haciéndose un Sánchez. Aquello del «no», «no», a Podemos, y ahora gobierna en coalición con ellos.

Feijóo demostró en Galicia que hay otra forma de hacer política y que te puede votar gente de Vox, de Ciudadanos, nacionalista, de izquierdas, de derechas, de todo tipo, si presentas un proyecto que sea el que mejor atienda a los problemas de todos los ciudadanos. Este modelo, que apela a otra forma de hacer política con respeto, con seriedad, con rigor, y entendiendo que el adversario no es un enemigo, que a lo mejor el otro tiene parte de razón y que conviene escuchar, es un modelo de éxito.

¿Por qué el PP ya no cuenta en Cataluña ni en el País Vasco?

Creo que debemos reforzar con inteligencia nuestra apuesta por el Estado de Derecho y la Constitución.

¿Qué han hecho mal para que en el País Vasco los votantes del PP estén mirando al PNV, y en Cataluña, a Vox?

Esos votantes no han identificado un proyecto que les ofrezca un futuro de bienestar. Tenemos que ser capaces de conformar un proyecto político en una Euskadi sin terrorismo que atienda a los problemas reales del día a día. ¿No hay un problema con la sanidad vasca? Pues claro que sí, yo soy de Irún y el hospital de Bidasoa ha cerrado todos los quirófanos y se tienen que derivar 130.000 pacientes potenciales a San Sebastián.

¿Quiere decir que el PP tiene que actualizar su discurso a un País Vasco sin ETA?

Tenemos que construir un discurso más competitivo y más atractivo, sin renunciar a lo que somos. Tiene que haber un Partido Popular Vasco útil para los vascos. Por ejemplo, ¿por qué hay determinadas banderas que tenemos que entregar a los nacionalistas, como la lengua? Los nacionalistas han hecho de la lengua un problema porque han impuesto una mala política lingüística desde la absurda imposición. La lengua es riqueza. El euskera y el catalán, como el gallego, son lenguas de España. Y hay un modelo, el gallego, donde conviven con naturalidad y normalidad, frente a la de la imposición.

¿El PP debe tener una relación institucional normalizada con ERC?

Si hablamos del alcantarillado, de las calles o de las farolas, probablemente no haya problema. El problema es que el modelo de Esquerra y el del PP son absolutamente antagónicos en la manera de entender la sociedad y en la manera de entender España. De hecho, ellos no creen en España.

Tampoco el PNV es un partido españolista, y con él no parece que haya problema.

El PNV no ha llegado a donde ha llegado ERC en su asalto a la legalidad. También hay que desdramatizar porque hay diputados de Podemos que se llevan estupendamente con diputados y diputadas de Vox. Que lo oculten es su problema.

 

 

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