Bruselas prepara sus primeras sanciones contra el régimen de Maduro
La UE elabora una lista de cargos políticos y militares vinculados con la represión
Bruselas prepara por primera vez sanciones contra Venezuela. La medida, contemplada desde el verano, tras las elecciones constituyentes que desplazaron al poder Legislativo, cuenta ya con el apoyo unánime de todos los Estados miembros de la UE, según confirman fuentes diplomáticas y comunitarias. Aunque la aprobación aún puede tardar varias semanas, los ministros de Exteriores darán este lunes una señal de que la reprobación diplomática se aproxima. De esa manera pretenden responder a las elecciones regionales de este domingo, plagadas de irregularidades.
España lleva meses pidiendo a sus socios comunitarios una acción contundente contra los excesos del régimen de Nicolás Maduro. Bruselas ha mostrado dudas, en buena medida porque las sanciones constituyen una medida de último recurso que se emplea cuando el diálogo está agotado. Adoptar medidas restrictivas contra un país extranjero requiere, además, unanimidad de los 28 socios. Y Grecia ha estado frenando durante varias semanas un proceso que el resto de países consideraban ya ineludible.
Vencidas esas últimas resistencias, los embajadores de Exteriores de la UE han dado el visto bueno político para que empiece el trabajo técnico. Aunque la carga simbólica de aplicar sanciones es muy elevada, se trata de medidas selectivas, de baja intensidad. La UE pretende vetar la entrada en territorio comunitario a líderes —políticos o militares— considerados responsables de vulnerar las normas democráticas en Venezuela. También se congelarán los bienes que pudieran tener en países europeos y se prohibirá la exportación de material susceptible de emplearse para la represión de la población, explican las fuentes consultadas.
El objetivo es “ejercer presión sobre el régimen, pero no con medidas que afecten a los ciudadanos”, explica un diplomático de uno de los grandes países de la UE. También se pretende preservar los canales de ayuda humanitaria al país, sumido también en una gravísima crisis económica y una acuciante escasez de los bienes más básicos. La alta representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini, presentará este lunes a los ministros un análisis de los resultados de las elecciones a gobernadores regionales, con la vista puesta en esos pasos adicionales.
Este verano, tanto EE UU como Canadá anunciaron sanciones contra el régimen venezolano de Nicolás Maduro. Ottawa congeló activos y emitió la prohibición de que ciudadanos canadienses, dentro y fuera del país, mantuvieran relaciones económicas con los 40 sancionados: el propio Maduro y 39 personas cercanas a él. Washington respondió con sanciones a la votación de una Asamblea Constituyente en el país sudamericano que supuso la congelación de activos de Maduro y la prohibición de que ciudadanos o entidades estadounidenses puedan hacer transacciones con él. Trump prohíbió también al sistema financiero de EE UU la compra de bonos públicos y deuda del Gobierno de Venezuela y la petrolera estatal, PDVSA.
Deterioro democrático
La UE observa con preocupación el deterioro de la democracia en el país latinoamericano y constata que el diálogo ensayado hasta ahora da escasos resultados. Bruselas no reconoció las elecciones a la Asamblea Constituyente,celebradas en julio. Y el Parlamento Europeo ya pidió el mes pasado a Mogherini que aprobara esas sanciones selectivas cuanto antes.
Las fuentes consultadas rehúsan ofrecer pistas sobre el perfil o el número de sancionados que incluirá la lista de la UE. La contribución de España será decisiva a la hora de aportar nombres, que deberán ser refrendados por los otros 27 Estados. Bruselas trabaja con el escenario de aprobar definitivamente el castigo diplomático en el plazo de un mes, posiblemente en la próxima reunión de ministros de Exteriores.
La UE ya mostró algunas dudas a la hora de condenar las elecciones a la Asamblea Constituyente que se celebraron para orillar a la oposición y crear un poder alternativo al del Parlamento elegido en unas legislativas que ganó la oposición. También entonces las dudas de Grecia, remisa a censurar procesos internos de un país tercero, retrasaron la reacción y rebajaron la dureza del mensaje europeo. Tres meses después, España considera que las sanciones se han dilatado en exceso, pero confía en que logren incentivar la solución política al conflicto venezolano.
Europa siempre se lo piensa dos veces antes de adoptar sanciones, una herramienta diplomática con gran carga de profundidad. Los Estados miembros necesitan unanimidad para aprobarlas y también para renovarlas periódicamente (se suelen aprobar por un plazo determinado).