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Candidaturas y dobles candidaturas

Se ha ido afinando el panorama electoral presidencial hacia febrero del 2022. Ya los partidos que han completado sus trámites de inscripción electoral se acercan a la docena, con sus propios candidatos.

Liberación Nacional con José María Figueres y la Unidad Social Cristiana con Linneth Saborío, que son los candidatos que hasta ahora van solos con esa candidatura, la presidencial. Es natural que así sea en estos dos partidos, por su tradición de ser partidos que han gobernado, y de elegir no pocos diputados, donde prácticamente esta situación de doble candidatura ni siquiera se plantea, ni se tiene en su agenda política, ni en su hoja de ruta.

Del resto de los candidatos que hasta hoy han anunciado sus candidaturas presidenciales algunos han dicho que van en la doble postulación, es decir, que van aspirando a ser, al mismo tiempo candidatos a  diputados por alguna de las provincia, en caso de no ser electos Presidentes.

Ellos son:  Natalia Díaz, del partido Unidos Podemos, que ya fue diputada del Movimiento Libertario, hoy con su propio partido, Rodolfo Hernández, del partido Republicano Social Cristiano, Rodolfo Piza, del partido Nuestro Pueblo, quien fue dos veces candidato presidencial del Partido Unidad Social Cristiana,  Fabricio Alvarado, de Nueva República, quien fuera candidato presidencial finalista de las últimas elecciones por el partido Restauración Nacional, quien va con nuevo partido.

Estos candidatos se sabe que postularán su candidatura por la Provincia de San José, mientras Federico Malavassi lo hará por Cartago, ya que Otto Guevara lo intentará por San José, sin aspirar a la candidatura presidencial, que en este caso Malavassi repite la candidatura presidencial, que ya lo fue en 1998 por el Movimiento Libertario, además de que también ya fue diputado de ese partido.

Los que no han dicho ni han negado que van en la doble candidatura son Eli Feinzaig, del partido Liberal Progresista, Rodrigo Chávez, del partido Progreso Liberal, Carlos Valenciano Kramer, del partido Movimiento Libertario. Ninguno de estos ha sido candidato a la presidencia ni han sido diputados anteriormente.

Todavía quedan por definir candidatos presidenciales de los partidos  Frente Amplio y Acción Ciudadana, que tienen diputados, y que han cogobernado en esta Administración de Carlos Alvarado Quesada, pero que van con candidaturas separadas, como lo fueron en la campaña anterior, llevando el Frente Amplio a su exdiputada y una de sus principales dirigentes, Patricia Mora Castellanos, al Ministerio de la Mujer, en este Gobierno de Acción Ciudadana, por tres años. Por ahora no están definidos sus candidatos presidenciales ni sus principales aspirantes a diputados.

En el Frente Amplio hay tres personas que se mencionan como posibles candidatos presidenciales y en Acción Ciudadana hay cuatro candidatos. Ninguno de estos dos partidos aceptan la doble postulación a candidato presidencial y a la vez a diputado. Veremos si se rompe, en el Frente Amplio,  ese compromiso que hasta la última campaña sostuvieron  a sangre y fuego, por las disputas que hubo en ese sentido con el actual diputado José María Villalta.

En un escenario solitario, pero con grandes interrogantes de su posible participación, está también Rolando Araya Monge, que ha sido un alto dirigente liberacionista, haciendo una larga carrera dentro de ese partido hasta la candidatura presidencial en el 2002, del cual se separó y participó como candidato presidencial en las elecciones del 2010, con el partido Alianza Patriótica, regresando de nuevo a Liberación Nacional, donde aspiró a la candidatura presidencial en la Convención interna convocada este año, 2021, a cuyo resultado, después de haber quedado en segundo lugar, de no sentir satisfecha su negociación, con José María Figueres y su grupo, para trabajar por esa candidatura, optó por retirarse con posibilidad de aspirar nuevamente a la candidatura presidencial con otro partido político, en proceso de inscripción.

Con esta docena de candidatos la campaña no se siente caliente aún. Hay un ambiente nuboso políticamente. Pareciera que la gente espera que se definan, de una vez por todas, las candidaturas de todos los partidos que podrían pasar de los 15 con aspirantes presidenciales.

Alrededor de todos estos partidos se mueve un cardumen de pequeños partidos, algunos todavía en procesos de inscripción, otros que acabaron sus procesos pero el Tribunal Supremo de Elecciones les limita su participación en ésta campaña, por las trabas que impone a los pequeños partidos que están en ese proceso de inscribirse, cuando el Tribunal debería ser un instrumento colaborador de inscripciones partidarias, para contribuir de esa manera con la mayor participación de ciudadanos en la luchas electorales.

Históricamente el Tribunal se distinguió por obstaculizar la participación de los pequeños partidos, y de partidos de determinados signos político ideológicos, como actuó hasta 1969. Todavía arrastra esas cadenas del pasado no muy remoto. Hay que ver las exigencias que les ponen a algunos partidos, violando incluso todas las normas de igualdad con los restantes, u obligándolos por sus Estatutos a usarlos cuando la  nueva legislación agiliza en muchos aspectos la inscripción, lo que debería aplicarse en su beneficio, como es la exigencia de realizar asambleas distritales, en sodas, restaurantes, sitios públicos, que hay pagar, que no siempre hay en algunos distritos, impidiendo hacer asambleas distritales en casas con los cuidados sanitarios que impone la pandemia, más allá de esos estatutos internos, siempre y cuando se apeguen a la legislación actual. Eso es lo que tenemos.

En el partido Acción Ciudadana están pidiendo algunas personas y activistas postergar su Convención convocada para los primeros días de agosto. Grave error de ese partido, que ya debería estar en fila al menos con Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, que han sido los partidos gobernantes. Lo que ya no sumaron algunos precandidatos quizá ya no sumen más, porque la gente también se va identificando con lo que ya existe.

Todavía no han surgido candidatos populistas de ningún signo, aunque alguno de ellos, de los existentes, lo intenta por sus spots publicitarios que distribuye de exabruptos políticos  que realiza, como mala copia de otros candidatos que han habido, que tenían su estilo, tenían clase y estilo,  para decir las cosas y llamar las cosas por su nombre. Pueden salir todavía esos candidatos. Es como sacar conejos de un sombrero de mago.

Si esto no sucediera la campaña va a ser aparentemente muy plana y hacia noviembre diciembre de todos estos tendremos un pelotón de unos seis candidatos, para decantarse a finales de diciembre y principios de enero a unos tres o cuatro, entre los que se definiría la final. Para algunos de ellos, particularmente, el de Liberación Nacional es de vida o muerte ganar en primera ronda.

Por ahora esto es lo que voy viendo.

 

 

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