Casado debe ya dar un paso al frente
Desde que hace una semana Pedro Sánchez y Pablo Iglesias anunciaran su acuerdo exprés de gobierno, no han dejado de alzarse voces de alarma sobre los desastrosos efectos que, de concretarse, tendría para España. Y no solo por el perjuicio que supondría para la economía la vuelta a las políticas expansivas de gasto y de incremento fiscal, contra las que viene advirtiendo Bruselas. También, por los riesgos que para la estabilidad, la cohesión nacional y la convivencia social supone un Gobierno débil dependiente de independentistas y de la izquierda radical.
Por eso no se entiende la falta de una reacción firme del principal partido de la oposición. Hay que felicitarse de que desde la misma noche electoral el PP rechazara dar un apoyo incondicional a Sánchez mediante la abstención en su posible investidura. Sería una forma equivocada de entender la responsabilidad de Estado. Sin embargo, los votantes del PP echan de menos que Pablo Casado, como presidente del segundo partido más votado, lidere una respuesta inequívoca para evitar el nuevo Frankenstein que prepara Sánchez. Casado debe ofrecer una alternativa real y concreta que disuada al PSOE de cometer un error que pagarían muy caro varias generaciones de españoles.
