CID-Gallup: FSLN en caída, pero ganaría si la oposición no se une
Luis Haug: el 70% rechaza las acciones del Gobierno para enfrentar la covid-19, que identifican como el principal problema del país
Siete de cada diez nicaragüenses consideran que el Gobierno de Daniel Ortega no está actuando de manera adecuada para enfrentar la pandemia; también siete de cada diez opinan que el país va por el rumbo equivocado; y si las elecciones fueran hoy, solo un 23% votaría por el Frente Sandinista, pero el partido ganaría la elección a falta de una unidad opositora y un candidato.
Los datos anteriores son algunos de los principales resultados de la encuesta más reciente de la firma regional CID-Gallup, realizada entre el 15 de mayo y el ocho de junio, analizados por el gerente general de la firma, Luis Haug, en entrevista con el periodista Carlos F. Chamorro, en el programa de televisión Esta Noche, que se transmite en YouTube y Facebook Live.
Lo que vemos es que ya el nicaragüense está relacionando directamente a la pareja presidencial con los males, principalmente financieros, que se están teniendo en los hogares”, comentó Haug, quien también advierte una creciente opinión desfavorable para el partido de Gobierno y la pareja Ortega-Murillo.
El apoyo al FSLN también está “a la baja” aún entre su misma militancia. “Sí, los sandinistas aprueban la labor que se está haciendo, pero sí antes era muy favorable, hoy tiende a ser apenas favorable”, explica Haug.
Pandemia y desencuentros
Identificada como el principal problema que enfrentan los nicaragüenses, la pandemia de la covid-19 se ubica como el más reciente punto de desencuentro ciudadano entre los nicaragüenses y el Gobierno, a dos años del estallido de las protestas ciudadanas de abril de 2018.
Para el 70% de los nicaragüenses, el Gobierno de Ortega no ha adoptado las medidas apropiadas para enfrentar la pandemia de covid-19, que un 31% considera que es el principal problema en el país.
“Hay un temor muy grande de los entrevistados, con respecto a las acciones que está tomando el presidente Ortega”, afirma Haug.
Los nicaragüenses, agrega, “dicen que no reciben información suficiente, que no hay una acción clara del Gobierno con respecto al cómo contrarrestar la pandemia que se está viviendo; no ven actuaciones en los hospitales para poder contrarrestar los distintos números de enfermos que se están recibiendo, y todo esto poco a poco va causando temor”.
La encuesta también revela que dos terceras partes de los nicaragüenses (64%) aseguran conocer o saber de alguien contagiado por el coronavirus, incluyendo pacientes muy enfermos o fallecidos. Además, un 23% de estos encuestados indicó que “son muchas” las personas contagiadas que conoce.
“Eso va generando más tensión a lo interno de las familias”, alerta Haug, al destacar que este es el porcentaje más alto de la región, por lo cual la encuesta también es otro indicador de que la pandemia de la covid-19 en Nicaragua “es un mal que no se puede ocultar”, sentencia.
La encuesta de CID-Gallup no se realizó cara a cara, debido a los riesgos por la pandemia, sino a través de llamadas a teléfonos celulares, con una muestra de 1800 personas seleccionadas al azar a través de un computadora que se basa en los últimos cuatro dígitos de cada número de celular. El margen de error es de más o menos 2.5% y el nivel de confianza es del 95%, es decir que “sus resultados no variarían en más de tres puntos”, explicó Haug.
Apoyo a Ortega cada vez es menos y más débil
En contraste con el rechazo de ese 70%, un 25% de los encuestados afirmó que el Gobierno sí está tomando medidas apropiadas para enfrentar la covid-19.
Haug comentó al respecto que, al igual que en lecturas anteriores, Nicaragua se está polarizando entre quienes apoyan o no al gobernante Frente Sandinista.
Reconoció que hay un grupo que “tiende a apoyar” al Gobierno, pero dijo que —aún dentro de este mismo grupo— “el nivel de apoyo hacia la Administración va disminuyendo en su fortaleza”.
“Ya se están generando dudas con respecto a las acciones y lo observamos también en el rumbo del país que la gente percibe”, comenta Haug, al citar que tres de cuatro entrevistados dicen que el país va por el rumbo equivocado y no creen que Ortega, puede variarlo.
“Cada vez hay —agregó Haug— un incremento más alto con respecto a la gente que ve con pesimismo el futuro de Nicaragua”.
El gerente general de CID Gallup recordó que el Gobierno tiene una base o piso en la que una de cada tres personas tiende a aceptar la Administración. No obstante, advirtió, “ya el pesimismo en la población a nivel general es bastante fuerte”.
El analista explicó que la variable sobre la percepción del rumbo del país se usa internacionalmente para valorar la confianza que tiene la gente en lo que me va a pasar mañana, en cómo guían los líderes, “y en este momento hay un descontento muy fuerte que causa incertidumbre en la población”, dijo sobre Nicaragua.
En la encuesta, Ortega recibe la opinión desfavorable más alta como persona, entre más de veinte evaluadas. La segunda peor evaluada es su esposa, vicepresidenta y vocera, Rosario Murillo.
Según la encuesta, más de la mitad de los nicaragüenses opina que Ortega desempeña “mal” o “muy mal” sus labores como presidente. Mientras, solo uno de cada tres lo valora “bien” o “muy bien”.
Ortega, causa de los principales problemas
Los nicaragüenses encuestados identificaron como los principales problemas: pandemia (31%), la falta de fuentes de trabajo (21%), la carestía de la vida (11%). Además, para un 14% el principal problema de Nicaraga es el Gobierno de los Ortega (14%), un 8% resiente la falta de libertad de expresión y un 4% tema por sus hijos y la represión oficial.
Haug señaló que los nicaragüenses “aluden al Gobierno a un problema nacional” que antes aparecía esporádicamente, y en números menores.
“Lo que vemos es que ya el ciudadano está relacionando directamente a la pareja presidencial con los males”. De esta manera, agrega, la necesidad de recursos económicos y la carestía de la vida, son asociados a la causa de que se tenga a los Ortega a cargo del país.
FSLN es minoría, pero ganaría una votación
Al preguntar cuál es el partido político preferido, un 24% respondió que el FSLN, un 3% al Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y un 2% a Ciudadanos por la Libertad. Además, un 5% identificó a la Unidad Nacional Azul y Blanco, un 1% a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, dos organizaciones surgidas a raíz de la Rebelión de Abril.
Por el contrario, un 64% de los encuestados no opina por ningún partido político. Sin embargo, Haug considera que estos no son ciudadanos indecisos, sino nicaragüenses que ya han decidido que no simpatizan con ningún partido.
La encuesta menciona que “es relevante mencionar que actualmente no hay partido de oposición con un número significativo de seguidores. Esto hace indicar que será más importante el candidato que la bandera que represente en los próximos comicios presidenciales”.
La encuesta de Cid Gallup preguntó: si tuviera que votar hoy, ¿por qué partido votaría?. Los encuestados respondieron: FSLN: 23%, Unidad Nacional Azul y Blanco 10%, Alianza Cívica 5%, PLC 3%, CxL 2%, Ninguno: 41% y No responde 13%.
Haug destacó que entre la población hay una necesidad de encontrar y consensuar un líder, más que la bandera política en la que participe. “Si bien la casilla no es relevante, sí es necesaria la unidad”, sostiene.
“Lo primero que tiene que haber es una unidad para la participación junta. Luego queda en sus líderes la elección de ese candidato”, dice Haug, quien ve al FSLN no como la agrupación política más grande, sino como el partido minoritario más grande, pues la oposición recibe más del doble de simpatía.
No obstante, sentencia que “mientras la oposición no se ponga de acuerdo, y siga fraccionada, el sandinismo va a triunfar. Especialmente que va a haber un grupo importante que nos va a decir: ninguno, y se queda en sus casas”.
En un año preelectoral, sin embargo, la desconfianza en el sistema electoral sigue dominando el panorama, pues seis de cada diez considera que el tribunal es poco o nada capaz de conducir la elección. Además, estiman que, sin observación electoral (78%) y reglas claras, el tribunal no respetará su voto, porque está tomado por operadores del partido de Gobierno.