CulturaDiscursos y DocumentosHistoria
Cinco intelectuales clásicos citados por Tamames que retrataron a Sánchez
Montesquieu, Aldous Huxley, George Orwell, Shakespeare y Ortega y Gasset le sirvieron al candidato de Vox para pintar el cuadro del presidente
Treinta páginas de discurso dan para mucho más que cinco nombres, aunque sean señalados. Pero, precisamente por su señalamiento e importancia, que Ramón Tamames los citara en su discurso de la moción de censura del martes, aumentan su significado en el sentido del retrato indirecto que el economista español hizo de Pedro Sánchez.
Aldous Huxley y George Orwell aparecen por boca y letra de Tamames a propósito de sus distopías «filosófico-históricas». El «antitético Gobierno», dijo el candidato a la moción de Vox, en cuya política «parece prevalecer con frecuencia la demagogia y el populismo», en línea con la literatura característica de estos dos autores. Las distopías «destinadas a crear un modelo de sociedad en el cual se consagren los modos de autoritarismo envueltos con los ropajes formales de la democracia».
De la distopía (la «representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana», según el DRAE) de Huxley y Orwell, o antes que a ella, Tamames citó a Montesquieu en la acusación directa de practicar una política «con la que se propone disponer, con ordeno y mando, de esos tres poderes. Resucitando así la adhesión al viejo principio autoritario de ‘unidad de potestades y coordinación de funciones’», frente a la separación de los tres poderes.
«Algo huele a podrido en Dinamarca»
Montesquieu y la cualidad fundamental de la democracia contra la fusión de poderes que Sánchez precipita en los dudosas fronteras entre el ejecutivo y el legislativo y el siempre «tocado» Consejo general del Poder Judicial. La verdadera libertad política para evitar los abusos de poder, que Tamames señaló. Los controles que tiemblan en pequeños terremotos que antecediesen una tragedia como Hamlet de Shakespeare, a quien Tamames también se refirió mediante su famosa frase: «algo huele a podrido en Dinamarca». «La aciaga frase, bien conocida», que pronunció Hamlet «ante la situación de la justicia en su reino».
«Parecido a eso podría decirse», dijo el economista, como continuidad dramatúrgica de Montesquieu: «Podría decirse del ambiente en que nos encontramos últimamente, con el gobierno que usted preside, Sr. Sánchez, haciéndose con el control de una serie de poderes independientes del Estado, y sobre todo de la Justicia». La acusación y la pedagogía, cultural, política y social, que era el verdadero objetivo de una moción ideada para dejar en evidencia el bajo nivel en todas aquellas cuestiones del presidente del Gobierno, cuyo último espejo deformado fue el de Ortega y Gasset y la frase como una lanza: «La pedagogía es la ciencia de transformar las sociedades».