Cinco razones para no tener ministros de Podemos
Sánchez huye de ministros que, llegado el caso, levanten banderas capaces de agrietar de nuevo su liderazgo en el PSOE en asuntos como Cataluña, la Monarquía o la reforma de la Constitución
Pedro Sánchez aspira a la Presidencia del Gobierno con sólo 123 escaños y está obligado a negociar. En política los apoyos no se regalan. Nadie da duros a peseta. El PSOE necesita de Unidas Podemos para construir junto a ellos una mayoría suficiente. El camino alternativo pasa por una nueva convocatoria electoral. Que Sánchez ofrezca a Iglesias, como si fueran lentejas, un resumen de su programa electoral y descarte en redondo abordar la idea de un Gobierno en coalición sólo induce a pensar que los socialistas pretenden nuevas elecciones alentados por los augurios favorables de las encuestas. En el fondo, sin embargo, hay más razones o excusas. Sánchez huye de un Consejo de Ministros que no esté bien atado, que incluya elementos díscolos, ministros que, llegado el caso, levanten banderas capaces de agrietar de nuevo su liderazgo en el PSOE.
CATALUÑA
Es el caballo de batalla más evidente. Podemos apuesta por propiciar un referéndum pactado en Cataluña. En definitiva, dar cauce al derecho a decidir. E incluso acepta la definición de presos políticos para referirse a los líderes del procés acusados de rebelión. En el PSC hay sensibilidades afines, pero Sánchez en este momento las considera nocivas. Su interés pasa por demostrar que no se cede ante los independentistas. Así lo siguen exigiendo los barones más poderosos. Acoger en el Gobierno a quienes, tras la sentencia del Tribunal Supremo, puedan ser altavoz de los planteamientos del secesionismo es un riesgo imposible de asumir.
LA CORONA
El PSOE, pese a la enmienda republicana que se presenta en sus congresos, acepta la Monarquía parlamentaria como «forma política del Estado». En un Gobierno socialista, hoy, tendrían difícil cabida ministros que pudieran replicar posiciones como las defendidas esta semana por Pablo Echenique cuestionando el papel arbitral del Rey y reprochándole, por «politizada», su labor en la designación de candidato a la investidura o su defensa de la unidad del Estado. Podemos, además, exige eliminar la ausencia de responsabilidad del Rey recogida en el artículo 56.3 de la Constitución.
REFORMA LABORAL
Hace tiempo ya que Pedro Sánchez enterró su promesa de 2014: «Lo primero que hará el PSOE será derogar la reforma laboral de Rajoy para recuperar los derechos de los trabajadores». En vísperas de la formación de Gobierno, el aspirante a la Presidencia mantiene un discurso muy distinto. Ahora, a lo sumo, se trata de «revisar» los aspectos «más nocivos» del modelo aprobado por el PP y, como mucho, redactar un nuevo Estatuto de los Trabajadores. Podemos, por el contrario, sigue defendiendo la supresión radical de la reforma y suma fuerzas con los sindicatos. Todo un peligro para el papel de alumno aventajado que Sánchez se está construyendo ante la ortodoxia de Bruselas.
DISCIPLINA FISCAL
El PSOE propone subidas de impuestos para poder elevar el gasto público en sus partidas sociales, pero no llega ni de lejos a los niveles que exigirían ministros de la formación morada que, de cumplirse, darían al traste con la disciplina fiscal exigida en la zona euro.
REFORMA CONSTITUCIONAL
Podemos auspicia el fin del «régimen del 78» propiciando incluso la apertura de un proceso constituyente. Sánchez, desde que llegó a La Moncloa, es consciente de la dificultad que entraña una reforma de la Constitución incluso en sus apartados no blindados y no aceptaría que su Gobierno crujiera por esta cuestión. El PSOE, en el improbable caso de abrir el debate, apostaría sólo por retoques federalizantes del modelo territorial y blindar sobre el papel derechos sociales básicos.