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Consejo Superior DC: Frente a la nueva estafa electoral

Es evidente que para la realización de votaciones democráticas es necesario un CNE confiable, la devolución de los partidos a sus autoridades legítimas, el cese de las inhabilitaciones, el pulcro registro electoral de los venezolanos residenciados en el país y de los que viven en el exterior, el fin de la persecución y la libertad de todos los presos políticos.

Solo así Venezuela podrá iniciar un cronograma de sucesivos sufragios democráticos que incluya elecciones presidenciales, votaciones parlamentarias, regionales y municipales en plazos realistas y razonables.

Actuando en dirección contraria a estos propósitos, el régimen usurpador adelanta de nuevo una descarada farsa con el fin de nombrar, ilegitima e ilegalmente, a gobernadores y alcaldes amoldados al estado comunal diseñado para Venezuela por la Cuba comunista.

Frente a esa iniciativa dirigida a perpetuar la dictadura el Consejo Superior de la Democracia Cristiana expresa las siguientes consideraciones:

1- Ratificamos en todas sus partes los mandatos emanados de la Consulta Popular, que atendiendo a la solicitud de numerosas y representativas organizaciones de la sociedad civil fue convocada por la legítima Asamblea Nacional y por el gobierno interino de Juan Guaidó entre los días 7 y 12 de diciembre de 2020.

Esa consulta se realizó exitosamente a pesar de los intentos obstruccionistas del oficialismo, y fue una contundente respuesta a las fraudulentas votaciones parlamentarias del seis de diciembre de ese mismo año convocadas por Nicolás Maduro.

En aquella ocasión Venezuela se pronunció por el cese de la usurpación de la presidencia de la república, por elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables; por el rechazo a la ilegítima Asamblea Nacional, por solicitar a la comunidad internacional el desconocimiento de ese espurio organismo; y por adelantar acciones ante las naciones democráticas con el fin de lograr el acompañamiento a Venezuela en la tarea de rescatar la democracia, de atender la crisis humanitaria y protegernos de los crímenes de lesa humanidad.

Luego de transcurridos cuatro meses de aquella histórica jornada siguen vigentes los pronunciamientos allí expresados por la ciudadanía como respuesta a un régimen que acentúa su naturaleza comunista, y toma distancia de cualquier solución pacífica a la crisis nacional.

Como consecuencia de esa innoble e inhumana visión del ejercicio del poder, Maduro niega el acceso a las vacunas contra el Covid19 y rechaza el plan sanitario de concertación nacional propuesto inicialmente por la Academia Nacional de la Medicina, el Consejo Superior de la Democracia Cristiana, el Gobierno Interino, y recientemente por la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana. Por esa razón, a la par de la desastrosa situación política económica y social, crece exponencialmente el número de contagios y muertes provocados por la pandemia.

2- Condenada por el informe de la Comisión Independiente de la ONU que en septiembre de 2020 estableció responsabilidades directas de los más altos jerarcas de la dictadura en la comisión de crímenes de lesa humanidad, y denunciada en la Corte Penal Internacional por los mismos motivos, la usurpación comunista no está dispuesta a hacer concesiones democráticas que finalmente terminen desplazándola del poder.

Convencido de esa realidad el Consejo Superior de la Democracia Cristiana alerta sobre posibles iniciativas destinadas a montar una vez más el escenario de falsos diálogos condenados al fracaso que servirían nuevamente a la permanencia del régimen.

Este llamado de alerta adquiere mayor pertinencia cuando partidos de la oposición anuncian “la reconfiguración de la alianza unitaria”, destinada a lograr la realización de elecciones libres, y la utilización de “todas las acciones, presiones e incentivos nacionales e internacionales para atender la emergencia humanitaria”.

De nuestra parte hacemos votos por ese objetivo unitario que incluya a los sectores sociales en la lucha contra el régimen, que logre convocar una solidaridad internacional más comprometida de la Unión Europea, de América Latina y de Estados Unidos. Y porque más allá de declaraciones formales, esos gobiernos actúen firmemente doblegando las pretensiones continuistas de la dictadura y configurando una alianza internacional por la libertad de Venezuela.

 

 

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