COVID or not COVID
«To be, or not to be: that is the question: (Ser o no ser, esa es la interrogante)” es la primera frase del monólogo de Hamlet, soliloquio escrito alrededor de 1600, un chorrerón de años hace, una de las obras más famosas de William Shakespeare. La frase es usada como síntesis de los procesos mentales de indecisión y duda, es una de las citas más famosas de la literatura universal y la más conocida de esta obra en particular. Con esta sola frase, el escritor inicia un debate sobre cómo se debe afrontar la vida y el destino, apartando la tentación de las salidas fáciles y aceptando la realidad tal y como es.
Me pareció divertido utilizar la duda expresada por el príncipe de Dinamarca y utilizarla como retruécano para las incógnitas actuales, locales y globales, espirituales y materiales, la incertidumbre afecta todos los campos.
Aquí en Venezuela la oposición se debate entre votar o no votar en las elecciones parlamentarias y él gobierno psuveco en trucar o no trucar los resultados.
La población, cada vez mas empobrecida, aún duda si el encierro por el COVID 19 sea una estrategia del ejecutivo para mantener silentes las molestias por la escasez de combustible, los precios de los alimentos y medicinas, los cortes eléctricos por la caída de la generación, la falta de agua, la lentitud del internet, el deterioro de los servicios de telefonía, la defectuosa distribución del gas doméstico (que los tiene preparando su alimentos a leña) y tantas otras carencias que afectan la muy defectuosa calidad de vida de los más necesitados y los no tan necesitados.
Los dirigentes del gobierno (civiles y militares) dudan de si el socialismo sea la vía correcta para enfrentar los retos del país y comienzan a aceptar medidas de economía liberal (ultra liberal en ocasiones) y ya comienzan a levantar prohibiciones de financiamiento, cambio de moneda, liberación de importaciones, eliminación de aranceles, suspensión temporal de pago de tributos y otras medidas que han de implantar en un futuro cercano para liberar la economía de frenos que la hacían muy ineficiente desde hace mucho tiempo antes de la justificación de las fallas productivas que ahora se achacan al criminal bloqueo imperialista, todo sea por seguir pegados al apamate y su sombra.
Las indecisiones y confusiones tampoco escasean en las filas del sector productivo, al que vemos perdiendo algunas de sus reticencias con los factores chavistas y ya podemos ver tímidas alianzas entre los viejos amos del valle y la emergente neo burguesía bolivariana mesma.
La situación global tampoco es ajena a la actitud dubitativa, los esfuerzos por hallar una vacuna contra el COVID 19 (o contra la contracción del sistema económico globalizado para algunos y su extinción para otros), se encuentra ante un disparadero ético, entre comercializar antídotos con escasa prueba médica, con los que habría riesgo de ineficiencia o efectos colaterales, o esperar por agotar en tiempos más breves los protocolos de investigación y pruebas universalmente aceptados.
En ese mismo campo de combate a la pandemia, existe la contradicción de preferir las vacunas que puedan estar listas atendiendo más a las simpatías por el país que las produzca que a la eficacia que se pueda obtener por su uso. Hay quienes prefieren, como Maduro, escoger las vacunas chinas, rusas o cubanas por tener mayor afinidad política con estos países que por los resultados que las vacunas puedan producir.
Igualmente hay angustia al momento en que los productores de las vacunas aún no saben cómo podrán envasar y comercializar los miles de millones de dosis que sean necesarias para el tratamiento de todas las personas que deben ser inmunizadas. No existe certeza de cuál es el numero ideal de dosis par cada empaque ni hay seguridad de que la existencia y posibilidad de empaque sean suficientes para satisfacer la demanda. Y, peor aún, no saben o no quieren saber, a quienes se aplicarán las primeras dosis como sectores de prioridad.
Europa y USA han dejado en manos de India y China los procesos de manufactura farmacéutica y la elaboración de las fórmulas médicas, eso crea nuevas desconfianzas occidentales hacia sus socios maquiladores, y no les quedará más remedio que seguir confiando en ellos o llevarse la producción a sus territorios o buscarse nuevos socios en otros lares.
Por lo pronto las dudas se apoderan de las dirigencias bajo la forma del estado profundo, la conspiración global, la amenaza militar y la conspiración ateo masónica.
Los bloques en litigio Europa-USA vs China-Rusia y sus aliados y satélites, disfrutan de guerras de medios electrónicos que aquí en Venezuela pareciéramos no percibir, todos los actores políticos parecieran actuar con una prudencia basada en lo políticamente correcto y unas apariencias que nos condenan a vivir en un limbo político y a esperar una insurrección popular que sustituiría la estrategia de esperar a los buques de la armada americana. Todos los agentes politicos son como demasiados previsivos, prudentes, correctos, no están seguros de triunfar. Esperan que un milagro les saque a Maduro y les deje la cama lista, olvidando que hay un país para reconstruir y reformular.
Solo me queda escuchar a Hamlet decir: «Esta previsión nos hace a todos cobardes, así la natural tintura del valor se debilita con los barnices pálidos de la prudencia, las empresas de mayor importancia por esta sola consideración mudan camino, no se ejecutan y se reducen a designios vanos».