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Crece la desconfianza de los cubanos ante las vacunas nacionales

Un médico de Cienfuegos pide más transparencia para convencer a la población

«Tienen como loca a la presidenta del CDR de mi cuadra porque ha ido muy poca gente a vacunarse y anda buscando a todos en el barrio para que vayan a ponerse la vacuna», cuenta a 14ymedio un residente de Centro Habana que no piensa inmunizarse con ningún candidato vacunal cubano hasta que no estén certificados internacionalmente. «Cuando salía para el trabajo me abordó para saber si había ido y le tuve que explicar que esto no es una vacuna sino un candidato vacunal».

El caso de este joven habanero no es excepcional. La incertidumbre reina entre los cubanos por la falta de transparencia de las autoridades, que aún no cuentan con un ente independiente que evalúe los resultados de sus ensayos.

Lejos de tranquilizar, el anuncio este lunes de que Abdala, fármaco desarrollado por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba (CIGB), alcanza una efectividad del 92%, apenas unos días después de que las autoridades informaran del 62% de eficacia de Soberana 02, del Instituto Finlay de Vacunación (IFV), ha generado nuevas dudas.

«A mí esto me huele a una operación estratégica promocional de la vacuna para que la gente vaya a vacunarse»

«Yo no sé, yo no me la trago. ¿Sabe por qué? Porque los vacunatorios están vacíos», insiste el habanero. «Y a mí esto me huele a una operación estratégica promocional de la vacuna para que la gente vaya a vacunarse». Ahora, opina, «con los datos de contagios que no paran de subir, creo que están preparando a la gente antes de anunciar que la vacunación será obligatoria».

Pero las dudas públicas más llamativas provienen de los profesionales de la salud dentro de la Isla. Uno de ellos es el doctor Renato Sánchez, de Cienfuegos, quien, aunque confía en la vacunación y anima a vacunarse con Soberana 02 o Abdala, ha dejado en sus redes críticas severas a la falta de transparencia de los ensayos, que aún no ofrecen datos precisos.

Junto a sus explicaciones científicas, publicadas en Facebook, plantea un sinfín de preguntas aún sin respuesta.

En sus mensajes analiza los candidatos vacunales Soberana 02 y Abdala, precisando que para compararlas tendrían que haberse probado en las mismas condiciones, incluidos los territorios y el plazo temporal.

Según sus argumentaciones, la candidata mejor estudiada es Soberana 02, ya que, además de los ensayos de Cuba, se ha llevado a Irán, un país con mayor incidencia que permite comprobar mejor los efectos.

El médico no entiende, en este sentido, que no se esté probando este candidato en menores teniendo en cuenta este dato, ya que permitiría apostar por un producto u otro

Sánchez explica el funcionamiento de ambos productos, los dos basados en la utilización de la subunidad proteica RBD, que el virus utiliza para unirse al cuerpo. Se trata de un tipo de mecanismo más económico y con poco riesgo en lo científico (al contrario que las basadas en ARN mensajero, como Pfizer o Moderna, más innovadoras), ya que se utiliza en muchas enfermedades, como el tétanos. Precisamente por esto esto, tranquiliza el doctor, ve seguras las pruebas en menores de Soberana 02, porque usan la misma base que otras vacunas infantiles.

Abdala inserta la misma información pero en una levadura, de manera semejante a las vacunas de la hepatitis, también usadas en niños. El médico no entiende, en este sentido, que no se esté probando este candidato en menores teniendo en cuenta este dato, ya que permitiría apostar por un producto u otro.

Sánchez se pregunta cómo es posible que haya hasta 30 puntos porcentuales de diferencia en la efectividad de ambas y, aunque no tiene la respuesta, analiza la información conocida, no sin avanzar que hay una franca competencia entre las dos instituciones científicas por la misma meta, una situación a su juicio, sin precedentes. «Quien crea que es emulación socialista y que no hay egos crecidos y egos heridos no ha estado jamás dentro de una institución científica», asegura.

Sánchez considera que las candidatas cubanas han hecho una fase 3 breve sobre una población con incidencia baja. Para comparar, escoge Pfizer, la revolucionaria vacuna de ARN que, si bien estaba ensayando un nuevo método, estuvo desde mayo a diciembre recogiendo datos de la última fase antes de presentarlos a la OMS para uso de emergencia.

Para no hacer comparaciones tan dispares, el doctor vuelve a la Isla y se fija en Soberana 02, cuyo estudio en fase 3 empezó en marzo y acaba de publicar sus resultados. Frente a esto, Abdala comenzó en mayo y los ha tenido días después de inocular a 44.010 voluntarios (casi 4.000 más que Soberana) y con una dosis más.

Los plazos son muy breves, aunque el problema es más bien con cuántos casos de covid se ha hecho el estudio, porque sin ese dato clave es imposible hacerse a la idea de lo que pasará en una población mayor

Los plazos son muy breves, aunque el problema es más bien con cuántos casos de covid se ha hecho el estudio, porque sin ese dato clave es imposible hacerse a la idea de lo que pasará en una población mayor. Aunque Santiago de Cuba, donde se ha ensayado con Abdala, sí ha tenido incidencias significativas de covid, no ocurre lo mismo en las tres provincias restantes, Holguín, Santiago de Cuba y Las Tunas.

Sánchez especula con que podría producirse un efecto similar al de Sputnik V, que reportó unos resultados de efectividad superior al 90% y, al llegar a una población masiva (se está viendo en Argentina) el seguimiento rebaja la cifra a números que más bien rondarán el 60%. Donde sí funciona muy bien la vacuna rusa, matiza, es en la efectividad para evitar contagios, algo que aún está por demostrarse con Abdala.

También se fija el doctor, al comparar las candidatas nacionales, en la respuesta a las cepas. Se deberá publicar cuáles eran las variantes que circulaban por las zonas en ese periodo y cuáles afectaron a los voluntarios para poder valorar su efectividad, además de conocer si eso explica la diferencia de eficacia entre Abdala y Soberana.

«¿Qué va a hacer el país ahora?», se pregunta. Según Sánchez hay que dilucidar, despejando las dudas subyacentes, cuál es más efectiva para concentrar en ella los esfuerzos. Con una efectividad del 92% basta con vacunar al 68% para tener inmunidad colectiva, mientras que con una que tenga el 62% será preciso inocular al 90% de la población. Por tanto es clave analizar la información y apostar por una, parando, incluso, la producción de la menos eficacia probada.

«Eso no se puede hacer: en un estudio doble ciego, sabes qué se le puso a cada quien cuando tengas los casos esperados de covid»

En el apartado de cuestiones que más dudas le generan, Sánchez considera un gran error inocular al grupo que recibió placebo antes de tener los resultados. «Eso sin contar que los investigadores, dos días después de vacunar, ya sabían quién tenía placebo. Eso no se puede hacer: en un estudio doble ciego, sabes qué se le puso a cada quien cuando tengas los casos esperados de covid-19», lamenta.

También alerta sobre la cantidad de contagios que siguen produciéndose en Holguín, Santiago de Cuba y Las Tunas, donde aumentan pese a tener Abdala (y frente al descenso en La Habana, que con muchos vacunados con Soberana está bajando su incidencia desde hace un mes). Aunque las vacunas, se sabe, están centradas en evitar formas graves de la enfermedad y no evitan contagiarse con el virus, hay una correspondencia aún por determinar que indica que a menor virulencia del virus, menor posibilidad de infectar a otros, por lo que debería haber más correspondencia con una bajada de datos en las provincias en que se está aplicando la candidata, a priori, más efectiva. Y no al revés.

«Les debo cálculos serios para saber si depende de las medidas, la disciplina o la efectividad de las vacunas», añade, y es contundente en su advertencia: «¡Ojo, no queremos otro PPG!», refiriéndose al fiasco del llamado «viagra cubano».

El pasado 16 de junio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una actualización del listado de las vacunas contra el covid-19 aprobadas para uso de emergencia, en la que se refleja el estado en que se encuentra cada una. Las cinco vacunas cubanas están incluidas en el proceso, aunque apenas han iniciado el trámite.

En el primer paso, EOI (expression of interest), se refleja que la OMS está «en espera de información sobre estrategia y plazos para su presentación». El organismo regulador de fármacos en Cuba, el Cecmed, tampoco ha aprobado aún su uso de emergencia.

 

 

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