¿Cuánto ha robado a los cubanos el castrismo?
'El castrismo es el recordista mundial en el robo de salarios, con la explotación de decenas de miles de médicos y otros profesionales cubanos enviados a más de 50 países'.

Corriendo ya el año 67 de la «revolución cubana» hay todavía facetas suyas que pese a ser las peores en la historia del comunismo son poco conocidas.
Estamos hablando del régimen totalitario más corrupto, el que más ha robado, malversado, destruido, malgastado, y el único «proxeneta financiero» que ha habido entre los 35 países en los que se impuso el totalitarismo comunista en el siglo XX.
Se ha insistido poco en que irónicamente el modelo social diseñado por Karl Marx y lanzado al éter en 1848 con la consigna «¡Proletarios del mundo, uníos!» es el más sofisticado sistema antiobrero que se ha conocido en los tiempos modernos.
Tampoco el mundo parece estar consciente de que si bien el marxismo como estrategia violenta «revolucionaria» para tomar el poder murió, y su cadáver yace sepultado en las murallas del Kremlin, el afán comunista de instalarse en el poder sigue vivito y coleando
No se ha advertido que la izquierda radical mutó y ahora es seguidora del líder comunista italiano Antonio Gramsci (1891-1937), el más destacado teórico antioccidental del siglo XX para implantar el socialismo sin revolución ni violencia alguna, como la postulada por Marx en el Manifiesto comunista al proclamar que los comunistas solo pueden llegar al poder «derrocando por la violencia todo el orden social existente».
El régimen castrista hasta los años 80 acusó a Gramsci de antimarxista y revisionista, pero hoy es el principal abanderado del gramscismo en el continente americano. Y existe la Cátedra Gramsci en el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello (ICIC), algo impensable hace 35 años.
Volviendo a la máxima explotación obrera, de acuerdo con lo enunciado por Marx en El Capital,el Estado socialista no solo se apropia de la plusvalía (para Marx el valor que el trabajador crea en la jornada laboral que rebasa el valor de su propia fuerza de trabajo), sino también de una buena parte del «valor creado por el obrero para mantenerse a sí mismo», y que debiera recibir íntegramente en forma de salario.
Es decir, la «dictadura del proletariado» explota más que nadie al proletario. Con el agravante en el caso de Cuba de que los salarios son tan bajos que un trabajador necesita ocho salarios mínimos para pagar su canasta básica alimentaria, según estudios independientes. Encima, el sueldo promedio en 2024 se redujo en un 20% al caer de 6.189,50 a 4.956 pesos al aplicarle la tasa de inflación de 24,88% admitida por el Gobierno, y que seguramente fuer superior.
Del proxenetismo de Fidel Castro y su hermano Raúl vale decir que con esa práctica fue que la no sustentable economía castrista se mantuvo a flote hasta la desaparición de la Unión Soviética. En 31 años Moscú subsidió a Cuba con unos 120.000 millones de dólares, incluidos más de 45.000 millones de dólares en «ayuda militar» según Bernard Aronson, subsecretario de Estado de EEUU desde 1989 hasta 1993.
Al desaparecer la URSS el proxenetismo castrista se enfocó en la expoliación en el extranjero como esclavos modernos de miles de médicos y otros profesionales cubanos. Y también en la diáspora cubana, casi obligada a enviar divisas y paquetes a sus familiares en la Isla para que puedan alimentarse, vestirse, asearse y sobrevivir.
Con esa «trata de personas» y el chantaje a la emigración cubana el régimen ha logrado sobrevivir en los últimos 34 años. Y hablo de chantaje porque la dictadura en la práctica dice a los emigrados: «o envían dinero y paquetes a sus familiares, o pasarán hambre y no tendrán ni ropa que ponerse».
En 1958 Raúl Castro cobró «impuestos» por 2,1 millones de pesos
Del robo masivo e inédito al pueblo cubano algo poco divulgado es que, antes de llegar al poder, ya el castrismo extorsionaba y robaba. En 1958, Raúl Castro, jefe del Frente Oriental Frank País, cobró unos 2,1 millones de pesos (equivalentes a dólares) en «impuestos» que ilegalmente obligó a pagar a campesinos, empresarios y compañías estadounidenses radicadas en aquella zona de 12.000 kilómetros cuadrados, y 500.000 habitantes (municipios de Mayarí, Sagua de Tánamo, Baracoa, Guantánamo, Yateras, Alto Songo y San Luis).
Y Fidel, antes de quitarse la máscara de «no somos comunistas» y proclamar el carácter marxista-leninista de su dictadura, expropió viviendas, industrias, bancos, medios de comunicación y mansiones millonarias con todo adentro expropiadas a «burgueses» que fueron ocupadas a la fuerza por dirigentes fidelistas, familiares y amigotes. También intervino y estatizó manu militari millones de hectáreas de tierras expropiadas a sus legítimos dueños.
Igualmente, sin quitarse aún el disfraz populista socialdemócrata de «La Historia me absolverá», Castro I con sus «camisas azules» (milicias) en octubre de 1960 se apropió de toda la economía nacional y empezó a controlar incluso la vida privada de los cubanos con los CDR (típicamente hitlerianos), cuyas siglas debieran leerse: «Comités de Delatores Revolucionarios».
Con dinero soviético, Fidel Castro intervino en 22 países de tres continentes
Y llegamos a la vitrina principal de la propaganda global castrista, la gratuidad de servicios sociales vitales como salud pública yeducación, con la que Fidel Castro hizo creer al mundo que el modelo socialista «superior» era el único que posibilitaba aquellos y otros beneficios sociales.
¡Pamplinas! La improductiva economía socialista castrista era incapaz de sufragar aquellos gastos sociales, muy por encima de sus posibilidades. Eran los subsidios entre 2.000 y 4.000 millones de dólares anuales que obsequiaba la URSS los que financiaban la salud pública y la educación en Cuba. Falleció el soviético tío Volodia y se desinfló aquel globo publicitario.
Al contrario, Castro I con el dinero del Partido Comunista soviético lo que hizo fue robarlo en buena medida y en vez de invertirlo en el desarrollo económico del país y elevar el nivel de vida y garantizar así de forma autóctona los servicios sociales, lo utilizó en alimentar su megalomanía napoleónica. Intervino militar o políticamente en 22 países de América Latina, Medio Oriente y Africa Subsahariana, y se autoproclamó líder y profeta salvador del llamado Tercer Mundo.
Además, en rigor la gratuidad no existe, ni en el socialismo, ni en el capitalismo. Todo objeto o servicio en que interviene el trabajo humano tiene un costo y alguien tiene que pagarlo. En un país normal los servicios sociales los sufraga el Estado con los impuestos que pagan los ciudadanos. Pero en el socialismo, como vimos, los sufragan los propios trabajadores «emancipados».
En 26 años han robado 108.800 millones de dólares a los médicos
Por otra parte, el castrismo es el recordista mundial en el robo de salarios, con la explotación de decenas de miles de médicos y otros profesionales cubanos enviados a más de 50 países, a quienes les quita el 85% de sus salarios en divisas. Según el investigador guatemalteco Henry Morales, funcionario de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), entre 1999 y 2014 los «servicios profesionales médicos y técnicos» del régimen cubano en el extranjero ascendieron a 71.500 millones de dólares.
Y en los diez años posteriores se estima que fueron 57.000 millones. O sea, en los 26 años transcurridos desde 1999 la oligarquía dictatorial robó unos 108.800 millones de dólares a los profesionales allende los mares. No ha habido nada parecido en ninguna otra parte del mundo.
Veamos ahora la falacia de la educación «gratuita». El 44% de los gastos educacionales del régimen son sufragados con el salario de los trabajadores. Un informe de expertos en 2020 mostró que cada estudiante costó al Estado 4.740 pesos en el año, pero que casi la mitad de ese gasto fue sacado del sueldo de los trabajadores estatales.
El estudio reveló que cada estudiante en Cuba costó a su familia entre 1.200 y 1.400 pesos mensuales, más de la mitad de un salario mínimo. Encima, los padres tuvieron que pagar unos 250 pesos mensuales a los «repasadores» para que sus hijos de veras aprendieran algo.
En otro artículo echaremos un vistazo a lo que han malversado y malgastado los jerarcas principales de la tiranía castrista de dinero y recursos del Tesoro Público, y de activos del patrimonio nacional para su propio beneficio y de sus familias, así como el malgasto, despilfarro, disparates y canalladas que han atrasado al país y empobrecido a los cubanos como nunca antes en su historia.