Cuba: «Llevar un plato a la mesa es una cuestión heroica»
Organizaciones alertan sobre el agravamiento de la inseguridad alimentaria en la isla. Las remesas que envían familiares desde el exterior ayudan a enfrentar la crisis, pero son un recurso limitado.

La inflación y la escasez de alimentos están generando una situación crítica para la población, alertan organizaciones civiles que examinan los derechos sociales y la seguridad alimentaria en Cuba.
Los informes, en proceso de actualización, reflejan un progresivo agravamiento de las condiciones. Sergio Ángel, investigador de Food Monitor Program (FMP), organización dedicada al monitoreo y denuncia de la inseguridad alimentaria en Cuba, aclara que la última Encuesta de seguridad alimentaria 2024 recoge datos del año pasado.
«Muy seguramente, la situación en estos momentos es más grave”, dice a DW. Según el informe, los cubanos han comenzado a eliminar el desayuno, el almuerzo o la comida. Mientras un 29 por ciento se alimenta dos veces, un 4 por ciento lo hace una sola vez al día.
En tanto, de acuerdo con el VII estudio sobre el Estado de los Derechos Sociales en Cuba 2024, del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, «la situación es dramática: el 89 por ciento de las familias cubanas está en la extrema pobreza. Siete de cada diez cubanos no pueden hacer las tres comidas diarias por la escasez de alimentos o por sus altos precios. Solamente el 15 por ciento de los cubanos ha podido realizarlas sin interrupción”, dice a DW Yaxys Cires, director de estrategias de este organismo con sede en Madrid. Actualmente están procesando los datos de 2025.
Crisis dentro de la crisis
«Si bien en Cuba hay una crisis estructural, dentro de esta se han introducido otras nuevas crisis”, indica Ángel. Entre ellas, problemas de acceso a alimentos y agua, y cortes de energía, que también afectan la seguridad alimentaria desde el punto de vista de la conservación y los costos.
«Poder llevar un plato de comida a la mesa es una cuestión heroica”, declara Cires, quien apunta al sistema político y las prioridades del Gobierno. En su opinión, «altos funcionarios del poder se empeñan en negar la realidad de pobreza y hambruna”, al tiempo que privilegian la inversión en turismo: «En Cuba, con una ocupación hotelera que ronda el 25 por ciento en el primer trimestre de 2025, se han seguido construyendo hoteles de lujo, mientras los hospitales se caen a pedazos y las ollas siguen vacías”.
Por su parte, Ángel plantea que «los costos de los alimentos se ven afectados por una galopante inflación, agravada por un proceso de dolarización, en un contexto en el cual la mayoría de los cubanos recibe sus ingresos en moneda nacional. Cada vez es más común encontrar tiendas en divisas, las llamadas mipymes”. A esto se suma, agrega, el «progresivo desmonte de subsidios. La libreta de abastecimiento ha disminuido en calidad y en cantidad de productos”.
Los representantes de ambas organizaciones señalan como uno de los responsables de la situación al Grupo de Administración Empresarial (GAESA). Estiman que este conglomerado de los militares, que controla los principales negocios y la entrada de divisas, concentraría un patrimonio millonario, en lugar de invertir en las necesidades de la población.
Modificación de la dieta ante las carencias
«El 80 por ciento de los alimentos que se consumen en Cuba son importados y esto ha encarecido la canasta, recortando el consumo”, dice Ángel y apunta a un recorte de la inversión estatal y desincentivo de la producción agropecuaria.
Según el investigador, los alimentos más escasos son aceite, café, huevo, carne de vacuno, leche, arroz, pan, queso, cerdo y pescado. El 89 por ciento de los encuestados por el FMP califica como incompleta o deficiente la variedad que se encuentra en los establecimientos del estado y el 75 por ciento considera regular y pésima la calidad de los productos de la libreta.
Otro impacto es que, «producto del no acceso a determinados alimentos, el 72 por ciento tuvo que modificar su dieta, y en una provincia llegó al 99 por ciento”, alerta Ángel. La inseguridad alimentaria no se da en forma pareja dentro de la isla. Algunas regiones se ven más afectadas que otras.
Lo que cuesta comer
La situación demográfica también es determinante. «La población cubana decrece y es la más envejecida de América Latina y el Caribe. Una de cada cuatro personas es mayor de 60 años y hay pocas personas en edad productiva”, observa Ángel.
«Estamos ante una pobreza generalizada. Sin embargo, en base a nuestros estudios y a las denuncias que recibimos diariamente, son los adultos mayores los que peor la están pasando, en especial los mayores de 70 años”, asegura Cires. En ese grupo, sostiene, «el 94 por ciento vive en la pobreza extrema y el 80 por ciento dejó de desayunar, comer o almorzar, es decir, una situación todavía más grave que la media general”.
Ángel sostiene que «en Cuba para acceder a la canasta básica se necesitan diez salarios mínimos. La pregunta sobre cómo hacen los ciudadanos para llegar a fin de mes es cada vez más pertinente. Cada vez es más costoso todo, se restringen más las opciones y hay menos esperanzas de cambio”. Según un reciente monitoreo del FMP sobre de la canasta básica, el cubano «sobrevive con una dieta altamente repetitiva, escasa en fibra, pobre en micronutrientes y dependiente de alimentos ultraprocesados”, lo que implicaría riesgos para la salud.
En medio de crisis prolongadas, «la vida del cubano transcurre resistiendo y resolviendo, es decir, tratando de conseguir algo, no siempre de manera legal”, subraya Cires. Asimismo, señala «que los estándares de vida se van rebajando: lo que hoy un cubano considera alimentarse está muy por debajo de lo que es una alimentación adecuada en cualquier país de la región”.
Ante el anuncio de aumento de la pensión mínima en septiembre, a 3056 pesos cubanos (6,8 euros), el representante del Observatorio Cubano de Derechos Humanos es crítico: «Para que tengamos idea del drama, incluso teniendo en cuenta ese aumento, una docena de huevos está costando 2460 pesos cubanos, es decir, casi el 80 por ciento de esa pensión”.
El limitado aporte de las remesas
«Los ingresos de una familia se destinan casi exclusivamente a comida”, afirma Ángel. Cada uno busca captar una entrada adicional desde sus posibilidades. Las remesas que mandan familiares son de ayuda para algunos hogares, pero son esporádicas y las medidas introducidas por la administración de Donald Trump en Estados Unidos hacen más difícil su llegada. De acuerdo con el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, la recepción de remesas continúa disminuyendo y alcanzaba en 2024 al 24 por ciento de la población.
Aparte del envío a través de agencias, se usan los correos humanos. Las remesas consisten «principalmente en dinero, paquetes de alimentos y recargas telefónicas desde el exterior”, explica Cires. Con las divisas se puede adquirir productos en las mipymes o en el mercado negro. También se usa la modalidad de compra desde el exterior en mercados online. Con todo, la gran mayoría de los consultados, el 91,86 por ciento, continúa utilizando pesos cubanos para comprar sus alimentos.
Pie de foto El Food Monitor Program y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, alertan sobre la crítica situación de inseguridad alimentaria en la isla. Los cubanos han comenzado a eliminar el desayuno, el almuerzo o la comida. Mientras un 29 por ciento se alimenta dos veces, un 4 por ciento lo hace una sola vez al día, según el FMP.