Cuba y los resultados electorales en Venezuela
Como la mayoría de los reporteros que estaban siguiendo las elecciones parlamentarias celebradas este domingo en Venezuela, los periodistas de Granma, el diario oficial del Partido comunista cubano, estuvieron despiertos hasta después de la medianoche, cuando se conoció finalmente la victoria de la oposición sobre el chavismo. Sin embargo, a diferencia de sus colegas en el extranjero, los periodistas cubanos no pudieron informar los resultados de las elecciones hasta el día siguiente. Al parecer, el gobierno de Raúl Castro estaba todavía buscando cómo presentar la derrota.
Más allá de poner en una situación absurda a los reporteros de ese periódico, la demora en la publicación de los resultados carecía de sentido. Muchos cubanos estuvieron siguiendo las elecciones por la cadena Telesur, informó via teléfonica el opositor cubano Antonio Rodiles.
“La población en general lo ha tomado con alguna sorpresa porque todo el tiempo la propaganda está diciendo que el chavismo va muy bien. Las personas han visto los resultados por TeleSUR, así que es algo curioso que hayan podido ver este proceso y empezar ahora preguntarse qué es lo que está pasando”, dijo Rodiles, uno de los coordinadores del Foro por los Derechos y las Libertades en la isla.
En su portada del lunes, Granma publicó el mensaje de apoyo que le enviara Castro a Maduro (“Estaremos siempre junto a ustedes”) y un artículo en el que prometía vagamente que “la victoria en el futuro volverá por los caminos de la Revolución Bolivariana”, una cita del propio Maduro explicando su derrota ante las cámaras televisivas. Finalmente, el texto incluyó los resultados (con números) de la votación del domingo, los que podrían no haber tomado por sorpresa al gobierno cubano, después de todo.
“Mucho antes de lo que sucedió ayer, los cubanos sabían que debían diversificar su economía y [desvincularla] de Venezuela. Más allá de los resultados de las votaciones, la economía venezolana está acercándose a una inflación del 200% y la mayor contracción del PIB a nivel mundial”, comentó Jason Marczak, subdirector del Centro Latinoamericano Adrienne Arsht del Atlantic Council.
“Les queda claro que no pueden hacer todas sus apuestas por Venezuela”, agregó.
Del mismo, modo, Ric Herrero, director de Cuba Now, una organización que aboga por la eliminación del embargo opinó que el gobierno cubano “lo vio venir y se ha preparado en consecuencia”.
“La dinámica actual de América Latina debe ser una llamada de atención a los líderes cubanos de que el momento de tomar medidas audaces hacia la apertura y el crecimiento es ahora”, agregó.
Un estímulo al acercamiento a EEUU
La derrota del chavismo podría servir de incentivo para que Cuba de pasos más concretos en la relación bilateral con Estados Unidos.
“Combinada con la victoria de Macri en la Argentina y la preocupación sobre la crisis interna en Brasil, pone presión a la Habana para seguir adelante con su estrategia de reforma económica. Esto significa mantener y ampliar su relación con Washington”, comentó Ted Piccone, investigador principal de Brookings Institution.
Según Rodiles, al nuevo escenario político en el continente, se suma la situación dentro de Cuba, la que calificó de “muy precaria” por lo que también cree que el gobierno se sentirá presionado para “avanzar en la agenda con los EEUU. Ahora mismo se va a cumplir un año del anuncio del restablecimiento de relaciones y no ha pasado nada todavía”, subrayó.
Por su parte, Herrero dijo que, en este nuevo contexto, solo podría esperarse que “los funcionarios cubanos aprovechen la oportunidad para mejorar las perspectivas de futuro de sus ciudadanos, entre ellos, de los miles de jóvenes cubanos que abandonan la isla en busca de oportunidades y protecciones que no pueden encontrar en casa”, en referencia a un éxodo que no parece detenerse.
A corto plazo, las consecuencias en el orden económico y político para Cuba dependerán del afianzamiento de la victoria de la oposición venezolana.
Si la oposición gana una super mayoría calificada, con más de 111 diputados en el parlamento, sería capaz de “escudriñar los generosos subsidios de ayuda exterior de los gobiernos chavistas a aliados como Cuba. Esto podría provocar un debate renovado sobre la generosidad de Caracas hacia La Habana, pero la relación es una calle de doble vía y la oposición pudiera ser cautelosa acerca de tirar del enchufe y eliminar la asistencia de Cuba a sectores en declive en Venezuela como la salud y la educación”, opinó Piccone.
El analista cree que debido a los amplios poderes presidenciales que ostenta Maduro es poco probable que ocurra un cambio brusco “en los generosos subsidios petroleros de Venezuela a Cuba. La ansiedad puede crecer en el corto plazo, pero los impactos directos sobre Cuba serán limitados”, auguró.
Si Venezuela decide, ¿Cuba decide?
La victoria de la oposición venezolana en las elecciones parlamentarias ha suscitado el optimismo entre quienes creen en la posibilidad de un cambio similar en la isla.
Marczak no está convencido de este argumento.
“Son básicamente dos sistemas de gobierno. En Venezuela, pese al modo en que se maneja el sistema, Chávez y Maduro han querido dar la imagen de que existe una democracia. En Cuba no hay imagen de democracia. La cercanía entre ambos países no se basa en sus sistemas de gobierno sino en ideologías compartidas”, opinó.
A Venezuela viajó la activista cubana Rosa María Payá, en una misión de acompañamiento, pero también para aprender de este tipo de proceso eleccionario, comentó al Nuevo Herald. “Los problemas que tenemos son regionales y las soluciones tienen que serlo”, dijo la recién electa presidenta de la Red de Jóvenes Latinoamericanos por la Democracia.
La activista impulsa la realización de un plebiscito sobre el futuro político de la isla a través de la plataforma Cubadecide. La hija del fallecido opositor Oswaldo Payá está convencida de que “si el pueblo cubano pudiera elegir, elegiría la libertad”.
“Ningún actor político o civil tiene derecho a decidir por todo el pueblo cubano, cualquier solución tiene que pasar por la participación. Por eso es que estamos planteando la realización de un plebiscito”, explicó. “Sabemos que estamos sometidos a un totalitarismo pero la idea de que el ‘gobierno no lo va a hacer’ no puede ser una razón para paralizar una propuesta”, añadió.
Sin embargo, Rodiles advirtió que “los escenarios son muy distintos y para que haya cualquier tipo de consulta electoral en Cuba, primero tienen que cambiar muchas cosas. Sería muy peligroso plantear un proceso de consulta en este contexto porque eso podía legitimar a la dictadura”.
Payá dijo que las elecciones actuales en Cuba “son fradulentas, no por el proceso mismo sino porque la ley es fradulenta”, por lo que la realización de un plebiscito como el que promueve requeriría de unas condiciones que garantizaran su transparencia o al menos garanticen la fiscalización del proceso. En ese sentido, concide con Rodiles en señalar el reconocimiento de la oposición así como el acceso a los medios de comunicación. También menciona el “acompañamiento internacional” mientras Rodiles añade la posibilidad de realizar actos públicos como las multitudinarias manifestaciones organizadas por la oposición venezolana.
Nora Gámez Torres: @ngameztorres