Cuba: Sin esperar
Esperar el gobierno de Cuba por acciones del congreso de Estados Unidos para evolucionar al país, no es soberanía, es dependencia. A eso le decían plattismo los patriotas cubanos en tiempos pasados.
Independencia y soberanía nacional pura es no frenar, dilatar y esperar por leyes y determinaciones extranjeras para continuar dando más pasos nacionales.
Formo parte de los adversarios y activistas que no viven negando hasta el aire natural que se respira en Cuba, o andando con una lupa en la mano buscando donde descalificar todo lo que hace el contrario. La patria es algo más serio.
Como cubano me ha agradado mucho el levantamiento de diferentes históricas prohibiciones cubanas que ha venido ejecutando el sucesor y que hemos venido demandando por muchos años. Negar hechos y no dar crédito, es restárselo a la credibilidad y autenticidad del que escribe. Cuba no es la misma después de Raúl Castro. Él ha estado abriendo ventanas (no puertas) y dejando entrar oxígeno económico y social a la ciudadanía.
Sin embargo, las últimas declaraciones del gobernante cubano en Naciones Unidas desconciertan. No se tiene que esperar por cambios de la política norteamericana para ir buscando normalizaciones dentro del país. La buena voluntad nacional se demuestra entre cubanos, independientemente del comportamiento foráneo.
Y no se trata de que Raúl Castro haga cambios bruscos, ni renuncie al socialismo, o a su cargo. Un sistema muy cerrado como el cubano por tantos años no es práctico, útil, ni saludable volver a copiar otros sistemas, ni sus adversarios plantarse a reclamar partidos y elecciones libres al amanecer, sino ir haciendo un proyecto cubano que preserve lo positivo y vaya erradicando lo negativo.
El gobierno cubano está en la obligación de buscar vías de convivencia nacional, y para ello su rector el señor Raúl Castro –sin detenerse a esperar por el levantamiento del embargo– puede dar hoy mismo cuatro pasos que vayan haciendo sentir a todos los cubanos responsables y partes del país.
Los 4 pasos:
▪ Lo primordial que necesita Cuba es un acelerado desarrollo económico mixto. Debiera nombrar ministro de inversiones al exiliado Carlos Saladrigas. Aparte de ser un hombre de mucha experiencia, sensatez e inteligencia en ese campo, se estaría iniciando con esta designación y los otros puntos, una necesaria filosofía de concordia nacional.
▪ Invitar a los disidentes y exiliados a que presenten sus inquietudes y denuncias a la Asamblea Nacional.
▪ Nombrar a un periodista independiente como Iván García Quintero o Miriam Celaya al frente del periódico Juventud Rebelde (para no incurrir en gastos creando otro) donde los reporteros independientes canalicen nacionalmente sus opiniones sin tener que verse obligados a buscar tribunas en el extranjero.
▪ Y dar una muy apreciable acción humanitaria dando una amnistía general a las más de 50 personas que están presas por delitos contra la seguridad del estado, aun reconociendo que no todos los casos califican técnicamente de conciencia política. Y revisar y cambiar las partes despiadadas del código penal cubano.