Daniel Innerarity: “Se acabó el mundo de las certezas”
El filósofo bilbaíno publica esta semana ‘Pandemocracia’, donde aborda los errores cognitivos cometidos en esta crisis de la Covid
El filósofo bilbaíno Daniel Innerarity (Bilbao, 1959) publica esta semana Pandemocracia (Galaxia Gutenberg), un libro en el que aborda los errores cognitivos cometidos en esta crisis vírica: no es una guerra ni una cuestión de comportamiento personal, sino que pone al descubierto las deficiencias estructurales del sistema. Una crisis que no es el fin del mundo pero sí de un mundo con certezas en el que nos sentíamos invulnerables y autosuficientes.
El mundo de hoy, remarca, es muy complejo por las crecientes interacciones de todo tipo. Un mundo común y frágil donde debemos aceptar nuestra ignorancia y en el que esta crisis ha mostrado que la globalización no tenía instrumentos de protección acordes a las amenazas a que nos expone. El camino para prosperar pasa por avanzar, dice, en la gobernanza global. Las medidas de cierre son inútiles en un mundo de destinos compartidos.
EL AGRIO TABLERO POLÍTICO
“La derecha española cree hoy que la libertad es sustraerse de lo común; es perverso”
¿Cómo ha vivido estos meses de confinamiento?
Me cayó toda la agenda, pero en seguida tuve mucho más volumen de trabajo: la gente me preguntaba sobre el tema. Cuando nos consultan a los filósofos por un asunto grave es señal de que han fallado ya todas las personas competentes, y no me puse contento. Personalmente, la situación ha tenido elementos gratificantes, estar más horas con la familia, pero para la mayoría ha supuesto un grave quebranto y verdaderos dramas. Desde violencia conyugal hasta que la escuela es un factor de igualación y en cambio las familias somos muy desiguales. El tiempo que nuestros hijos dejen de pasar en los espacios con sus semejantes es un tiempo en que la batalla por la igualdad que tiene que dar la educación sufrirá un retroceso. Saldremos más desiguales, veremos cómo lo recuperamos.
Afirma que hemos repetido los errores del 2008 al interpretar esta crisis. ¿Por qué?
El ser humano coge del repertorio conceptual lo primero disponible, pero vivimos en sociedades donde hay más disrupción que cambio y muchas situaciones inéditas donde la experiencia pasada no vale. Se explicó la crisis del 2008 a partir de comportamientos individuales, gente que vivía por encima de sus posibilidades o banqueros estafadores, y no de fallos sistémicos. Y en la actual pandemia el abordaje a nivel europeo fue al inicio muy claro: el esquema explicatorio de irresponsabilidad financiera de ciertos países, como si que el coronavirus haya tenido especial incidencia en los países del sur tuviera que ver con algún problema moral de mal comportamiento. Luego está la aplicación de categorías bélicas para entender esta pandemia: no tenemos una narrativa adecuada. Y eso explica muchos fallos. Si se instala la lógica de la guerra, los que están en la oposición sospechan que los gobernantes quieren procurarse una ventaja electoral. Cuando lo que estamos es ante una excepcionalidad que requiere no tanto suspender el pluralismo político como suavizar el elemento competitivo de toda sociedad pluralista.
¿Eso es una enmienda a lo que ha hecho la oposición en España?
Partimos de que la confianza entre los actores políticos está bajo mínimos y en el subconsciente político del país se cree que los cambios de verdad se han dado siempre por una catástrofe bien aprovechada: los atentados de Atocha, la crisis económica. Y la aceleración del ritmo político hace que los líderes al mando perciban que sólo tienen un tiro disponible y genera un comportamiento ansioso. Luego, la derecha española ha tenido varios formatos, ha sido conservadora, tecnocrática, nacionalista, pero nunca había estado muy interesada en los derechos individuales. Ahora vive un desplazamiento muy curioso: ha adquirido los rasgos del libertarianismo estadounidense. Casado ha acusado a Sánchez de dictadura constitucional. La sospecha de que el confinamiento es una represión injustificada de la libertad como si no hubiera un riesgo fuertísimo fuera. La derecha en España tiende a pensar hoy que las libertades individuales sólo son reales cuando se sustraen de lo común y es una idea muy perversa. Libertad es que no haya dominio de unos sobre otros. Hoy salir a la calle sin protección adoptando conductas de riesgo es una forma brutal de ejercer dominación sobre los demás.
En Pandemocracia dice que se acaba un mundo. ¿Cuál?
No se acaba el mundo, pero sí un mundo de certezas, individuos autosuficientes, varones, por cierto, y de comportamientos estancos. Entramos en un espacio que da vértigo pero nos obliga a una evolución del pensamiento. Primero, a una revolución en los conceptos para comprender la sociedad, que aún son newtonianos. Y segundo, a cambios en nuestra manera de entender nuestras interacciones. Debemos pensarnos más como sujetos que se protegen colectivamente de riesgos muy diferentes a los de la sociedad industrial y que deben entrar en lógicas de poder más cooperativas y menos competitivas. En la sucesión de crisis que nos asaltan desde finales del siglo pasado, climática, ecológica, migratoria, financiera, europea y ahora sanitaria, hay un hilo común: entramos en horizontes de ignorancia insuprimible y debemos entendernos como sujetos cuya clave es organizar bien su interacción.
Quiere decir que las crisis se suceden porque hemos creado sociedades muy complejas.
Sí, todas esas crisis son el resultado de una complejidad sistémica que no terminamos de entender. Hay crisis climática porque la interacción de nuestros comportamientos en términos de consumo, movilidad, producción industrial, genera un resultado final catastrófico, no porque aisladamente nuestro comportamiento sea perverso, lo malo es la interacción. Hay crisis financiera porque hay debilidad sistémica de la gobernanza económica global y no se puede reconducir con comportamientos individuales de consumidores o banqueros. Por citar la famosa frase de “Es la política, estúpido”, o “Es la economía, estúpido”, hoy “Es la interacción, estúpido”.
La otra crisis de la que habla es la de la globalización. ¿Cómo va a cambiar?
Ha habido desequilibrios. Así, se ha globalizado mucho el mundo económico y muy poco el político. Ya nos podía haber China globalizado la información sobre el virus en su momento y no habernos regalado mascarillas a destiempo. Si hay globalización financiera tiene que haber mayor y mejor regulación política. Si hay globalización de la contaminación, también de los instrumentos para hacerle frente. Si hay globalización de las crisis sanitarias, tiene que haber instituciones a nivel mundial con recursos para enfrentarlas. Se producirán muchos debates sobre la escala de la globalización, qué ámbito de decisión es el más adecuado para gestionar qué tipo de riesgos. Y habrá fenómenos de retracción y también de más globalización.
¿Lo que denomina glocalización sostenible?
Es muy probable que hayamos descubierto con la pandemia que no era buena idea deslocalizar la producción de tantas cosas, algunas estratégicas en momentos de crisis. Al mismo tiempo, veremos que hay que hacer mayor transferencia de soberanía a planos internacionales o globales. Habrá debate sobre la OMS y, respecto a las vacunas, habrá que decidir cuáles son los bienes comunes de la humanidad que no pueden estar sometidos a la ley del mercado.
¿En esta crisis es el autoritarismo chino el ganador?
Los regímenes autoritarios se pueden permitir actuaciones brutales con mayor facilidad, como el confinamiento, pero carecen de un recurso de las sociedades democráticas: buena información. El sistema autoritario se priva del libre flujo de información y de la crítica. A corto plazo, ofrece ventaja competitiva. A largo, es una rémora. No conocemos los datos reales en China, pero no me extrañaría que esto haya producido un deterioro del régimen. Un sistema político que interpreta la discrepancia como ilegítima y mete en la cárcel al que da la alerta no está a salvo de cometer las mayores estupideces. La democracia es más inteligente.
¿Qué pasa con el populismo?
Es una situación muy ambivalente. Podemos salir en una dirección y en la opuesta. Hay gente que cree que hay que salir con un green new deal y otros se reconfortan por la efectividad del cierre de fronteras. La pandemia da un golpe duro al populismo por despreciar tres cuestiones que se revalorizan: el saber experto, la lógica institucional y la idea de comunidad global. Pero a la vez se produce un caldo de cultivo, una turbulencia, que pueden aprovechar.
En su libro, apuesta por una mayor gobernanza global.
Sería lógico frente a las amenazas globales, pero la historia humana no es la de la lógica, y no me creo eso de que las crisis son oportunidades, porque crisis de gran envergadura se llevaron imperios, instituciones y grupos sociales de los que no tenemos casi noticia. Aprendemos de las crisis, pero con lentitud y no con la profundidad que requeriría la situación.
La filosofía está reaccionando a esta situación a toda velocidad.
En mi caso, se trataba de ver si el marco desarrollado durante 20 años funcionaba en esta crisis. Aun así, soy muy crítico con algunos filósofos que han aplicado el viejo recetario sin ninguna reflexión original y han sustituido el análisis por la arenga. Giorgio Agamben diciendo que esta situación demuestra que estamos en un estado de excepción cuando hay un estado de alarma porque no vivimos en él. O el enésimo anuncio de Zizek de que es el final del capitalismo. Lo lleva diciendo mucho tiempo sin ningún argumento nuevo. Es parte de cierta payasada filosófica que los lectores no se merecen.
Pandemocracia no es el único libro que la Covid-19 va a llevar en los próximos días a las librerías. Las editoriales se han lanzado a abordar el coronavirus desde todos los puntos de vista: filosofía, ciencia, política, economía, los misterios del foco chino y las duras vivencias humanas de estos meses.
Pandemia (Anagrama)
El filósofo esloveno Slavoj Zizek asegura que no habrá ningún regreso a la normalidad, que esta crisis es un ensayo de la crisis mayor que tenemos encima, la ecológica, y que la salida no puede ser sino algún tipo de comunismo del desastre, de solidaridad y cooperación global. No lo ve tan difícil: las medidas de emergencia ya están lejos del capitalismo.
Ya es mañana (Debate, 18 de junio)
El politólogo Ivan Krastev analiza cómo la pandemia muestra el verdadero rostro de nuestra sociedad –en la globalización, la cooperación internacional, el autoritarismo, la cohesión social y el proyecto europeo– y cómo el coronavirus cambiará el mundo.
Diario de Wuhan (Seix Barral, 30 de junio)
La escritora Fang Fang comenzó un blog el 25 de enero documentando la vida en Wuhan en la cuarentena. Escribía sobre familiares y amigos y analizaba la evolución de la crisis y la respuesta del Gobierno. Un testimonio en vivo y en directo.
El jinete pálido (Crítica)
La periodista científica Laura Spinney recorre cómo la gripe española de 1918 –originada entre soldados estadounidenses que luchaban en Francia en la Gran Guerra– cambió la historia del mundo: cambió el curso de la guerra y ayudó a la Segunda, alumbró la sanidad universal, la afición por el aire puro y el deporte. La mayor epidemia –de 50 a 100 millones de muertos– desde la peste negra.
El mapa fantasma (Capitán Swing, 8 de junio)
Steven Johnson aborda la plaga de cólera en el Londres victoriano de 1854 y cómo transformó las ciudades y el mundo moderno. Los protagonistas, un anestesista y un reverendo, se ayudaron para derrotar a la epidemia de la elaboración de mapas y sacudieron los cimientos de la comunidad científica.
En primera línea (Península, 2 de junio)
Gabriel Heras, especialista en medicina intensiva, cuenta en primera persona el estallido de la epidemia y cómo vivió su hospital el pico más agudo en medio de la escasez de recursos y personal. Tensión y esperanza entre la imprevisión de los gestores de la crisis y la entrega de los profesionales sanitarios.
Coronavirus, ¿la última pandemia? (Oberón, 9 de julio)
Los investigadores Eduardo López-Collazo y José Alcamí recuerdan que en el siglo XXI llevamos tres epidemias por coronavirus aunque esta es la de mayor impacto. Explican por qué ahora, cómo se ha diseminado, cómo es el virus, cómo controlar la epidemia y qué impacto tendrá en la vida.
Coronavirus (Catarata, 1 de junio)
Dos médicos, Sonia de Miguel y Juan Carlos Ruiz de la Roja, recuerdan que la Covid-19 no es la pandemia más letal de la historia, aunque sí la peor que hemos vivido. Y señalan que los coronavirus ya hace años que protagonizan algunos brotes alarmantes. Por eso recorren esta realidad microscópica amenazante: cómo actúa y se propaga, las pruebas, las vacunas, alimentos que protegen o las pandemias del pasado.
Un día en la vida de un virus. Del ADN a la pandemia (Periférica)
Miguel Pita, doctor en Genética y Biología celular, explica qué es un virus y cómo algo que ni siquiera puede ser calificado de ser vivo convive con nuestra especia y es capaz de modificar el rumbo de la historia.
Las grandes epidemias modernas (Destino)
Salvador Macip, que pasó nueve años en el hospital Mount Sinai de Nueva York estudiando el sistema inmune, señala que todo indica que las pandemias se sucederán frecuentemente en los años venideros y debemos estar preparados. Explica cómo funciona una enfermedad infecciosa, qué significa compartir el planeta con estos enemigos invisibles y cómo hallar el punto medio entre alarma y prudencia.
Contagio (Debate, 28 de mayo)
David Quammen acompaña a científicos en la selva centroafricana, las cuevas de China meridional, las azoteas de Bangladesh y los laboratorios de seguridad que investigan virus letales siguiendo el rastro de las pandemias contemporáneas, del VIH al SARS o el Marburg.
La solución Nash (Paidós)
El economista Fernando Trías de Bes echa mano de dos figuras de su sector, John Maynard Keynes y John Nash, para proponer una salida a la actual crisis. Remarca que es un accidente pasajero y que si mantenemos artificialmente con vida las empresas y la confianza de todos los agentes económicos saldremos en breve. Eso sí, para hacerlo se necesita acuerdo y un buen chorro de dinero que sólo Europa puede proporcionar.Ya está en e-book, pero el libro aparece el 16 de junio.
Manual de prevención del coronavirus (Alienta)
Wang Zhou, director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Wuhan, ofrece 92 consejos para prevenir y combatir el coronavirus. Desde qué precauciones tener a qué mascarillas usar.