Decenas de miles de personas exigen la dimisión de Pedro Sánchez
Entidades cívicas recogen la indignación de parte de la sociedad por la «corrupción» del Gobierno
La España que madruga esta vez no lo ha hecho tanto y la concentración convocada por la Plataforma por la España Constitucional, prevista para las doce del mediodía en la madrileña plaza de Castilla, ha comenzado más de media hora después. Pero poco a poco, el gentío ha ido desbordando las inmediaciones del recinto hasta obligar a cortar la circulación de vehículos en los dos sentidos a esa altura del paseo de la Castellana. Pronto se ha despejado el fantasma de un posible pinchazo y la protesta, secundada por alrededor de un centenar de asociaciones cívicas, por el PP y por Vox, ha congregado a decenas de miles de gargantas que, al unísono, han pedido la dimisión del presidente del Gobierno.
Desde el cupo catalán hasta la posible cesión de la Seguridad Social al País Vasco, pasando por los ataques al Poder Judicial, la amnistía al ‘procés’, la colonización de instituciones, la equidistancia con la situación en Venezuela y la corrupción que cerca al PSOE, al Gobierno y al entorno familiar de Pedro Sánchez, los organizadores han ofrecido numerosos motivos para reclamar la convocatoria inmediata de elecciones generales. El socialista, como dejó claro el miércoles en la sesión de control, al afirmar que quedan «mil días» de legislatura, no piensa hacerlo.
La concentración, cuyo éxito es innegable, ha estado sin embargo muy lejos de las masivas manifestaciones contra la amnistía al ‘procés’. La mayoría de asistentes eran personas mayores, con banderas de España, sobre todo, pero también alguna de la Unión Europea y de Venezuela, que han acudido con ánimo pacífico y vocación de protesta. De nuevo, PP y Vox han secundado el acto, pero han acudido separados y evitando una fotografía que simbolice el más mínimo acercamiento entre ambos.
Primero ha llegado el presidente de Vox, Santiago Abascal, junto a una delegación de su partido con diputados como Ignacio Hoces y Manuel Mariscal, así como el senador Ángel Pelayo Gordillo, y después lo ha hecho la vicesecretaria de Organización Territorial del PP, Carmen Fúnez, junto a la diputada Noelia Núñez y los senadores Alicia García, portavoz de su grupo, y Alfonso Serrano. Los dos han ofrecido declaraciones en las inmediaciones de la Fundación Canal y han estado tan cerca al solicitar la dimisión de Sánchez como lejos al remarcar sus diferencias. Entre los asistentes estaban también la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre y la madre de Irene Villa –que perdió las piernas en un atentado de ETA–, María Jesús González.
Abascal se ha mostrado dispuesto, la vote quien la vote, a respaldar una moción de censura encabezada por Alberto Núñez Feijóo –Vox esta legislatura no puede presentarla porque tiene menos de cincuenta diputados–, siempre que su intención sea anticipar las elecciones y que no se conceda ningún privilegio al nacionalismo. «No sabemos si lo harán, están estirando mucho este debate», ha dicho el dirigente derechista, intentando trasladar presión a su aún socio en varios Gobiernos municipales.
Fúnez, preguntada por las críticas de Abascal a los acuerdos entre PP y PSOE a nivel nacional y europeo, se ha limitado a decir que los populares tienen responsabilidad de Estado –ha recordado que gobiernan en doce comunidades autónomas, Ceuta y Melilla– y ha centrado todos sus reproches en el Ejecutivo: «Nunca antes había sido imputada la mujer del presidente del Gobierno, el hermano de este y el fiscal general del Estado». Entre los políticos, este domingo meros espectadores, el rojo y el gualda se abrían paso un día después de que el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicase la ley que beneficiará a decenas de presos de ETA y varios después de la imputación del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. La de José Luis Ábalos, exministro y ex número tres del PSOE, está probablemente al caer.
Según la organización, han sido 400.000 las personas que han exigido a Sánchez su renuncia. Un número que rebaja significativamente la Delegación del Gobierno, que cifra en 25.000 los asistentes. «Sánchez, tú eres el bulo, el fango», rezaba un cartel. «Sánchez es el destructor de España», se leía en una pancarta. La mayoría eran mensajes similares dirigidos contra el presidente, aunque entre las primeras filas de la concentración se ha colado también alguno de tinte xenófobo, como un par que decían: «Más muros y menos moros».
En un gesto casi revolucionario, una mujer portaba una pancarta en la que se leía: «Gracias jueces, fiscales y periodistas por no someteros a Sánchez». Desde el escenario, periodistas como Albert Castillón, Carlos Cuesta y Luis del Pino acusaban a «la inmensa mayoría» de la prensa de haber «abdicado» de «su labor como cuarto poder». «¡Qué dice Televisión Española!, ¡míranos a la cara!, ¡qué dice Televisión Española!», le gritaba otra manifestante a una informadora.
Además, han intervenido el expresidente del PP catalán y cofundador de Vox, Alejo Vidal-Quadras, el opositor venezolano y editor de ‘El Nacional’, Miguel Otero –la idea era que hablase desde su país María Corina Machado, pero no ha podido por cuestiones de seguridad–, el exdiputado de Ciudadanos Marcos de Quinto, el empresario Ignacio Trillo y el exfiscal de la Audiencia Nacional Ignacio Gordillo.
Ha habido tres momentos especialmente emotivos, coronados con aplausos, cuando Vidal-Quadras ha agradecido el afecto, el calor y las oraciones de la gente tras el atentado que sufrió en noviembre del año pasado, cuando Gordillo ha recordado a las víctimas del terrorismo de ETA, con especial mención a Gregorio Ordóñez, y cuando se ha expresado la solidaridad de España con el sufrimiento del pueblo venezolano.
«Parte de la oposición vive obsesionada con lo que la izquierda piensa de ellos», ha dicho De Quinto, en un claro mensaje al PP. «Siento decepcionaros, progresistas, España volverá a su ser y saldrá de esta etapa sombría que es el sanchismo», ha clamado Vidal-Quadras. Sus palabras eran coreadas con gritos de «Sánchez, traidor», «Sánchez, a prisión», y «Sánchez, hijo de puta». «Viva España, viva el Rey y viva la libertad», ha zanjado Vidal-Quadras, para concluir el acto, cerrado con el himno de España.