Democracia y Política

Diez días en el mar: balsero cubano describe el audaz viaje a Miami

Un grupo de cubanos que vivían en Camagüey al oriente de La Habana planearon en secreto el viaje desde Cuba a Key Biscayne durante dos o tres meses.

Construyeron una embarcación improvisada con tubos de agua, placas de acero y zinc galvanizado e instalaron el motor de un viejo tractor soviético en la parte posterior para darle propulsión.

En última instancia, sólo nueve balseros del grupo original de 14 se lanzaron a hacer el viaje, pasando 10 días en el mar, a veces escondiéndose en pequeños islotes para evitar ser descubiertos por los escampavías del Servicio de Guardacostas de EEUU.

Todos llegaron sanos y salvos, deteniendo su embarcación el martes en las arenas de la playa frente al condominio Mar Azul de Key Biscayne, donde tocaron tierra en Estados Unidos.

René Morales, de 53 años de edad, capitán de la embarcación improvisada, contó en detalle la historia de la peligrosa travesía durante una conferencia de prensa el miércoles frente a las oficinas del Servicio Mundial de Iglesias, una organización de ayuda a refugiados ubicada en Doral.

Morales y los demás balseros que arribaron a Key Biscayne recibieron asistencia en la agencia después de ser liberados por la Patrulla Fronteriza en la madrugada del miércoles, luego de estar detenidos algunas horas.

Los balseros que arribaron a Key Biscayne son parte de un creciente número de inmigrantes cubanos que han llegado a Estados Unidos por mar y tierra desde el 1ro de octubre. Según datos de la Patrulla Fronteriza, por lo menos 780 inmigrantes cubanos han llegado a las playas del sur de la Florida desde el comienzo del año fiscal. En el año fiscal pasado, 359 inmigrantes cubanos llegaron a las playas locales. Además, el número de inmigrantes cubanos que han llegado por la frontera con México ascendió a más de 16,000 entre el 1ro de octubre y el 10 de septiembre —unos 4,300 más que en el año fiscal 2013.

MESES DE PLANIFICACION

De los nueve balseros que llegaron el martes a Key Biscayne, sólo Morales estuvo dispuesto a relatar el periplo a los periodistas.

Otros tres balseros también parecían dispuestos a hablar con la prensa frente a la oficina de la agencia para refugiados, pero el chofer de la camioneta que los iba a trasladar parecía tener prisa y evitó que los cubanos pudieran hablar con los periodistas. Sin embargo los tres cubanos lograron expresar la felicidad de estar en Miami. Otros tres balseros hablaron también con algunos reporteros pero brevemente. Todos negaron que su viaje fuera una operación de tráfico de inmigrantes como fue calificada el martes por un vocero de la Patrulla Fronteriza.

Según Morales, el viaje se desarrolló de esta manera:

Hace dos o tres meses, un grupo de vecinos, amigos y parientes —14 en total— de un reparto en Camagüey comenzó a planificar el viaje. Se reunieron para ensamblar la embarcación con las placas de acero y zinc galvanizado, así como tubos de agua, y añadieron el motor de un viejo tracto soviético modelo T-40, así como una vela.

También fueron secretamente almacenando alimentos y agua para el viaje. Acumularon galletas, pedazos de torta, sirope, latas de comida y agua —lo suficiente para durar varios días y mantener a más de una docena de personas.

MARINERO CON EXPERIENCIA

Un día antes de partir, los miembros del grupo contactaron a Morales porque era un marinero capacitado. Se había graduado de una escuela marítima en Cuba en 1980 y sabía acerca de la navegación y como operar embarcaciones.

Morales estuvo de acuerdo en viajar con el grupo porque no tenía trabajo y había estado pensando en abandonar la isla por algún tiempo.

“Simplemente no tenía presupuesto para financiar el viaje”, dijo Morales. “No tenía futuro en Cuba. A menudo tiene uno que decidir entre comprar comida o zapatos”.

Morales usó libros de texto de geografía para trazar la ruta a Miami. Hace unos 10 días a las 3 de la mañana, el grupo zarpó de la Bahía de La Gloria, en la costa al norte de Camagüey. Para entonces, sólo nueve hombres estaban a bordo del bote. Del grupo original de 14, 7 se echaron para atrás a último minuto. Dos nuevos balseros se sumaron al grupo justo antes de la partida.

Morales no trajo la embarcación directamente a Miami, porque se encontró con otros barcos que sospechaba eran de la Guardia Costera de Estados Unidos. Evadió los escampavías ocultando la embarcación improvisada entre los matorrales de pequeños islotes. A excepción de una noche donde el mar se embraveció, la mayor parte del tiempo el agua estuvo en calma.

‘CERCA DE LA MUERTE’

No fue sino hasta que estuvieron cerca de Key Biscayne que el grupo casi zozobró. Un gigantesco buque portacontenedores venía recto hacia la embarcación improvisada.

“Pensé que iba a chocar contra nosotros y hundirnos”, recordó Morales. Al recordar el episodio, fue la única vez que Morales rompió en sollozos durante la conferencia de prensa.

“Disculpen”, dijo. “Pero estuvimos cerca de la muerte”.

En ese momento, el motor del bote estaba apagado y viajaban a vela.

“Gracias a Dios que de pronto se enfureció el mar y el viento nos dio impulso suficiente para salir de eso”, dijo Morales.

Poco después, la embarcación arribó frente al condominio Mar Azul, en el 600 de la calle Grapetree de Key Biscayne.

El grupo corrió del bote al edificio.

“La gente desde las ventanas en los apartamentos altos nos gritaban ‘Felicidades’ y ‘Bienvenidos a tierra de libertad’”.

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