Draghi debe aguantar, por coherencia y necesidad
Lo idóneo es que Draghi aguante. Y no por coherencia, sino por no hundir a Italia
Es lógico que la crisis abierta en el Gobierno italiano, con el anuncio de dimisión del primer ministro, Mario Draghi, y la negativa del presidente de la república, Sergio Matarella, a aceptarla, esté preocupando sobremanera en las distintas cancillerías europeas. La crisis italiana deviene una vez más del complejo mapa de partidos existente, que aboca al país a menudo a alianzas y coaliciones inestables. Es lo que ha ocurrido ahora con el Movimiento Cinco Estrellas y su negativa a apoyar las ortodoxas medidas económicas para combatir la inflación que plantea Draghi, todo un experto de prestigio en las finanzas internacionales. Es, una vez más, el populismo enrareciendo con sus recetas la estabilidad de los países cuando más débiles están. El hartazgo de Draghi y su impotencia para garantizar la estabilidad con las maniobras de Cinco Estrellas abocan a Italia a un nuevo cisma institucional. Lo idóneo es que Draghi aguante. Y no por coherencia, sino por no hundir a Italia.