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Ecuador envía armas a Ucrania a cambio de la ayuda de EE.UU. contra el narco

Rusia castiga al país sudamericano con una reducción en su compra de plátanos

        Varios militares vigilan a los presos ecuatorianos pertenecientes a las bandas violentas REUTERS

 

A punto de cumplirse dos años de la invasión rusa, Ecuador se ha convertido en el único país de Latinoamérica y el Caribe que decide prestar ayuda militar a Ucrania. A pesar de que Estados Unidos ha apremiado a sus vecinos continentales con material militar ruso en sus arsenales a que lo faciliten a Kiev, hasta ahora ningún gobierno había querido significarse tanto contra Moscú. Ecuador lo hace en un momento en que se está alineando especialmente con Washington para que este país le ayude en la lucha contra el crecido problema del narcotráfico y el crimen organizado.

En las últimas semanas, el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, anunció su compromiso de entregar a Estados Unidos armamento adquirido en su día a Moscú para que a su vez Washington lo traslade a Ucrania. A cambio, Ecuador recibirá material estadounidense nuevo por valor de 200 millones de dólares. El trueque forma parte de la estrategia fomentada por Washington y Bruselas con terceros países para hacer llegar a Ucrania material con el que sus unidades están familiarizadas.

El paso al frente de Ecuador contrasta en una región que, gobernada en muchos países por la izquierda, ha preferido mantener un bajo perfil en relación al conflicto ucraniano, cuando no un abierto apoyo al Kremlin en el caso de algunas dictaduras.

Apoyo de EE.UU. contra el narcotráfico

Noboa presentó la operación como especialmente beneficiosa para Ecuador, pues así el país se deshará de «chatarra». El Ministerio de Exteriores ruso ha respondido que, si fuera chatarra, «difícilmente Washington propondría su cambio por equipos modernos, por cierto, por una cantidad bastante alta»; además, ha indicado que traspasar material operativo sin autorización del vendedor original contraviene contratos internacionales. Moscú ha advertido de que esto dañará las relaciones bilaterales.

Cumpliendo la advertencia, la inspección fitosanitaria rusa ha suspendido parte de sus compras de bananas a Ecuador alegando haber encontrado en varios cargamentos la presencia de mosca jorobada, algo que no han detectado incluso mayores compradores.

Rusia no se encuentra entre los principales socios comerciales de Ecuador, que sigue teniendo a Estados Unidos como mayor destino y origen de sus intercambios.

Las ventas a Rusia son solo el 3,7% de las exportaciones ecuatorianas (el 70% de los envíos a Rusia son bananas). El 47% de lo que Ecuador adquiere a Rusia es petróleo refinado, algo que fácilmente que puede aportar otro proveedor; en cambio, los fertilizantes y fosfatos rusos, que constituyen el 25%, no son tan fáciles de sustituir, si bien Rusia no ha hablado de romper relaciones comerciales.

Noboa, en cualquier caso, parece dispuesto a correr ese posible riesgo económico porque hoy su prioridad está en la lucha contra la ola de violencia que vive el país y para la que la ayuda de Estados Unidos es inestimable. En los últimos meses el nuevo presidente ha estrechado la cooperación se seguridad con Washington, sobre todo desde el decreto del 9 de enero que declaraba la existencia de un «conflicto armado interno» y catalogaba 22 bandas criminales como «terroristas».

El paso al frente de Ecuador contrasta en una región que, gobernada en muchos países por la izquierda, ha preferido mantener un bajo perfil en relación al conflicto ucraniano

Inventario militar

En su inventario militar, Ecuador cuenta con diverso material en su día comprado a Moscú: 11 helicópteros de transporte Mi-17, 10 vehículos de transporte blindados de personal anfibio BTR-60 y 6 vehículos lanzacohetes blindados MT-55, así como un sistema móvil de misiles superficie-aire, artillería antiaérea, misiles antitanque, sistema múltiple de lanzacohetes, lanzagranadas y minas antipersona. La mayor parte fue adquirido a la Unión Soviética, si bien algunos helicópteros se compraron después (el 22% de la flota de helicópteros del conjunto de las fuerzas armadas latinoamericanas tiene procedencia rusa). No está claro qué parte de esos equipos está realmente operativa.

Al margen de Venezuela, que ha sido el mayor comprador latinoamericano de armas rusas en ese siglo, y de otros gobiernos alineados con Moscú como Cuba y Nicaragua, el aliado estadounidense con más armamento ruso en su inventario es Perú. Sin embargo, el gobierno peruano ya contestó al llamamiento de Estados Unidos de hace un año que no tiene intención de participar en ningún tipo de canje. Perú ha expresado su intención de adquirir armamento a Estados Unidos y Europa, como es el caso de cuatro aeronaves de transporte, pero a pesar de reconocer sus restricciones presupuestarias renuncia a verse implicado en la guerra de Ucrania.

También tienen armamento ruso, aunque poco relevante, Brasil y Colombia, así como, aún más residual, México. Sus presidentes –Lula da Silva, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador– han sido criticados por mostrar una falsa equidistancia en el conflicto ucraniano, que en el fondo supone una aceptación de las razones esgrimidas por Putin para invadir el país vecino.

 

 

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